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Poder

18 de Septiembre de 2012

La “cueca en pelotas” que revela la homilía de Ezzatti en el Te Deum con Piñera

Como todos los años la Iglesia revela su mirada política sobre el contexto que vive el país. Este año no fue diferente. El prelado criticó a los medios de comunicación, que están demasiado concentrados, que el escenario cultural busca secularizar la vida católica, en circunstancias que Canal 13 fue vendido al grupo Luksic. Valoró también la iniciativa privada en educación, donde la iglesia tiene importantes y millonarios intereses. Lea lo que sigue, porque hay otras joyas del religioso.

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Como todos los años, al Te Deum católico asistió el Presidente Sebastián Piñera, su esposa y el resto de las autoridades del Estado. También como todos los años el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, hizo lo de siempre, leer su homilía, donde subyace la opinión política de la iglesia.

Este año, quizás a diferencia de otros, las palabras de este institución dejan al descubierto la serie de contradicciones de la iglesia chilena, en el contexto social que se ha desatado desde 2011 hasta ahora, entre otros hechos, como el conflicto estudiantil.

Una de los puntos que llama la atención es la crítica a los medios de comunicación, que están demasiado concentrados, que el escenario cultural busca secularizar la vida católica, en circunstancias que Canal 13 fue vendido al grupo Luksic, entre otras joyas.

El mandamás de la iglesia, le hizo un guiño al gobierno: “En verdad, Chile, tiene muchísimo que agradecer en diversos campos de la vida del país, más aún si nos medimos con otros pueblos cercanos y lejanos que son probados por la guerra, el hambre, la miseria e incluso por temibles crisis económicas. Sin embargo, entre nosotros, en que debido a un esfuerzo compartido, hay menos desempleo, mayor estabilidad económica y mejores condiciones de vida para buena parte de la población, en vez de gratitud aparece una sensación de incomodidad, de insatisfacción, que dificulta visiblemente nuestra convivencia y, por ende, nuestra manifestación de fe en el Señor”.

A renglón seguido Ezzati se pregunta: ¿A qué puede deberse este sentir?.

“No es el momento para hacer un análisis más pausado. Pero, una de las razones que está en la raíz de este malestar se debe a una crisis de confianza que se ha transformado en un virus omnipresente que contagia las relaciones de nuestra vida familiar, social, política y también eclesial. Se desconfía de la autoridad, se desconfía de las instituciones, se desconfía de las buenas intenciones y hasta de la viabilidad de los proyectos propios”.

Según el prelado la crisis se manifiesta en la desconfianza “que crea barreras entre grupos y sectores”, aludiendo a la falta de acuerdo entre la clase política y los movimientos sociales.

“La desconfianza, por definición es la anti-fe, la anti-creencia en Dios y en los hermanos. Peor aún, tal como la palabra lo indica, la des-confianza despoja… a las personas y a las instituciones que la representan, de la credibilidad básica sobre la cual se construyen las relaciones humanas, los pactos, las leyes, las instituciones”.

Violencia

El jefe de la iglesia, tampoco escatimó palabras para hacer presente que existen “formas de violencia” que lo único que buscan, asegura, es “destruir al adversario o simplemente al que no piensa como yo”.

“Este año lo hemos experimentado cruelmente en diversas formas de intolerancia y de discriminación. Hemos sufrido en las calles de la ciudad, en el corazón de las asambleas vecinales, escolares, regionales, así como en otras formas de reivindicación social”, insistió

En esa lógica apuntó al proceso de “secularización” de lo católico”, cuyo caldo de cultivo está en el “escenario cultural vigente”.

“… afirmamos que la Iglesia se siente íntimamente solidaria con los justos anhelos de las personas y de la sociedad. Serpentea, sin embargo, y no lo podemos callar, un afán sutil y peligroso por secularizar nuestra cultura, imponiendo estilos y modelos que no están acordes con el sentir de la mayoría de los chilenos”.

Ezzati también habló de economía, de lucro de educación y del vínculo público privado sobre esta última. Reconoció asimismo que Chile “ha librado” de la crisis mundial que afecta principalmente a Europa, gracias a la “buena administración económica de las coaliciones que nos han gobernado”.

Falsa oposición

Uno de los puntos llamativos del discurso es precisamente la iniciativa privada en Educación, donde la iglesia, a través de distintas congregaciones tiene importantes intereses económicos. Las explicaciones sobran:

“Sobre esta materia hay mucho que escuchar y algo que decir. Desde luego, que es falsa la oposición entre educación pública y privada, por la simple razón que, independiente de quien la imparta, la educación como tal es un bien público que la sociedad y el Estado deben cautelar. Es de esperar que los nuevos recursos que se espera recaudar, en esta reforma tributaria, vayan en ayuda de los sectores más vulnerables, haciendo confianza tanto en la escuela municipalizada – potenciándola con verdadero interés – como en otras de iniciativa privada, sea de educación gratuita o de financiamiento compartido”, dijo.

Otro análisis apuntó a los medios de comunicación. Si bien reconoció la labor social que desempeñan, insistió que contribuyen a “atizar las desavenencias y conflictos entre los principales actores sociales. Es de esperar que las personas y corporaciones que los dirigen nunca cedan a la lógica del lucro, desvirtuando su naturaleza esencial, ni que movidos por el impacto noticioso pasen a llevar la dignidad inalienable de cada ser humano”.

“En Santiago y en Chile estos medios están en pocas manos por lo que se puede esperar la gestión de un pacto por la transparencia y la verdad respetuosa de los valores a que aspiramos como sociedad organizada”, precisó.

Las contradicciones saltan a la vista, ya que fue precisamente la iglesia la que vendió no sólo la señal de la otrora Radio Chilena, sino también Canal 13, precisamente al grupo Luksic, que se dedica al lucro y a los mismos contenidos seculares de los que se queja Ezzati.

Lea la homilía completa aquí

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