Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Poder

16 de Agosto de 2012

Julian Assange, el Sha y Erich Honecker: La lista de asilados y refugiados VIP en el mundo

El asilo concedido a Julian Assange en Ecuador es una muestra más del arraigo en América Latina de esa institución y otras como el refugio, que han beneficiado, entre otros, al sha de Persia y al exlíder germanooriental Erich Honecker, aunque los mayores beneficiarios son los propios latinoamericanos. Incluso, el caso de Assange, que lleva […]

Por

El asilo concedido a Julian Assange en Ecuador es una muestra más del arraigo en América Latina de esa institución y otras como el refugio, que han beneficiado, entre otros, al sha de Persia y al exlíder germanooriental Erich Honecker, aunque los mayores beneficiarios son los propios latinoamericanos.

Incluso, el caso de Assange, que lleva refugiado en la embajada de Ecuador en Londres desde el 19 de junio, tiene actualmente su réplica latinoamericana.

El senador opositor boliviano Roger Pinto, refugiado en la embajada de Brasil en La Paz desde hace 81 días, ya obtuvo el asilo, pero el Gobierno boliviano no le entrega el salvoconducto necesario para abandonar la embajada y viajar a Brasil.

El Gobierno británico tampoco está dispuesto a dejarle a Assange el camino libre con la entrega de un salvoconducto, según ha dicho hoy el ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, quien ha subrayado que la principal obligación legal del Reino Unido es entregárselo a Suecia, donde le acusan de delitos sexuales.

“La falta de convención internacional o de legislación interna de los Estados no puede alegarse legítimamente para limitar, menoscabar o denegar el derecho al asilo”, sentenció el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, al anunciar hoy la medida en favor de Assange, que a través del portal Wikileaks divulgó miles de documentos oficiales secretos, principalmente de Estados Unidos.

Tanto Suecia como el Reino Unido han criticado la decisión ecuatoriana, algo casi consustancial a la institución del asilo.

Ningún Gobierno acepta de buen grado que otro conceda asilo a uno de sus ciudadanos, pues ello implicaría reconocer que hay persecución o falta de garantías, pero aun así el asilo sigue muy vigente y respetado en América Latina, hoy una zona eminentemente democrática pero con un pasado lleno de turbulencias políticas.

En el caso de Pinto, por ejemplo, el Ejecutivo de Bolivia ha tildado la decisión de Brasil de darle asilo de “desatinada” y “equivocada”, porque alega que hay denuncias contra el senador por supuestos actos de corrupción.

Prácticamente no hay un país de América Latina que no tenga un historial de asilados.

En Brasil el caso más polémico en los últimos tiempos ha sido el del italiano Cesare Battisti, exactivista de un grupo ligado a las Brigadas Rojas, que fue condenado en su país por cuatro asesinatos y recibió el estatus de “asilado político” en 2010.

Sin embargo, el más notorio de los asilados en Brasil fue el general paraguayo Alfredo Stroessner, quien vivió en Brasilia desde 1989 y murió en esa capital precisamente hoy hace seis años.

Brasil también acogió como asilados a otros paraguayos, como el expresidente Raúl Cubas y el exgeneral Lino César Oviedo, así como al expresidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez.

El asilado más significativo que tiene Colombia actualmente es el empresario y político venezolano Pedro Carmona Estanga, que fue jefe de Estado de su país por poco más de un día tras el golpe cívico militar del 11 de abril de 2002 contra Hugo Chávez y se refugió en la embajada colombiana en Caracas.

En el pasado, hubo dos casos de importancia, los de los peruanos Víctor Raúl Haya de la Torre y Alan García, ambos del partido Alianza Popular Revolucionaria Peruana (Apra).

Costa Rica es también tierra de asilo. Uno de los beneficiados fue el exvicepresidente ecuatoriano Alberto Dahik (1992-1995), acusado de corrupción en el manejo de “gastos reservados”.

El actual Gobierno de Nicaragua ha concedido asilo político al menos a cuatro personas vinculadas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y a tres líderes indígenas peruanos y además ha acreditado al ex primer ministro de Tailandia Thaksin Shinawatra, depuesto por militares en 2006, como embajador de inversión en misión especial con pasaporte diplomático.

El exministro del Interior de Paraguay Sabino Montanaro permaneció en Tegucigalpa desde 1989 a 2009 con asilo, y el exjefe de la Policía de Haití coronel Joseph Michel Francois lo recibió hace 16 años y actualmente reside en San Pedro Sula.

Entre los asilados actualmente en Panamá está la exdirectora de inteligencia colombiana María del Pilar Hurtado, objeto de un proceso por espionaje en Colombia, lo que ha generado roces entre ambos países.

Otro asilo que fue “incomodo” en el pasado fue el del sha de Irán Mohamed Reza Palhevi, quien vivió en Isla Contadora en 1979 y 1980.

Este asilo, que fue pedido por EE.UU. a Panamá, provocó una serie de violentas protestas de la oposición contra el gobierno que encabezaba en ese entonces el general Omar Torrijos.

También se encuentran en Panamá en calidad de asilados los expresidentes de Guatemala Jorge Serrano Elías (1990-1993) y de Ecuador Abdalá Bucaram (1996-1997), además del exgeneral golpista haitiano Raoul Cedrás (1991-1994).

En Paraguay se encuentra refugiado el exgobernador boliviano Mario Cossío, quien se declara perseguido político en su país y que es requerido por la Justicia de Bolivia acusado de corrupción.

En Argentina está en la misma situación el exguerrillero chileno Sergio Galvarino Apablaza, acusado en su país de haber participado en el asesinato del senador derechista Jaime Guzmán en 1991.

En Chile vivió sus últimos años el que fue el último líder de la Alemania del Este, Erich Honecker, quien huyó de su país en 1991 y se refugió con su esposa Margot en la embajada chilena en Moscú, que los aceptó como “huéspedes”, lo que generó una grave crisis entre Alemania, Rusia y Chile que se saldó con su salida de la legación en 1992 y su traslado a Alemania para ser juzgado.

El proceso no llegó a concluir debido a su mal estado de salud y las autoridades le autorizaron a trasladarse a Santiago de Chile, donde fue recibido como refugiado por razones humanitarias y murió en 1994.

Notas relacionadas