Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

8 de Octubre de 2012

La derecha autonomista

* Si existe un consenso sobre el estado de la cuestión nacionalitaria Mapuche, es que el tema está empantanado. Pero esto puede ser roto -y está sucediendo- por el actual gobierno, pese a las múltiples contradicciones ideológicas y económicas que le generan los Mapuche al sur del Biobío. Hoy la derecha ha permitido que asome […]

Fernando Pairican
Fernando Pairican
Por



*

Si existe un consenso sobre el estado de la cuestión nacionalitaria Mapuche, es que el tema está empantanado. Pero esto puede ser roto -y está sucediendo- por el actual gobierno, pese a las múltiples contradicciones ideológicas y económicas que le generan los Mapuche al sur del Biobío.
Hoy la derecha ha permitido que asome la idea de acordar cuotas de autonomía para los Mapuche. La idea es producto de una batalla que se da al interior de la alianza que gobierna, y que la está colocando a la cabeza de la discusión sobre la temática indígena. Incluso por sobre el Movimiento Mapuche, atrapado en discusiones internas.

La derecha, pragmática, es capaz -al mismo tiempo- de darle el Premio Nacional de Historia a Jorge Pinto -un académico que trabaja la historia Mapuche reconociendo un despojo territorial-; mantener a Rodrigo Hinzpeter en Interior impulsando la militarización de la Araucanía y, por último, sostener el discurso de “mapuchizar a los chilenos” de su ministro de Desarrollo Social.

La derecha desde hace tiempo ha venido señalando la posibilidad de reconocer un Chile multicultural. Lavín mira a países donde la triada neoliberalismo, estabilidad política y autonomía ha dado fruto. Puede sonar gracioso en la voz de Franco Parisi, pero para la derecha la solución pasa por neoliberalizar a los Mapuche, lo que se traduce en emprendimiento y diversidad multicultural-neoliberal. Así, tener un aeropuerto, líneas de buses y otras empresas -como en Canadá o Estados Unidos- no es descabellado.

Para la derecha la devolución de tierras es cosa del pasado, aunque ese punto ha sido central desde la transición democrática en la demanda mapuche, porque desde esa base es posible construir el proyecto de autodeterminación. Es interesante escuchar a los jóvenes de la derecha en los foros: ahora plantean que se debe aceptar en la sociedad chilena espacios donde estén los Mapuche con su propio universo de creencias.

Pero la diferencia está en el factor económico. ¿Aceptarán los empresarios que los Mapuche decidan qué megaproyectos se instalen en sus territorios? Aunque con veinte años de atraso, el Convenio 169 de la OIT lo permite. La contradicción y el debate están en ese espacio. ¿Qué hacemos con la construcción de represa en Pilmayken que afecta a comunidades Williche? ¿Deberemos aceptar una nueva Ralco, que demostró que el desarrollo neoliberal de Chile vale más que los derechos indígenas?

¿Quién no podría concordar con Lavín y la multiculturalidad? Pueden ser honestas palabras pero de difícil aplicación si tomamos en cuenta la arremetida empresarial a raíz de Castilla. ¿Se imaginan a Matte aceptando la salida de la Mininco del territorio Mapuche o que un porcentaje de su producción tribute en los territorios autonómicos? La cuestión nacionalitaria Mapuche es mucho más profunda, trastoca aspectos centrales del modelo chileno, como una reforma constitucional y el modelo económico.

Con todo, la derecha está destrabando la discusión, asumiendo el desafío de hablar de autonomía e insertar el debate dentro del neoliberalismo y con ello, arrinconar a la Concertación; quitarle a la izquierda la posibilidad de tomar una de “sus banderas” y, de paso, aislar al movimiento Mapuche más rupturista. El puntapié inicial del partido esta vez no lo dio Michelle Bachelet; lo hizo la derecha. ¿Asumirá el desafío Bachelet o tendremos que retroceder ocho años el reloj cuando bajo su mandato se desarrolló el Proyecto Orígenes, murieron Catrileo y Mendoza Collío y se encarceló a 34 comuneros?

*Historiador

Notas relacionadas