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Poder

5 de Noviembre de 2012

Hinzpeter se mandó mini cuenta pública en El Mercurio por mote de “ministro inexistente” que le dio Carlos Peña

El ex hombre fuerte de La Moneda, Rodrigo Hinzpeter, salió a defenderse en el diario de Edwards de la columna publicada por Carlos Peña en la edición dominical de El Mercurio, donde le pegaba sendos palos al número dos de palacio calificándolo de “ministro inexistente”. Hinzpeter parte diciendo que “como en otras ocasiones, agrede de […]

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El ex hombre fuerte de La Moneda, Rodrigo Hinzpeter, salió a defenderse en el diario de Edwards de la columna publicada por Carlos Peña en la edición dominical de El Mercurio, donde le pegaba sendos palos al número dos de palacio calificándolo de “ministro inexistente”.

Hinzpeter parte diciendo que “como en otras ocasiones, agrede de forma tal que resulta ineludible exponer una visión distinta. Lo hago recurriendo al único espacio que puedo, como son las Cartas al Director. Me ataca como ministro, pero me defiendo desde la tribuna del ciudadano, menos vistosa que la del columnista. Esa asimetría entre la posición de uno y otro debiera obligarlo a ser comedido en sus expresiones, riguroso en su análisis y objetivo en sus conclusiones”.

Siempre desde el punto de vista de la víctima, Hinzpeter busca desmentir el mote que le dio Peña de ministro del Interior inexistente, calificación que por el tono de la carta fue como un ají para el secretario de estado.

“Estoy en condiciones de demostrar que esa inexistencia sólo existe en la imaginación del que no quiere ver la realidad. Haré un apretado repaso y pido excusas por el uso de la tercera persona, pero me parece más digno” indicó.

Abusando de la tercera persona, Hinzpeter dice que “el ministro inexistente dirigió el Comité de Emergencia post 27-F, aseguró abastecimiento a damnificados, empujó el restablecimiento de servicios básicos y cumplió, con la ayuda de muchos, con la meta de 40 mil viviendas de emergencia. En su período se aprobó el nuevo Ministerio del Interior y Seguridad Pública, se implementó la Subsecretaría de Prevención del Delito, el Senda y la primera Estrategia Combinada de Alcohol y Drogas. Se amplió la planta de Carabineros en 10 mil y la de la PDI en mil. Se absorbió el trabajo de las antiguas subsecretarías de Carabineros y de PDI. Se implementó el Fondo Nacional de Seguridad Ciudadana. Enfrentó una difícil crisis por la huelga de hambre de comuneros mapuches, y consiguió modificaciones a la ley antiterrorista que eliminaron aspectos contrarios al derecho penal democrático. Promovió la ley de tolerancia cero al alcohol y diseñó el programa Calles sin Alcohol, que han significado menos muertes y accidentes”.

Como si El Mercurio le hubiese prestado espacio para una cuenta pública, el sheriff sigue enumerando sus obras: “asumió una abierta campaña antidelincuencia, obteniendo las dos mejores encuestas Enusc en su período. Recientemente se conoció una baja inédita de 14,6 por ciento de los delitos que se denuncian. Probablemente la Enusc 2012 estará entre las tres mejores conocidas. Reemprendió una campaña contra la violencia en los estadios, enfrentó las barras bravas, estableció un nuevo trato con las dirigencias de clubes, y aprobó una nueva normativa. Basado en Tolerancia Cero-NY, implementó el STAD en más de 300 comisarías, convirtiéndonos en uno de los pocos países que cuenta con esta herramienta. Siguiendo un modelo de Londres, implementó una nueva política de seguridad en el Transporte Público, uno de los lugares en que los chilenos expresan sentir mayor temor. Cumpliendo un compromiso presidencial, impulsó el proyecto Fondenor y el Fondo zonas Unesco para el cuidado de Valparaíso, el Parque Rapa Nui, las iglesias de Chiloé y otros. Llegó a un acuerdo con los funcionarios municipales de todo el país para la homologación de sus sueldos con el sector público. Instaló el Registro Público para Condenados por Delitos Sexuales contra Menores, y el Registro Nacional de Prófugos”.

Empezando a dar lata habló de sus acciones con la Onemi, los Bomberos, las policías y asegura sobre sí mismo que este ministro “conduce múltiples conflictos sociales y sectoriales, solucionando unos y evitando que se desaten otros”.

Sobre las marchas dice que le tocó el año con mayor cantidad de protestas desde el regreso a la democracia y que enfrentó este desafío “con permanente preocupación por las garantías ciudadanas, el derecho a expresión y la convivencia en paz”.

Hinzpeter sostuvo en su carga que fue el súper hombre al solucionar conflictos en Calama y Arauco, además de arreglar problemas con portuarios y camioneros “… Y hay muchos más, porque cada día el país amanece con nuevos desafíos y se duerme con nuevas esperanzas”.

Finalmente el ministro asegura que su trabajo “le ha significado un conocimiento de casi un 90% y una aprobación promedio de 57%. Según esas cifras, es obvio que el ministro del Interior sí existe para los chilenos, aunque no para el columnista. Los hechos contrastados con la prosa nos permitirían hablar del “columnista ciego”. Sin embargo, considerando que desde que asumió el Presidente Piñera, más de la mitad de sus columnas las ha dedicado a agredir al Presidente, a su gobierno o a sus ministros, sin reconocer virtualmente ningún avance, parece más apropiado hablar del “columnista activista”, que finalmente es una mala mímesis del columnista comprometido”.

Tratando de dejar la pelea hasta aquí nomás si es que Peña le responde Hinzpeter termina así: “Como es sabido que el columnista poco sabe de no tener la última palabra, es muy probable que responda esta carta. Habrá dúplica del suscrito sólo si la eventual réplica lo merece”.

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