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Entrevistas

8 de Octubre de 2012

Mariano Puga y la Iglesia frente a la muerte de Pierre Dubois: “Los obispos no cachan una”

Mariano Puga, el legendario cura de La Legua, viajó desde Chiloé, donde vive hace años, para despedir a Pierre Dubois. Estuvo en el velorio, caminó desde La Victoria a la Catedral y se fue antes que terminara la liturgia porque debía volver a la isla en bus. Lo acompañamos en su trayecto al terminal, almorzamos con él y conversamos sobre lo “tocado” que se sintió por el cariño de la gente. Habló con la rabia del profeta. “Los que no fueron a despedir a Pierre se farrearon un momento único de la Iglesia de Santiago”, sostiene.

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Fotos: Alejandro Olivares

¿Cuál fue el legado del padre Pierre a Chile?
-Que no se puede amar y tener algún sueño con Chile si no es a partir de los pobres y de su organización. El proyecto para Chile no nace del poder. Hay que organizar a los sin poder y desde ahí crear un Chile distinto.

El padre Pierre decía que no concebía una comunidad cristiana encerrada en sí misma
-Exactamente, porque la primera comunidad cristiana, como dicen los Hechos de los Apóstoles, no consideraban nada como propio, lo tenían todo en común. De ahí viene la Iglesia Católica, con todas su inconsecuencias, pero también con hombres como Pierre.

¿Cree que la Iglesia ha pecado de ombliguista?
-Pero más que pecado. Como decía Santo Tomás de Aquino la Iglesia era santa, casta y prostituta. La Iglesia se ha prostituido, usando sus palabras. Por eso le dice a la iglesia de Laodicea porque no eres ni fría ni caliente, porque eres tibia, estoy por vomitarte de la boca. Eso es un poco la Iglesia de hoy día frente al evangelio y a los desafíos de los pobres: una Iglesia que Cristo vomita. Y eso viene de la escritura, no son inventos míos.

Pierre decía que no hay compromiso con Dios, si no hay compromiso con el pueblo.
-Dios se hizo pueblo en Jesús. Es lo mismo que decir no hay salvación fuera de Jesús, fuera de los pobres, porque Dios se hizo pobre en Jesús y se identificó con la buena nueva para los pobres. Eso es lo que determina la trascendencia de la Iglesia. Hacerse historia por el pueblo y su desafío. Ahí es el único espacio donde se toca a Dios, en los pobres.

¿Qué piensa de la última pastoral de la Iglesia?
-No la conozco, pero creo que por fin la Iglesia empieza a hablar de problemas del pueblo y no de problemas de ella.

La carta habla de humanizar y compartir con equidad. ¿Es un llamado, cree, a los grandes grupos económicos a repartir mejor la torta?
-Pero sobre todo a los que nos decimos discípulos de Jesús. Que no quede sólo en el papel. Porque no es sólo para los otros: la Iglesia tampoco ha sido consecuente con el evangelio de Jesús. La estructura de la Iglesia tiene que cambiar, las estructuras litúrgicas, pastorales, sobre todo el lugar de la mujer. La Iglesia tiene que cambiar mucho para que sea una iglesia donde quepan todos, una iglesia que esté atenta -como dice el Vaticano II- a las esperanzas y los sufrimientos de los hombres, y sobre todo de los pobres.

El obispo Goic habló hace poco sobre un proyecto que humanice el sistema económico neoliberal. ¿Cómo se humaniza?
-Poniendo al hombre, y sobre todo al pobre y al oprimido en el centro de las preocupaciones y no a la economía. Así se humaniza. Eso es lo que hizo Jesús. Por eso lo mataron el poder religioso y el poder político, porque ni el religioso ni el político tenían como centro al hombre y al pobre.

¿Cuál es la iglesia que representa Pierre Dubois?
-Desde el origen, la Iglesia siempre tuvo la tentación de aliarse con el poder. Desde Constantino, la edad media, el cesaropapismo. Pierre y tantos otros, sobre todo la Teología de la Liberación, pretende volver a la Iglesia de Jesús, la iglesia de los sin poder. Porque es la iglesia de un Jesús que no tenía poder. Dios, que le llaman algunos equivocadamente, el omnipotente, se hizo en Jesús sin poder y fue crucificado y tratado como los sin poder. De esa Iglesia venimos y a ese Dios le creemos.

Goic también comentó que si hubiera sido estudiante hubiera protestado…
-Habría que decirle ¿y dónde están los rectores y las monjitas de colegios católicos y de universidades católicas? ¿Están defendiendo su institución o están defendiendo el mensaje de Jesús? Si reconocen el valor de los jóvenes, de lo que están pidiendo los estudiantes, calidad y gratuidad, ¿por qué no están en la calle? ¿por qué no salen como Jesús a reivindicar los valores del reino de Dios y su justicia? Lo que me da pena es que la Iglesia no esté en la primera fila de las reivindicaciones de los jóvenes.

Es necesario que la Iglesia se acerque al pueblo, a sus demandas.
-No hay que acercar. Eso es una aberración. La Iglesia, o es del pueblo o no es. ¿Qué es una Iglesia que no está en el pueblo? Es como un Jesús sin haberse hecho pobre. Cuando la Iglesia no está en el pueblo es una Iglesia que se ha separado de la Iglesia de Jesús.

¿Crees que deberían indemnizar a la gente abusada por sacerdotes?
-Creo que hay que preguntarle a las víctimas qué piensan ellos y en qué forma podemos reparar la vergüenza que sentimos como colectivo.

¿Cómo vivió la caminata acompañando los restos de Pierre desde La Victoria a la Catedral?
-Por fin me toca ver, oír, tocar y sentir en el corazón lo que es el sueño de Jesús de una Iglesia distinta. Por eso no me gusta que se encierren en discusiones teológicas o filosóficas o políticas; vengan a ver lo que vivimos esta tarde, esa es la belleza que enseñó Jesús.

Caminar con el pueblo…
-Eso. Ahí se descubre a Jesucristo, ahí se descubre el espíritu de Jesús. Los que no fueron a despedir a Pierre se farrearon un momento único de la Iglesia de Santiago.
¿Esto marca alguna tendencia, muestra un quiebre dentro de la Iglesia?
-No creo que quiebre. Estas son luchas internas que están en la Iglesia desde el origen. Está la iglesia de Judas que vendió a Cristo; la iglesia de Pedro que lo traicionó y la iglesia de los mártires, que murieron por Cristo. Es algo que sucede desde el origen.

Y que también pasa en la iglesia chilena
-Claro, la pelea se va a dar siempre. Porque el pecado y nuestra inconsecuencia con el evangelio están metidas dentro de la Iglesia. Y también la consecuencia de este hombre (Pierre), que refleja la sensibilidad de los pobres por el evangelio. Jesús decía yo te alabo padre, porque tú te das a conocer en los pobres, los pequeños y no en los sabios y poderosos. Lo que vivimos esta tarde es eso.

¿Qué es lo que refleja?
-Es la intuición que tienen los pobres de que es posible crear un mundo en que ellos sean los protagonistas, que existe un Dios que está por el lado de ellos y no del poder ¿Dónde está la iglesia de Jesucristo, entonces? Estaba en la calle, ahí.

¿Dónde más?
-Eso es muy difícil señalarlo. Los bordes de la Iglesia son los bordes del amor y de los que luchan por crear una situación nueva. Los que acogen a Jesucristo y su buena nueva. Esos son el misterio de la Iglesia. Otra cosa son los dogmas de la religión, ciertas normas morales, litúrgicas y canónicas. No puede haber una experiencia espiritual sin un mínimo de estructura. Pero el problema es cuando se endiosan las estructuras, se anquilosan, y pierden la fuerza del espíritu. La gente no entiende mucho de esas estructuras pero sabe que pensar en un mundo feliz tiene que ver con poner la ciencia y la tecnología al servicio de los marginados y excluidos, como lo hizo Jesús.

También como lo hizo Pierre, que fue homenajeado con una guardia de honor por gente que pensaba tan distinto a él como el Frente Patriótico Manuel Rodríguez…
-Sí, como los zelotes que le hicieron la guardia de honor a Jesús… Fíjate que cuando íbamos entrando a la catedral había una imagen de la virgen del Carmen que decía que nos une a todos. Pero la virgen María decía Dios derroca a los poderosos y levanta a los humildes. Dios dice que a los ricos los dejará con las manos vacías y a los pobres los llenará de bienes. ¿Por qué la iglesia católica no pone esas palabras de María, que están en el evangelio y que la hacen una mujer del pueblo y no del poder, y la viste con corona de oro? La Iglesia está traicionando al pueblo… Nos miente. Hemos disfrazado a la virgen de poderosa y la nombramos generala. Esas son traiciones. Hay que llamarla por su nombre. No hemos entendido a María de Nazaret.

Y si dices que la Iglesia se ha vestido con el ropaje de los poderosos, ¿qué piensas de los poderosos que se han aprovechado de la Iglesia?
-Creo que lo diabólico que tienen los poderosos es que se visten de cualquier cosa con tal de seguir usando el poder… Cuando estábamos llegando a la Catedral, le dije a la gente que iba a comenzar la manipulación del catolicismo. Les dije que cantaran los cantos del pueblo porque adentro iban a tratar de silenciarlos con los cantos del catolicismo. Griten nomás, les dije.

PÉNDULO PROGRESISTA

¿Qué piensas de la iglesia que representa Ezatti?
-Representa al episcopado, los obispos siempre bajan la guardia al sentir común, a la mediana. Ni pa allá, ni pa acá. Hay episcopados como el de Brasil que se cagan en la mediana y dicen lo que Cristo diría. Hubo un tiempo en que realmente el nuestro hablaba desde Jesucristo y desde los pobres. Ahora estamos saliendo de esta iglesia de Juan Pablo II…

¿Cuál es la Iglesia que se viene?
-Creo que recién está empezando a aparecer el péndulo de la iglesia progresista por el escándalo de Fernando Karadima. A nosotros nunca nos oían y ahora nos llaman a los seminarios a hablar. Antes nunca lo hacían, porque éramos los malos modelos. Por eso ahora llaman a Sergio Torres, a todos estos otros porque se dieron cuenta…

Que ustedes eran el sustento moral…
-Se dieron cuenta, han hecho una autocrítica honrada, creo, pero hasta por ahí no más. Porque esto que pasa no nos debe distraer de los temas que se deben discutir en la Iglesia.

¿Como el papel de la mujer?
-Todo lo que pasa en el mundo, en la sociedad, tiene que pasar en la Iglesia. Si las mujeres votan, si pueden ser presidentes, si están adquiriendo los mismos derechos, ¿por qué no? Si la Iglesia es una parte del pueblo. El día de mañana puede existir una mujer Papa, ¿por qué no? Puramente por problemas culturales.

Lo mismo que sucede con el prejuicio hacia la homosexualidad…
-También. Mira, la Biblia dice que nacieron así y la ciencia también. El Dios creador permitió, a través de la evolución, que se llegue a producir este tipo de hombre o de mujer. Quién eres tú o yo para prohibir que alguien ame a una persona igual a sí mismo. ¿Quién soy yo para impedir eso? ¿De dónde? Esto lo hablé con Pepe Aldunate el otro día. Ahora, de ahí a que se acepte… hay tanta traba cultural entremedio.

¿Crees que la clase política y económica están a la altura de los cambios que requiere el país?
-Lo peor es que no tienen el mínimo de humildad, de autocrítica. Han perdido protagonismo. Yo no veo a ninguno que pida perdón a los cabros. Tienen que pedirles ayuda y aprender de ellos.

A propósito de los estudiantes, han sido ellos los que han levantado la consigna contra el lucro y ahora la carta pastoral al menos lo esboza. Hay muchas cosas que son necesarias socialmente y que la Iglesia no ha hecho eco.
-Parte de la Iglesia, hasta la edad media, hablaba de los bienes básicos. Eran lo que tú necesitas: pan, techo y abrigo. Habría que asegurar, entonces, pan, techo y abrigo para todo el mundo en la estructura económica. Después se llamaba los bienes según la función social. O sea, cuánto necesita un rey, un cura y el estado llano. Las tres categorías. Entonces, se llamaba estatus. Lo que quedaba después de cumplir la necesidad básica de estatus se llamaba lo superfluo y eso era de los pobres. Y si tú no entregabas eso a los pobres, no podías comulgar porque le estabas robando al pobre lo que era de él.

Una especie de chorreo…
-Chorreo, pero eso lo olvidó la Iglesia a partir del siglo XVI. Un cura amigo mío obrero, francés, hizo un estudio sobre eso y es interesantísimo cómo la Iglesia lo fue callando cuando entró al sistema capitalista. Fíjate que había obispos en París que al rey de Francia, si no había distribuido los bienes a los pobres, no le daba la comunión. Públicamente. No, usted no comulga porque no ha entregado los bienes, usted es un ladrón. Y en ese entonces no había doctrina social de la Iglesia. ¿Por qué no priva de los sacramentos, entonces, al patrón que explota a sus obreros? ¿Quién es peor ante Cristo?

Otra de las enseñanzas de Pierre Dubois es su sentido de consecuencia y cercanía. La gente valora que el cura sea vecino y amigo. Eso también se ve reflejado en esta multitudinaria despedida…
-Tú ves la sensibilidad del pueblo. ¡Mira la cantidad! ¿No te impresionó cuando veníamos por Arturo Prat, por San Diego? Yo decía, esta gente, esos obreros de la construcción que aplaudían a un cura. ¿Te das cuenta lo que significa eso? Si tú le preguntas a ellos ¿por qué están aplaudiendo a ese que va en el féretro? Ah, porque era un cura choro, te van a decir; porque era un cura que estaba con nosotros. Eso te van a decir. ¿Y te das cuenta la sensibilidad que hay ahí con Jesús, el que se hizo pobre, el que llevó buenas nuevas a los pobres? Esa gente intuye lo que es el cristianismo, aunque no lo conozcan. Me importa un cuesco que lo conozcan.

Porque en el fondo lo intuyen, como dices…
-En cambio, todo este sistema eclesiástico… Cuando llegaron a la catedral, y estaban los obispos metidos con sus mitras y el otro con el cáliz dorado… Una mierda. No cachan una. Vendan todas esas huevás y regálenselas a los pobres. Eso lo decía un obispo de la iglesia: San Juan Crisóstomo, obispo del siglo V, del imperio bizantino. Decía: “¿a quién llaman ustedes ladrón? ¿a quién les roba las cosas? ¿Y ustedes, que tienen tantos trajes de oro metidos adentro de sus roperos, ustedes que les ponen cálices dorados con piedras preciosas mientras Cristo se muere de frío en las barriadas de Bizancio? ¡Ustedes son ladrones!”. A este lo exiliaron cinco veces. Eso es lo que falta hoy día.

Uno piensa, no sé si me equivoque, que esta Iglesia que representa Pierre, esa iglesia obrera, de población, está casi en extinción
-Eso es por la deformación mental que tienen ustedes los periodistas. Porque ustedes siempre miran el poder y no miran la base. Ustedes están deformados totalmente. ¿Por qué no van a preguntarle a un cristiano de La Legua qué es la iglesia para él? A uno de esos que llevan el desayuno para Jesús a las cinco de la mañana. ¿Por qué no le preguntan a estos mapuches cristianos qué es la iglesia para ellos? ¿Por qué le preguntan siempre a los curas y a los poderosos?

Ustedes están deformados.
Pero Mariano, me da la impresión que esa escuela no se proyecta…
-Pero lo que viste en la tarde es eso. Esa es la escuela. Tú viste cuántos curas jóvenes había hoy. Poquitos, pero había. Pero en la catedral están todos sentados con las mitras y todas esas cuestiones.

“ESTAMOS HUÉRFANOS”

¿Tú crees que el episcopado utilizó la imagen de Pierre Dubois para expiar sus culpas?
-Hay un sector que sí. Y otro sector que lo conozco, que son humildes, y que piden perdón por eso. Conozco curas que piden perdón a los pobres por ser lo que son. Hay una carta, léela, de Pablo Fontaine, que se llama Carta a los católicos ricos. Lean esa carta. Es una carta a los católicos ricos. Léela y te vas a dar cuenta. Y él viene igual que yo de una de las familias más ricas de Chile. A mí me duele, por ejemplo, el lenguaje que traía la gente: “Pierre, amigo, cura consecuente, que diste la vida por toda tu gente”. Eso es lo más profundo del evangelio. Lo que el evangelio dice, que la palabra de Dios se hizo carne pobre y vino a habitar entre nosotros. Y Pierre lo que trató de hacer es exactamente eso. Dio la vida por los pobres. Cada vez que no se es consecuente con el evangelio y la buena nueva a los pobres, se mata a Jesús. La iglesia de Cristo mata a Jesús. Los empresarios injustos y explotadores son asesinos de Jesús. El mismo Cristo dice: no se puede servir a Dios y a la riqueza. Para Jesús, el rico odia a Dios.

¿Qué piensas de estos curas que hacen carrera al alero de los poderosos y se benefician personalmente de sus riquezas…?
-Siempre fue así. A veces la Iglesia, un sector de ella, se abre a Jesús y la utopía de la fuerza de su espíritu. Es una Iglesia sensible al pueblo, a los pobres, a una humanidad distinta. Otra veces se da otro aspecto, buscan seguridad, riqueza y aliarse con el poder. Ahí traicionan a Jesucristo. Toda la vida ha sido esa lucha. Cuando Judas vendió a Jesucristo, ganó ese sector de la Iglesia. Cuando Pedro negó a Jesucristo, ganó ese sector de la Iglesia. Y terminaron matándolo. Eso va a ser siempre.

Y en Chile, pasa lo mismo…
-La Iglesia nunca es la iglesia que pensó Jesus… hay momentos que me tocó vivir, como en la Unidad Popular, la resistencia, con la Iglesia como protagonista del proyecto de Jesús. Hoy es una iglesia adormecida. Y este signo que hacen los obispos hoy, si le sacamos partido, podemos empezar a repensar la iglesia. Jesús la puso al servicio del reino, de la transformación de la sociedad, no para mirarse a sí misma.

Hoy se te acercó mucha gente, ¿qué te decían?
-Cariño, puras cosas de cariño. Necesitaban expresarse. Antes, por ejemplo, tenía obispos con quienes podía hablar. Ahora me siento huérfano de la iglesia. No tenemos con quién hablar. Pedro Ossandón es un obispo con quien hablar. También Alejandro Goic. Pero son muy pocos. Los otros están renunciados. Estamos huérfanos. En cambio otros están muy felices…

Volvamos a Pierre….
-Pierre representa un clero pensante, aquellos que estudiamos teología y nos movemos con un pensamiento. No es un clero populista sino que sabe un poquitito para dónde quiere ir. Me extrañó mucho que hubiera tan poco cura en la caminata. En Santiago son alrededor de 400. Y Llegaron 15. Estaban al final. Estaban esperando a Pierre en la catedral. No puedo entender que el pueblo se saque la cresta y nosotros estemos sentaditos, esperando. Me dio rabia cuando los vi…

¿Por qué?
-Muchas de las cosas que he dicho te las digo porque estoy muy tocado. Estaba medio decepcionado de lo que está pasando en esta Iglesia. Hace tiempo que le estoy diciendo a los curas y al aparato reflexivo que nos estamos farreando una oportunidad. No estamos ayudando al campo reflexivo. Esta gente despertó, son los grandes testigos. Y no me equivoco. Tú ves la desproporción que había entre ese pueblo que estaba ahí y los curas. No estamos en la línea de ellos.

Mucho rebaño y pocos pastores…
-Claro, un rebaño que tiene la intuición del evangelio y parece que los curas lo hemos perdido. No lo han sabido captar… No estamos en la parada de que el Dios se hizo pobre, de que sólo entre los pobres podemos descubrir a Jesús. Gritando, clamando, hablando con hambre de justicia, jugándosela por el bien de la gente. Como no estamos ahí, ¿mañana qué? Vamos a hacer una liturgia artificial, puntual, sin historia. Porque no estamos en la historia. En nombre del padre, del hijo; antes de celebrar los sagrados misterios… ¡Pero si anoche nos tocó ver lo que pasa con los misterios! Se trata de un hombre que se abre por amistad con Jesús. Pierre decía que le importaba un cuesco lo que decían de él, que si era extremista o marxista. “Yo lo hago por amistad con Jesús”, decía. Cómo no va a ser lindo eso.

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