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Cultura

31 de Julio de 2012

Manual para hacer una teleserie de mierda

Este jueves se termina Maldita -la teleserie de nuestro canal favorito- por falta de rating: promedió 8,5 y se convirtió en la cuarta menos vista desde que existe el pipol miter. La menos-menos vista fue Santiago City. Otra de Mega. Acá damos un instructivo inspirado en el canal favorito para saber armar una teleserie a la que le vaya como el hoyo con seguridad.

Por

1. Modular bien

Hay que pronunciar la ese final de las palabras siempre. Nada de esa hueá chilena de decir jamah o ya poh. Si decís jamásss, es mucho más dramático que decir jamah. Mucho más cumamente dramática. Y, mientras más modulado esté, más caribeño parece. Mientras más caribeño parece, peor la teleserie.

2. Hacer una escena como la maldita lisiada o la maldita peluquera y, de paso, transformarse en una teleserie de culto.

¿Qué más decir?

3. Plumavit

Es cosa de tener paciencia, sentarse a ver todas las teleseries -temporada tras temporada- y descubrir que siempre usan los mismos lugares para ambientar todo. Y siempre los lugares parecen hechos de plumavit. Eso sí, Maldita más encima tenía una estética Cuentos de la Cripta cuando Lorene Priero subía al ático a hacer sus cosas satánicas. La zorra.

4. Histórica

Esto va de la manito con lo anterior. Si ya las ambientaciones son charchas, al ser teleserie histórica se vuelven más charchas. Hay que pensar en el Conde Vrolok o en la gran “La Doña”. El asunto es inversamente proporcional: mientras más desafío técnico, más charcha es la hueá.

5. Renato Münster

No es que Renato Münster sea la fórmula del fracaso (aunque habría que preguntarle a los de Primera Dama qué piensan). Es más bien, resucitar galanes o poner a galanes curiosos, como Nahuel, el mapuche crespo de la Doña. Es mejor no innovar ni resucitar: Zabaleta, Zabaleta, Zabaleta. Éso es lo que hay que hacer.

6. Usar frases grandiosas con palabras grandiosas

Del tipo: “Te estás aprovechando de mi fortuna”. Es mejor eso a decir plata o millones, o lo que sea. Mientras más suene a traducción gringa, mejor.

7. Sin términos medios

La mala es muy mala, el bueno es muy bueno, el ñoño es muy ñoño (y sí, siempre tiene que haber un ñoño) y así. Bah. Todas las teleseries son un poco así pero hay que exacerbarlo: que la mala muy mala tenga monólogos al frente del espejo revelando lo mala que es -tipo Maldita-, que cuando aparezca la mala muy mala haya música estilo Tiburón, que la mala muy mala se ría mientras planea sus maluleces, que el perno muy perno sea tipo Vampiras de CHV. Ah. Y ojo con el sicario de Maldita: pelo mojado, largo. Una especie de Marco Antonio Solís pero más malulo. Como tienen que ser.

No tienen por qué verlo entero. Basta con el minuto 1.28 en la parte que la mina tiene un monólogo interior proyectado en un hámster.

8. Hazla en Mega

Es como al revés de esa publicidad que decía si es Bayer, es bueno y tiene cierta lógica de silogismo: si es Mega, es como el hoyo. Si no fuera como el hoyo, no sería Mega. Más encima, así antecede a un noticiero más como el hoyo. Acá va una frase estilo anuario de cuarto medio: No cambies nunca, Mega.

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