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Opinión

5 de Diciembre de 2012

“Beyer sabía que había un contrato entre Luis Eugenio Díaz y la Universidad del Mar”

En estas últimas semanas, una parte de las denuncias de Patricio Basso, ex secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Acreditación fueron ratificadas por la fiscalía y comenzó un proceso que hoy tiene a la CNA en una crisis institucional y a dos ex rectores de universidades y un ex presidente de ese organismo en […]

Ricardo Ahumada
Ricardo Ahumada
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En estas últimas semanas, una parte de las denuncias de Patricio Basso, ex secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Acreditación fueron ratificadas por la fiscalía y comenzó un proceso que hoy tiene a la CNA en una crisis institucional y a dos ex rectores de universidades y un ex presidente de ese organismo en prisión preventiva por cohecho y soborno, entre otros delitos.

Una parte, aclara, porque sus denuncias partieron con el oficio del contrato de asesoría de Luis Eugenio Díaz con una la Universidad del Mar, pero a ellas les sumó denuncias por lucro, que sustentaron el informe de la comisión investigadora de la Cámara que nunca se aprobó, pero que sirvió de punto de partida para la segunda patita de la investigación que llevan los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena.

Ahora, después de revelar que rechazó regalos navideños, almuerzos con rectores de establecimientos e incluso que se abstuvo de una acreditación por haber trabajado y ser amigo de uno de los detenidos (Ángel Maulen, ex rector de la UPV), fija su hoja de ruta de aquí hasta que se esclarezca si hubo o no lucro en algunos planteles de educación superior. “Tengo que volver a trabajar, porque estoy cesante, pero quiero aportar para mejorar el sistema que tenemos hoy”, dice.

Usted ha culpado en gran medida de esta situación a Harald Beyer por lo ocurrido en la CNA ¿Es él el culpable?
– Sin duda no es el único, pero sí hay una responsabilidad política grave de Beyer. A lo menos desde el 23 de marzo, e incluso antes, Beyer sabía que había un contrato entre Luis Eugenio Díaz y la Universidad del Mar. El problema es que él no hizo nada al respecto. No tenía por qué saber que el Contralor ya había hecho la denuncia, pero si no se hubiera hecho no habría pasado nada.

¿Siempre supo que había un delito atrás?
– El que tenía conocimiento de algo que podía ser potencialmente un hecho delictual era el ministro. Y el ministro no hizo nada hasta ahora, pocos días atrás, cuando recién ahora se fue a reunir con el Consejo de Defensa del Estado para saber qué estaba pasando. Pasaron ocho meses sin que hiciera absolutamente nada. Yo creo que faltó gravemente a sus deberes.

Pero Beyer dijo que lo que usted envió fueron balances financieros, no denuncias.
– En este caso, lo que yo hice fue trasladar al Contralor, pero con un análisis. No fue una cosa neutra o sólo números, yo le hice presente a través de un oficio las normas que se estaban vulnerando con una interpretación. Ahora, con eso ¿qué es lo que hace un ministro? Lo mínimo que debería haber hecho era poner un abogado y pasar la información al CDE.

¿Hace cuánto tiempo entonces manejan la información de las asesorías y las denuncias por lucro en el gobierno?
– El gobierno sabe de situaciones de lucro hace más de un año. Ahora la comisión decidió no informar de inmediato cuando la obligación es informársela al ministro. Yo podría haberlo preguntado a la CNA, pero se había decidido no hacerlo hasta que se resolvieran todas las acreditaciones de 2011, entre ellas las de la Universidad Pedro de Valdivia, de la cual me resté porque yo trabajé ahí.

¿Usted no participó en nada durante ese proceso?
– Nada. Yo me resté y se lo informé a Iñigo (Díaz, renunciado presidente de la CNA en noviembre de este año). Le dije que había trabajado ahí y que era amigo de Ángel Maulen, por lo que me resté del proceso. La minuta financiera no la hice yo, se le encargó a otra persona que la hiciera de la CNA. Pero por esos días estaba la comisión del lucro y yo escuché a Beyer desahuciar el informe. Yo me molesté a decir verdad, porque sabía que a través de Juan José Ugarte él sabía que tenía denuncias concretas. La situación estaba ahí. Entonces, les mandé el oficio y una semana después le informé a la comisión.

¿Por qué hizo la denuncia en ese momento?
– Las hice, la de las asesorías y las de lucro, porque moralmente hay que hacerlas, porque la ley me obliga y porque la comisión tomó el acuerdo y ratificó hacer lo que la ley dice. Entonces, cuando veo a Beyer diciendo que el informe valía nada y él tenía los antecedentes a través de Juan José Ugarte, dije no espero más y las mandé. Eso fue el 14 de junio. Ahí hay una cuestión grave porque él tenía conocimiento de la cuestión desde mucho antes y debió en ese mismo momento investigado las denuncias.

Pero Beyer llegó al gobierno a fines de diciembre
– Claro, pero Juan José Ugarte tiene la obligación de informar a su superior jerárquico. Él sabía o Ugarte no lo hizo e incumplió un estatuto administrativo. Pero Beyer, objetivamente, más allá de saber por Ugarte, supo el 14 de junio. Y cuando se estaba votando en la comisión y luego en la Cámara el informe de la comisión investigadora de los diputados, Beyer dijo que no tenía antecedentes. Ninguno. Pero con descaro. “No tenemos ninguna denuncia concreta”, decía, y las tenía en su escritorio. Si él hubiera dicho que tenía eso, capaz que se hubiera aprobado el informe.

¿Por qué razón? Si desde un principio ha planteado modificar la CNA
– Hace una maniobra política en mi opinión y siguió negándolo hasta que el 6 de agosto en la comisión de la Cámara, cuando yo e Iñigo Díaz fuimos y hablamos de estos oficios, ese mismo día descubrió la pólvora y dijo que podría haber algo. Pero después siguió pasando el tiempo hasta que el 13 de noviembre, yo ya estando fuera, me invita de nuevo la comisión de Educación de la cámara de diputados. Ahí expuse la situación de lucro y de las denuncias, entonces la comisión quedó de pedir los oficios.

Pero la investigación por lucro que usted denunció, en la Universidad Santo Tomás y la Uniacc ya fueron desestimadas por Beyer
– Sí, pero nunca dio a conocer el análisis del informe. Y hasta el día de hoy sigo sin entender cómo no hay lucro en algo donde el lucro es obvio. Yo creo que cualquier chileno de a pie entiende que si uno presta en pesos pierde plata y con UF mantiene el valor. Eso es todo. Entonces es imposible, en mi opinión, que haya una demostración distinta de lo que es el lucro. A menos que hayan inventado contratos y cosas raras para devolver las platas por detrás.

Pero Beyer ya dijo que no había nada.
– Eso respecto a la Santo Tomás, pero desde la denuncia de la Uniacc van 173 días desde el 14 de junio a la fecha. Y todavía no hay respuesta sobre la Uniacc. Ahora, yo no me quedo con la respuesta de Beyer de que ahí no hay lucro. De hecho, yo creo que el Parlamento debiera exigirle que entregara los argumentos de por qué no hay lucro según él o sus asesores. Pero se está investigando y yo calculo que en marzo o abril podríamos tener novedades. El fiscal me mandó a llamar y yo le entregué todos los antecedentes que le había entregado a Beyer. Entonces, ese proceso está en marcha con la UST y Uniacc más todas las universidades que aparecen mencionadas en el informe de la Cámara de Diputados. Y alguna otra que pueda detectarse en el camino.

Sin embargo, eso no significa que vayan a apresar a alguien por lucro
– Según entiendo, la Ley General de Educación mantuvo lo que había establecido el DFL1 (Decreto con Fuerza de Ley) de Pinochet que las universidades eran sin fines de lucro. Pero ni en el DFL1 ni en la LGE aparece algún tipo de pena asociada al ilícito del lucro. Y yo no soy abogado, pero se me ha explicado que aunque haya una falta, si esa falta no tiene previamente establecida una penalidad no se puede hacer nada. Entonces podría darse la situación estúpida que se demuestre que hay lucro, se encuentre a los responsables, pero no se puede hacer nada. Porque ahí lo único que podría hacerse es algo de orden administrativo, como lo de la U. del Mar.

¿Y si se acredita que hubo fraude al fisco?
– En el caso de la U. del Mar, por ejemplo, el problema ahí es que el Estado, de forma indebida a través de Eugenio Díaz, acreditó a esa universidad. Y eso, más allá de que nos guste o no nos guste, el Estado va a tener que hacerse cargo de la situación de los estudiantes. Porque el Estado de Chile, a través de la CNA, independientemente que haya sido mal hecho, le dijo a esos estudiantes que esa universidad era de calidad, hasta diciembre de 2012. Entonces, la responsabilidad del Estado es ineludible en mi opinión. Hasta lo podrían demandar.

¿Y qué implica hacerse cargo?
– Eso es ayudar a reubicarlos, financiar su mantención si los cabros tienen que salir de la ciudad donde estaban y además financiar si se extienden los estudios si es que no les reconocen los ramos donde estén después. Yo creo que tienen que hacerse cargo de la embarrá que se mandó la CNA, que es un organismo público.

¿Con lo ocurrido estas semanas, cree que el gobierno no ha tomado en serio las denuncias hechas por usted?
– Yo creo que hay falta de voluntad política de perseguir el lucro. Eso está claro.

¿Pero por qué razón? ¿Porque es parte del modelo que el gobierno cree que es mejor o porque existen grupos económicos grandes detrás que pueden salir salpicados?
– Más por la segunda que la primera, creo yo. La razón por la que el gobierno no ha embestido es porque detrás hay grupos económicos grandes, algunos internacionales. Global, Laureate, por ejemplo. Y hoy una cantidad importante de alumnos que estudian en esas universidades. Si acá la cosa se degeneró, se salió de madre. Ahora es cierto que hay una tremenda responsabilidad de los gobiernos de la Concertación. Yo soy democratacristiano, militante, pero no tengo por qué hacerme cargo de tremenda embarrá que dejaron. La ideología de la masificación de la educación fue creada desde el gobierno de Aylwin en adelante.

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