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Mundo

27 de Septiembre de 2012

Cuatro cosas que los animales hacen igual que los humanos

Vía Cracked.com A pesar de todo, ser un humano tiene muchos beneficios. Tenemos dedos tan hábiles como para enhebrar una aguja y cerebros tan grandes que nuestras calaveras apenas los pueden contener. Pero antes de que agarres a tu perro y le grites triunfante “¡Soy mejor que tú!”, debes saber que hay animales que han […]

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Vía Cracked.com

A pesar de todo, ser un humano tiene muchos beneficios. Tenemos dedos tan hábiles como para enhebrar una aguja y cerebros tan grandes que nuestras calaveras apenas los pueden contener. Pero antes de que agarres a tu perro y le grites triunfante “¡Soy mejor que tú!”, debes saber que hay animales que han demostrado tener una serie de comportamientos humanos. Estos son cinco de las cosas que los animalillos hacen igual que nosotros:

Los loros le dan un nombre a sus bebes

Ponerle el nombre a un bebé es uno de los temas que más obsesionan a los padres. Pero sin importar que le pongan un nombre excesivamente común como “Pedro” o alguna rareza provinciana del estilo “Aero pajita” o “Eduvina”, todos los padres creen que darle un nombre a su cachorro los hace únicos y los ayuda a forjar una identidad propia. También se considera que el dar un nombre, es una actividad propiamente humana. Después de todo ¿Qué animal fuera de los dibujos animados de Disney ponen nombres tan ingeniosos como Dumbo o Simba? Digamos que, un pequeño pero no despreciable numero de especies.

Delfines, cuervos, monos y loros han sido observados utilizando sonidos especiales cuando requieren la atención de algún miembro específico de su grupo. Esto significa que, al menos en estas especies, los animales tienen un equivalente a los nombres propios.

Esto es especialmente cierto en el caso de los loros. Cuando nace un grupo de loritos bebes, son los padres lo que le dan un llamado especial para nombrar a cada loro. Según un estadio efectuado en la Cornell University en Venezuela, cuando crece este loro puede “cambiar su nombre” alterando la tonalidad del llamado con que lo identifican. Este es el equivalente de los loros a la humana conducta de ponerse un sobrenombre.

Las ballenas tienen canciones Pop

Evidentemente, los humanos no son los únicos animales que cantan. Los pájaros lo hacen, las ballenas asesinas también y, si es que un día eres realmente afortunado, hasta puede escuchar a una ranita cantando. Pero se supone que lo que hace a las canciones humanas única es la cultura Pop. Una persona hace una canción, lo pone en un Álbum y tiene a miles de personas cantándolo en todo el mundo. No existe ningún otro animal que pueda efectuar algo similar…

…Exceptuando a las ballenas. Una canción cantada por una ballena se puede convertir en un “hit” que llegue a oírse en la mitad del mundo. Esto, porque todas las ballenas macho pertenecientes a una misma comunidad de ballenas usualmente cantan una sola canción en cualquier momento. Pero después de que se aburren de una canción, un innovador (compositor) del grupo comienza a cantar una nueva canción. Incluso hay algunas canciones que están basadas en una anterior, pero con algunos cambios. Este sería el equivalente ballenesco de hacer un Remix.

Los Chimpancés juegan con muñecas

Jugar a las muñecas es parte de la infancia de las niñas mucho antes de que una señorita de plástico llamada Barbie se casara con un gay llamado Ken. Las niñas vivirán completas vidas de fantasía con sus muñecas, dándole nombres, cuidándolas cuando estén enfermas, casándolas y hasta retándolas cuando toman malas decisiones.

Tener una imaginación tan activa parece ser algo de lo que solo el hombre es capaz. Después de todo ¿No existe ningún otro animal que juegue a tomar once con sus muñecas? Casi, casi, no existe. Pero existe. Los niños humanos y los pequeños chimpancés se parecen en más de lo que podríamos imaginar.

Investigadores de la Universidad de Harvard encontraron que las niñas chimpancé tomaban palitos, pequeñas rocas y cuerdas; que después las utilizaban para mecerlas como si fueran bebes chimpancé. Pero más allá de eso, utilizaban su imaginación para hacer como si estuvieran jugando con una muñeca.

Los monos entienden sobre el dinero y la prostitución

En algún momento de la infancia, adquirimos el concepto del dinero. El dinero es lo que te da comida, juguetes e incluso esas horribles ropitas de marinerito que tu mamá de compró en el almacén de la esquina. El dinero es lo que pone a algunas personas en un trono y deja morir a otras de frío en la calle. Esto sí que tiene que ser algo humano y solamente humano.

Pero en una revelación digna del profesor Rossa, debes saber que los monos también han logrado comprender y utilizar el dinero. En primer lugar, hay que aclarar que no es difícil enseñarle a los monos a utilizar un sistema de intercambio.

En un experimento, los científicos le dieron a los monos un puñado de monedas de plata. Cuando uno de los monos le pasó una moneda a un científico, el científico le dio un pedazo de comida a cambio. Después de un par de meses, los monos tuvieran la idea de que las monedas tenían un valor en sí mismas. También hay que aclarar que este no es solamente un ejercicio de “efectúa un truco para obtener un premio”, sino que los monos parecían conocer exactamente lo que iban a obtener con una determinada cantidad de monedas.

Con ello, los monos incluso comprendieron algunos de los comportamientos oscuros de la conducta humana asociados con el dinero. Un mono llamado “Félix”, corrió hacia el cofre en que se guardaban las monedas, las tomó y las tiró hacia la jaula comunal en que vivían los monos.

Los científicos pensaron que se encontraban ante un robo bancario. Pero se equivocaron. Cuando los investigadores intentaron recoger el dinero, los monos se pusieron violentos y se negaron a devolverlos. Solo accedieron a devolver parte del dinero cuando un científico les daba comida a cambio.

Mientras el proceso de intercambio se llevaba cabo, uno de los investigadores se dio cuenta que un mono le dio una moneda a una mona. ¿Era un especie de acto de generosidad? No. Estos dos monitos tuvieron sexo. ¡Bienvenidos al capitalismo!

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