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Nacional

16 de Agosto de 2012

Secundarios en la dura: La nueva crisis de Piñera

Son los repitentes del año pasado, los que no consiguieron absolutamente nada con las movilizaciones y hoy vuelven a la escena pública con cuática. Prometen boicotear las elecciones municipales y acabar con la Ley Hinzpeter. El 23 de agosto llamaron a un paro nacional, desmarcándose de la CONFECH, que convocó para otra fecha.

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POR ANA RODRÍGUEZ Y CLAUDIO PIZARRO
Foto: Alejandro Olivares

Eloísa González, vocera de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios, Aces, ya lo había anunciado en The Clinic la semana pasada: “los colegios van a volver a tomarse”. Y así fue. Tomas y desalojos fueron la tónica de esta última semana. El récord lo tuvo el INBA con tres episodios en igual cantidad de días.

-Estuvimos sitiados, los alrededores del internado parecían una población intervenida y eso que los desalojos que hemos realizado han sido pacíficos- asegura Diego Mellado, vocero del INBA.

El temor a una eventual escalada de ocupaciones fue un tema recurrente durante los últimos días. El alcalde Pablo Zalaquett (UDI), de hecho, le dio un ultimátum a los colegios en toma y los conminó a un ejercicio que hasta el día de hoy nadie entiende demasiado: hacer convivir las tomas y las clases en un mismo establecimiento.

-No entendemos qué entiende por toma el alcalde Zalaquett. El año pasado desplegamos clases éticas, otros colegios tuvieron controles de autogestión. A lo mejor piensa que estamos jugando a la toma -alega Gabriel González, vocero del Instituto Nacional y la Cones (Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios).

Zalaquett, sin embargo, sólo atinó a responder a través de la prensa: “la paciencia se agota y los colegios no pueden estar sólo para un grupo de jóvenes”. El plazo para que los estudiantes respondieran tenía una fecha límite: el martes a las 17 horas.

Los tiras y aflojas, sin embargo, venían de mucho antes. El petitorio de los secundarios tenía como eje central eliminar de raíz la Ley Hinzpeter que, a juicio de los estudiantes, lo único que hace es criminalizar a los movimientos sociales. El tema rápidamente se tomó la agenda pública. El propio ministro del Interior, mentor del proyecto, comentó que “las tomas son un bullying contra los que quieren estudiar” y agregó que “el movimiento estudiantil se había quedado sin agenda”. Opinión que generó una airada respuesta por parte del movimiento estudiantil.

-La postura del gobierno es clara: Hinzpeter está haciendo su pega al tratar de bajarle el perfil a las movilizaciones, intentando frenar a los movimientos sociales- sostiene Álvaro Arancibia, vocero del Liceo de Aplicación.

Diego Mellado, su par del INBA, es aún más enfático: “El gobierno fascista de Piñera pretende desmovilizarnos al intentar penalizar las manifestaciones sociales. Es una medida dictatorial, ni con Pinochet se implementó. Para nosotros el bullying es el hostigamiento diario que se ejerce a través de los medios de comunicación, el verdadero terrorismo de Estado”.

Los secundarios, a diferencia del año 2006, dicen que aquellos que coartaron sus demandas en aquel tiempo son los mismos que hoy pueden aprobar la Ley Hinzpeter. La desconfianza hacia la clase política es total. La Aces –la organización más radical- hace un par de semanas se tomó la sede de la UDI y su vocera, Eloísa González, anunció que “funarán a todos los partidos políticos” de cara a las municipales.

-Hacer acciones políticas en contra de los partidos tuvo una aprobación del 58% en la asamblea, la idea es abrir la conciencia a la gente de que los que votan en el parlamento son los que están vendiendo el movimiento- asegura Álvaro Arancibia, del Aplicación.

No todos, sin embargo, comulgan con la idea. Gabriel González, vocero del Instituto Nacional y la Cones, sostiene que el movimiento debe respetar “las instancias democráticas”. “Funar un proceso democrático no creo que sea una gran medida de presión, ni el mecanismo más adecuado. Hay que tener altura de miras y hacernos responsables de nuestras palabras”.

Con todo, la ofensiva estudiantil al parecer tuvo éxito. El lunes el ejecutivo quitó el carácter de suma urgencia a la Ley. El gallito, sin embargo, continúa.

MOVILIZADOS
La radicalización del movimiento se ha discutido en las asambleas de los liceos. Las tomas de las últimas semanas, aseguran los estudiantes, les han permitido definir una agenda para lo que resta del año. Tanto el INBA como el Liceo de Aplicación han aprovechado esta instancia como un espacio de planificación. “Estamos estableciendo un cronograma que nos permita utilizar los establecimientos como un lugar de organización real”, asegura Diego Mellado del INBA. A diferencia del año pasado, donde la toma fue el mecanismo de protesta más utilizado, hoy día los estudiantes hablan de “movilizarse”.

-La idea es que alumno vuelva a clases pero con un plan de trabajo listo que va de la mano con este proceso de radicalización. La toma es un fin, no un medio. Debemos mantener un accionar político coherente. La paralización de clases no es el motivo central sino estar constantemente movilizados y que eso implique no perder muchas clases -explica Álvaro Arancibia.

También existen colegios, como el Liceo 7 de Providencia, que no pertenece ni a la Aces y la Cones, que están definiendo de manera particular cómo se acoplan al movimiento estudiantil de este año.
-Todavía no hemos definido la forma en que nos vamos a movilizar pero tenemos las consignas súper claras. Existen demandas que no han sido escuchadas y el gobierno lo único que nos da por respuesta es una ley que criminaliza cualquier forma de protesta social -asegura Camila Sánchez, presidenta del Centro de Alumnos del establecimiento.

La radicalización del movimiento tampoco excluiría el uso de la violencia. Para Diego Mellado, del INBA, la violencia en las manifestaciones sociales es una realidad. “Personalmente comparto todo tipo de manifestación social, tanto pacífica como violenta, porque ambas son expresiones de descontento. Soy estudiante secundario y como representante de mi liceo valido todo tipo de manifestación social, esté o no esté de acuerdo”, asegura Mellado.

RECHAZO

Al cierre de esta edición, los estudiantes rechazaban la propuesta de Zalaquett, luego de una larga reunión. Diego Mellado aseguraba que como bloque secundario “no nos fue muy bien”.

“Todos los colegios que están movilizados en toma rechazaron la alternativa propuesta por el alcalde, quien decía que se podían tomar los establecimientos, pero solamente una parte de ellos, para en la otra hacer clases”. La respuesta de Zalaquett fue indirecta, pero para ellos sonó claro: “nos dio a entender que vamos a quedar a merced de su decisión. Independiente de si los colegios votaron la toma de forma democrática, si transgreden más allá del viernes, van a ser desalojados”, explica Mellado.

Mellado aseguró que esto no significa que las movilizaciones que vienen de ahora en adelante sean menos intensas. “Se puede ser incluso mucho más radicales en otras formas de movilización. Pero creo hay que ser consecuentes con la opción de la toma y si es necesario morir con las botas puestas, nosotros lo haremos”, afirma.

Según el vocero del INBA, es evidente que falta direccionamiento y coordinación, pero la actual situación -hay colegios que esta semana decidirán si se van o no a toma- evidencia que la movilización continuará. “Los demás colegios van a seguir tomándose. La chispa ya se encendió”, sentencia Mellado.

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