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Opinión

19 de Noviembre de 2012

Unos se suben, otros se bajan

Inicialmente todos querían ir. Incluso muchos reclamaron e hicieron escándalo cuando vieron que no estaban en las listas. Interpelaron por la prensa al Ministro Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Luciano Cruz-Coke. Se victimizaron y lograron que se reconsideraran algunas incorporaciones. Así se hizo, y con una cara de felicidad, las […]

Pablo Dittborn
Pablo Dittborn
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Inicialmente todos querían ir. Incluso muchos reclamaron e hicieron escándalo cuando vieron que no estaban en las listas. Interpelaron por la prensa al Ministro Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Luciano Cruz-Coke. Se victimizaron y lograron que se reconsideraran algunas incorporaciones. Así se hizo, y con una cara de felicidad, las supuestas víctimas aceptaron ser incorporados al grupo de chilenos que asistirán, invitados por el Consejo de Cultura, a la Feria del Libro de Guadalajara, donde este año Chile es el país invitado de honor. Tal como sucedió en 1999 -cuando Chile también fue país invitado de honor-, incluso antes de subirnos al avión ya estábamos agarrados de las mechas, lo que naturalmente se exacerbó una vez que aterrizamos en Jalisco. Esta vez no podía ser distinto. No hemos cambiado tanto en trece años.

Ahora, la excusa para reclamar y bajarse del avión parecen ser las compras hechas por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura. Ha habido bajas mediáticas inexplicables de algunos invitados, como la del muy respetado y admirado editor de la UDP Matías Rivas, quien siente que se han aplicado criterios desastrosos en la selección de los títulos adquiridos. Pero resulta que, escarbando un poco, nos hemos dado cuenta de que su queja va contra las compras del CRA (Centro de Recursos del Aprendizaje), programa dependiente del Ministerio de Educación. En general, Matías tiene buena puntería, tanto para editar como para reclamar, pero esta vez le erró al blanco, y por mucho. Lamento la bajada de Matías y se lo expresé personalmente, porque creo que su participación en Guadalajara habría sido un gran aporte al debate sobre la industria como editor universitario. Pienso, sinceramente, que esto se debe más al temor a subirse a un avión que a los eventuales errores que haya cometido el CRA. Polemizar con Matías es entretenido e interesante, ya que tiene muy buen juego de piernas, cosa que le falta a varios en el ambiente editorial.

Otro amigo que se ha bajado es Germán Marín, y también lo lamento. Pero aquí no tengo la menor duda de que nada tienen que ver las compras de libros de ningún organismo estatal. Él dijo que no quería involucrarse con el actual gobierno directa o indirectamente. Me parece injustificable que el argumento para no participar en una Feria Internacional, donde el país invitado de honor es Chile y no el gobierno, sea la discrepancia con éste, ya que todos sabíamos de dónde venía la invitación. Una lástima, creo que con ambos lo habríamos pasado muy bien en Guadalajara.

Espero que nuestros futbolistas no sigan el ejemplo de algunos escritores y editores chilenos y se nieguen a ir al mundial de Brasil (si es que clasificamos) por falta de afinidad con el gobierno de ese momento.

Mucho lío se ha armado con las compras públicas, tanto del Consejo del Libro, de la DIBAM (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos) y del CRA, pero poco se ha dicho con real conocimiento. Todas estas instituciones compran de acuerdo a la ley, reglamentos y bases de concursos en condiciones absolutamente desventajosas con respecto a los precios otorgados al canal de librerías, considerando que los volúmenes de compra, en la gran mayoría de los casos, son superiores a las de cualquier librería, pagadas puntualmente y con un descuento promedio muy inferior. En concreto, al Estado se le vende más caro a pesar de que el pago está asegurado y en fecha. Algunos postulan que para evitar dejar fuera a tantas obras se debe incrementar el fondo para compras. Otros, que el Estado debe comprar de manera más eficiente y pelear por obtener mejores precios, conociendo lo que los editores le dan a los libreros. Un tema por discutir, aunque a muchos no les convenga.

Como decía hace algunos años un popular relator de fútbol, “esto comienza señores”. Luego vendrán los infaltables tontones escribiendo sobre con qué tipo de pasajes viaja cada uno, que si business o turista, o que si le tocó pasillo o ventana a tal o cual. Tampoco faltará un oligofrénico que comentará por qué viaja cada uno, qué parentescos tiene con tal o cual autoridad o quién se acuesta con quién. Etcétera. Esa maldita manía de farandulizarlo todo será inevitable. Habrá tanta mala leche en los comentarios que seguramente la nata (no Jorge, el periodista) intentará cubrir lo mucho de positivo que tendrá esta participación chilena en la FIL de Guadalajara.

Vamos a extrañar a los que se bajaron. A todos. Aunque lo hayan hecho por razones valederas o equivocadas. La idea era que estuvieran los que fueron convocados.

* Director General Random House Mondadori, miembro del Directorio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, gerente general The Clinic.

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