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Poder

6 de Septiembre de 2012

La millonaria teleserie de los Ossandón Larraín

En los escritos presentados a la fiscalía por Julián López, el abogado de esta millonaria familia, acusa a Manuel Ossandón Larraín -quien reclama su parte de US$ 200 millones de dólares- de "profitar" de la fortuna, de hacer malos negocios, de dividir a la familia, de ser uno más de ellos, de haber "vivido de la misma manera", de cometer "infamias", de armar "realidades artificiosas", de hacerse la "víctima", de llegar al extremo de enlodar la imagen de su madre, abuela, padre y hermanos y que en su momento "deberá responder por ello".

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En los ochenta, Falcon Crest, Dinastía y Dallas mostraban a millonarios norteamericanos sacándose los ojos por dinero y poder. Un reflejo de lo que pasaba en la vida real, donde las grandes fortunas solían darse con todo y ocupar titulares de revistas y diarios.

Pero en Chile pareciera ser que los millonarios suelen mantener una vida más quitada de bulla y los problemas internos casi nunca se ventilan.
Hasta ahora, porque desde agosto de 2011 entre los grandes empresarios no se deja de hablar de la guerra judicial entre los hermanos Manuel y Bernardo Ossandón Larraín, herederos de la multimillonaria fortuna del político y empresario Bernardo Larraín Vial.

Manuel se querelló contra Bernardo en la Fiscalía Centro Norte por estafa y apropiación indebida y a los abogados Marko Jürgensen y Rodrigo Ruiz Tagle les imputa prevaricación y los acusa de armar un tinglado criminal de trasvasije de sociedades para quitarle su parte de US$ 200 millones.

Bernardo, quien es el administrador de una fortuna de varios cientos de millones de la moneda verde, maneja también las lucas de sus otros tres hermanos y de sus padres. Hasta ahora habían mantenido un estricto silencio, como también sus abogados patrocinantes, Julián López (socio de Davor Harasic), el estudio de Gonzalo Insunza y Gustavo Parraguez, de la oficina de Juan Agustín “Cucho” Figueroa.

Sin embargo, desde hace unos meses a comenzaron una arremetida judicial presentando escritos ante el Ministerio Público para tratar de desacreditar la versión de Manuel Ossandón Larraín, quien es defendido por el estudio de Alberto Coddou.

En esos documentos, a los que tuvo acceso The Clinic, está la trama de la telenovela de un clan ligado al Opus Dei. En ellos se acusa a Manuel Ossandón Larraín de “profitar” de la fortuna, de hacer malos negocios, de dividir a la familia, de ser uno más de ellos, de haber “vivido de la misma manera”, de cometer “infamias”, de armar “realidades artificiosas”, de hacerse la “víctima”, de llegar al extremo de enlodar la imagen de su madre, abuela, padre y hermanos y que en su momento “deberá responder por ello”. En suma, lo acusan de ser un traidor a su clase.

“El conflicto abierto con Manuel lo enfrenta no sólo a éste, sino a todos los demás miembros de su familia, incluyendo su padre, su madre y sus otros tres hermanos”. Y todo parte “después de que Manuel pidiera que se le entregara su parte, contrariando el sentido e inspiración del patrimonio familiar a que pertenece… como desesperado último recurso, después de que fracasaran los intentos de Manuel por romper esta organización patrimonial…”, puede leerse en uno de los escritos.

Los escritos responden al conflicto, generado luego que Bernardo Ossandón Larraín fuera vaciando sociedades y creara una en Panamá y una “fundación educacional” en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes, donde lava la plata el crimen organizado y donde también lo hizo Pinochet. Manuel dice que esta reorganización tributaria lo dejó sin chance de usar su parte en lo que se le viniera en gana. Algo de cierto hay, porque en la constitución de la sociedad en la banca off shore, ni él, ni su esposa, ni sus hijos, podrán acceder a ese capital, mientras Bernardo esté vivo.

“HA PROFITADO”

El abogado Julián López dice en una de sus presentaciones que Manuel Ossandón Larraín “ha recibido a lo largo de los años y a la par de sus hermanos, cuantiosas sumas de dinero (…) ha utilizado también parte de patrimonio familiar en el desarrollo de sus propios proyectos, todos los cuales resultaron en rotundos fracasos y evidentes pérdidas económicas”.

Entonces, sigue López, “no se entiende cómo pueda hoy presentarse él a formular reparos contra la administración social por haber acordado dichos retiros desde las sociedades familiares y profitado de esos recursos monetarios”. Se quejan también de por qué Manuel acusa a su hermano de vivir en una “mansión”. Explican sobre la casa: “… del detalle catastral de la propiedad, consta que la casa de mi representado (Bernardo) tiene una superficie de 256 metros cuadrados y es calidad tipo 2. No está demás señalar que en ella viven Bernardo Ossandón con su cónyuge y cinco hijos”.

EL “TATA FISCO”

A tal punto ha llegado la pelea entre los hermanos Ossandón Larraín, que el Servicio de Impuestos Internos (SII) le abrió una investigación al clan por fraude tributario. Y luego de revisar sus negocios, los “citó” para que explicaran los porqués de ciertas inexactitudes en sus declaraciones. La llamada “citación” es el paso previo a la “liquidación” donde el “Tata Fisco” cobra. Y todo indica que así será por una suma, estimada hasta ahora de 130 millones de dólares.

Para el clan, todo “representa a cabalidad los extremos a los que está dispuesto a llegar (Manuel) en su afán de enlodar la imagen de mi representado y su familia y generar infundadas sospechas de actuaciones irregulares”.

El tono se eleva. Aseguran que Manuel quiere mostrar “la imagen de una víctima desinformada que pierde su patrimonio a expensas de una compleja maniobra fraudulenta urdida a sus espaldas por el hermano en el cual ha depositado su confianza (…) aun sabiendo que la conducta de su hermano y de su familia no se distingue en nada de la propia”.

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