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Opinión

11 de Octubre de 2012

La elección de Chávez y los demócratas chilenos

* Resulta indudable que las recientes elecciones presidenciales realizadas en Venezuela no dejaron a nadie indiferente. El enfrentamiento entre los dos principales candidatos: Hugo Chávez por los partidos de la izquierda, y Henrique Capriles, centroizquierdista apoyado por la derecha, marcó de una u otra forma la pauta en las discusiones políticas del fin de semana. […]

Felipe Ramirez
Felipe Ramirez
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Resulta indudable que las recientes elecciones presidenciales realizadas en Venezuela no dejaron a nadie indiferente. El enfrentamiento entre los dos principales candidatos: Hugo Chávez por los partidos de la izquierda, y Henrique Capriles, centroizquierdista apoyado por la derecha, marcó de una u otra forma la pauta en las discusiones políticas del fin de semana.

Más allá de los resultados, en los que nuevamente el candidato de la izquierda demostró su indudable apoyo popular en una contienda electoral que rompió récords de participación en el mundo, resultaron interesantes las reacciones que se produjeron en el país frente a los sucesos.

El gobierno bolivariano ha sido causa constante de polémica en Chile. Ya el 2002 ante un intento de golpe de Estado en Caracas, el gobierno del “socialista” Ricardo Lagos se apresuró en reconocer al nuevo régimen, el que fue rápidamente derrocado por la reacción popular dejando en una muy incómoda posición a la Concertación. La alianza de centroizquierda no tuvo argumentos para defender su respaldo a los golpistas en contra de un gobierno democráticamente electo, cuando su identidad política se articuló en torno a la oposición a la dictadura de Pinochet.

Estas elecciones permiten poner frente a un espejo la democracia que tenemos, en un país que tuvo 20 años de gobiernos centroizquierdistas luego de la dictadura. Lo cierto es que las declaraciones de Andrés Velasco comparando el gobierno de Chávez con la dictadura y las del diputado Arenas llamando al presidente de Venezuela “simio” hacen cuestionarse lo que estas personas entienden por democracia.

Con todas las críticas que se pueden levantar desde la izquierda al gobierno de Venezuela, es claro que los niveles de participación de los sectores populares son altísimos en comparación con cualquier democracia occidental. Llama la atención que un antiguo miembro de un gobierno socialista insulte de esa manera a las víctimas de abusos a los DD.HH. de toda América Latina, y al pueblo venezolano en su conjunto, al realizar una comparación como esa. Por su parte, las declaraciones del diputado de la UDI no hacen más que reafirmar todas las ideas preconcebidas sobre ese sector. Algunos se sienten cómodos criticando otro país mediante insultos sin mayor argumentación mientras ignoran la situación de violencia en la Araucanía que ya ha cobrado la vida de numerosos jóvenes mapuche, la violencia que soportan cientos de estudiantes en cada protesta, con detenidas obligadas a desnudarse en las comisarías, o los abusos y prácticas antisindicales que son pan de cada día para los trabajadores chilenos.

Sin ir más lejos, quienes han tenido la administración estatal durante años en un país que acaba de rebajar las ayudas estatales a los estudiantes de menos recursos en las carreras no rentables, limitando el derecho a elegir una carrera universitaria libremente sólo a quienes tienen plata, no pueden tachar de poco democrático a un país que tiene educación gratuita garantizada por el Estado. La democracia en Chile cuida los privilegios políticos, económicos, sociales, culturales y educacionales de una minoría, mientras en Venezuela, con todas sus limitaciones, las posibilidades siguen abiertas para que sean las mayorías quienes vayan definiendo el futuro.

Por un lamentable error, el nombre de Felipe Ramírez, secretario general de la FECH, no figura en la edición papel de la revista. Presentamos nuestras excusas al señor Ramírez.

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