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18 de Febrero de 2013

FACh: Funcionaria acusa seguimientos y bullying por denunciar irregularidades y ser madre de un periodista

María Teresa Vergara Krebs asegura que el hostigamiento comenzó cuando denunció anomalías en cursos a oficiales y empeoró debido a que su hijo, un periodista del diario La Tercera, reveló que la institución había escondido información en el proceso que se lleva por la caída del avión Casa en Juan Fernández. Además asevera que estando en la VI Región, un auto con un agente de la Dirección de Inteligencia de la Fuerza Aérea (DIFA) en su interior, la persiguió para atemorizarla. La mujer iba junto a una amiga, quien confirmó los hechos. Paralelo a esto, la Contraloría también hace una indagación respecto a las anomalías en la sección de educación de los hombres de azul.

Por



Seguimientos de personal de la Dirección de Inteligencia de la FACh (DIFA), amedrentamiento de agentes en la vía pública a pie y en auto, rotura de chapa para registrar su vehículo, el robo de un pendrive en su casa, interceptaciones telefónicas, entre otras situaciones de hostigamiento, es lo que contiene el recurso de protección que presentó una funcionaria activa de la institución ante la Corte de Apelaciones de Santiago, el pasado viernes.

De acuerdo al documento que obtuvo The Clinic Online, María Teresa Vergara Kliebs, ex profesora del departamento de docencia de la Fach y actual funcionaria de otra repartición de la entidad, denunció anomalías en los cursos de capacitación que deben aprobar los oficiales para dictar clases en las academias de la FACh. Las irregularidades ocurrieron entre los años 2005 y 2006. Una de ellas implicó al oficial Alfredo Larenas Dintrans quien apareció cumpliendo con los contenidos dictados, aún cuando no terminó el curso. Quien lo aprobó, señala la denunciante, es la profesora Natalia Merino Achurra, quien no tenía la facultad para ello.

Vergara Kliebs comunicó la anomalía a sus superiores, momento en que se inició el “hostigamiento laboral, físico y sicológico que incluyen la revisión y sustracción de mis pertenencias en el lugar de trabajo, malos tratos, amenazas telefónicas anónimas, ofensas de un oficial al interior del baño de mujeres, alusión irónica al uso de un corbo”, entre otros hechos.

Vergara Kliebs representó la anomalía a sus superiores, momento en que se inició el “hostigamiento laboral, físico y sicológico que incluyen la revisión y sustracción de mis pertenencias en el lugar de trabajo, malos tratos, amenazas telefónicas anónimas, ofensas de un oficial al interior del baño de mujeres, alusión irónica al uso de un corbo”.

La mujer relata que el general del aire Hugo Peña Leiva la increpó en su oficina para que rebajara la exigencia y horas de los cursos a los oficiales. “Usted no obedece, lo que yo quiero es disminuir las horas del curso de capacitación y que los oficiales expongan un power point y usted coloque una nota”, asegura la denunciante que le dijo el mencionado oficial.

Otra vez

Según explica la denunciante en el recurso, tras no recibir una respuesta a su reparos, informó de la situación al capitán de bandada Nicolás Valencia Rojas y reiteró sus cuestionamientos en el caso de Larenas Dintrans.

Ante la nula reacción a sus planteamientos, la profesional decidió cambiar de labor dentro de la institución y participó en el segundo semestre de 2009 en un concurso interno, siendo contratada como asesora docente en el Estado Mayor General de la FACh. Allí, afirma, tenia presupuestado poner en práctica los conocimientos adquiridos en un magíster de psicología social que cursaba en la Universidad de Santiago y de paso olvidar los malos ratos que pasó en su anterior puesto. Esto último no ocurrió.

Vergara se comunicó con su hijo, actualmente periodista del diario La Tercera, a quien le indicó la ubicación en que quedaría guardado un pendrive, en donde tenía información académica y personal, además de las presentaciones hechas a sus superiores, “para el evento que me ocurriese algo, aunque no le di detalles para no preocuparlo ni involucrarlo, ya que mi deber como madre es protegerlo”.

“En el mes agosto del año 2011, mientras estaba en mi despacho, en el recinto institucional de Cerrillos, me di cuenta de que faltaban el llavero con las llaves de mi hogar, del de mis padres e hijo, lo que además sucedió en el contexto de que, a lo menos, un funcionario que ejercía labores para la DIFA, cuyo nombre sería Patricio Hinojosa, me estaba vigilando y siguiendo el interior de mi lugar de trabajo, por lo que reclamé por ese extravío y a los 20 días, aproximadamente, el responsable del edificio institucional me indicó que había encontrado mi llavero, regresándomelo”, se lee en la presentación.

Cuatro meses más tarde, el 1 de diciembre del mismo año, Vergara se comunicó con su hijo periodista del diario La Tercera, a quien le indicó la ubicación en que quedaría guardado un pendrive, en donde tenía información académica y personal, además de las presentaciones hechas a sus superiores, “para el evento que me ocurriese algo, aunque no le di detalles para no preocuparlo ni involucrarlo, ya que mi deber como madre es protegerlo”.

Como contexto cabe señalar que el 2 de septiembre de 2011 se produjo el accidente del avión Casa en Juan Fernández. Como docente, Vergara Kliebs no tuvo acceso a ninguna información sobre este tema, que fue manejado con total reserva en la Fach. Sin embargo, como fue el hijo de la funcionaria denunciante quien llevó adelante el caso en el medio de Copesa, se acrecentó el bullying en contra de la mujer, según se colige de lo que ella declara en el documento. Ello especialmente porque el reportero reveló el ocultamiento de información por parte de la FACh al ministro de la Corte de Santiago, Juan Cristóbal Mera, lo que derivó en una serie de renuncias y sumarios internos en 2012.


El auto misterioso

Vergara relata que con motivo del terremoto del 27F, a la FACh le correspondió realizar tareas para con los afectados, entre ellas en la comuna de Lolol VI Región, donde el mando le ordenó colaborar. Pues bien, el 1 de diciembre de 2011 se realizó en el mismo lugar una ceremonia en el estadio municipal, donde asistieron los vecinos y autoridades locales. Vergara, en su auto particular se trasladó hacia la zona en compañía de la profesora María Rebeca Miranda.

La profesional estacionó su vehículo, lo dejó cerrado e ingresó al recinto deportivo, “observando en un instante que el comandante de escuadrilla Rodrigo Lagos y Patricio Hinojosa (a quien señala como miembro de la DIFA) y dos civiles rondaban mi automóvil”.

“Posteriormente, pasada la medianoche, junto con la profesora María Rebeca, nos regresamos en mi automóvil a Santiago, ocasión en que de manera evidente y agresiva nos persiguió, en un auto blanco, el agente de inteligencia Patricio Hinojosa”.

“Tras algunos instantes, bajo la excusa de ir a buscar un chaleco con María Rebeca Miranda, pedí a un funcionario municipal que nos acompañase, al llegar al móvil los tres apreciamos que fue abierto, con uno de sus vidrios abajo, y al ingresar era evidente el registro en sus compartimientos interiores”, asegura Vergara.

La mujer dio cuenta de inmediato de este hecho al capitán de bandada presente en el lugar. Nada ocurrió y, lo que es peor, después de este incidente sucedió, sostiene, algo aún más grave.

“Posteriormente, pasada la medianoche, junto con la profesora María Rebeca, nos regresamos en mi automóvil a Santiago, ocasión en que de manera evidente y agresiva nos persiguió, en un auto blanco, el agente de inteligencia Patricio Hinojosa, lo que nos generó temor, extraviándonos por minutos, lo que facilitó el que éste no pudiese darnos alcance”, declara.

Los mismos de siempre

Los seguimientos no terminaron. Dado el temor que le produjo la situación vivida el Lolol, decidió presentar una licencia médica. Cuando iba a dejarla a la casa de una colega de la Base Aérea El Bosque, nuevamente “fui seguida por dos automóviles desde la Gran Avenida, haciendo constantes cambios de luces altas a mis espaldas”.

El 10 de diciembre de 2011, ya cansada de la situación y haciendo uso de la licencia médica, la mujer decidió irse a la playa. Pasó por la casa de su madre, donde guardaba el pendrive con información cuya ubicación había dado a conocer a su hijo. En esa oportunidad se percató que desconocidos habían ingresado a la residencia y que lo único que faltaba era el dispositivo de almacenamiento digital.

Vergara denunció de inmediato el hecho a Carabineros, lo que derivó en el inicio de una investigación en la Fiscalía Centro Norte, “llamándome la atención que habiendo concurrido varias veces como denunciante al cuartel de la PDI de Quinta Normal, jamás el detective a cargo me tomó declaración”.

Nuevamente la mujer dio cuenta a la superioridad, la que ordenó una investigación sumaria. Esta fue realizada por el mismo fiscal que tuvo a cargo en la FACh la indagatoria de la caída del Casa en Juan Fernández, asegura la denunciante.

El hostigamiento se acentuó y se ha tornado más agresivo desde abril del año 2012, a raíz de una serie de publicaciones relativas al accidente del avión Casa 212 en el Archipiélago de Juan Fernández. También debo señalar que, algunas de las personas que me hostilizan han hecho expresa mención a la circunstancia de que mi hijo, que es periodista del ámbito judicial y ha informado sobre el accidente, podía tener interés en antecedentes del caso”.

Coincidentemente, en su presentación no se le permitió relatar los seguimientos de que era objeto, asevera en el recurso.

“Debo hacer hincapié que, sin corresponderme determinar cada uno de los factores y elementos que motivan el obrar ilegal y arbitrario de civiles con aspecto militar y de algunos funcionarios de la FACh en mi contra, el hostigamiento se acentuó y se ha tornado más agresivo desde abril del año 2012, a raíz de una serie de publicaciones relativas al accidente del avión del avión Casa 212 en el Archipiélago de Juan Fernández. También debo señalar que, algunas de las personas que me hostilizan han hecho expresa mención a la circunstancia de que mi hijo, que es periodista del ámbito judicial y ha informado sobre el accidente, podía tener interés en antecedentes del caso”, explica.


Parece chiste

Como en una comedia negra, la mujer nuevamente denunció los hechos a quien correspondía en la línea de mando y como no se le daba respuesta, recurrió al entonces ministro de Defensa –y hoy precandidato presidencial- Andrés Allamand a fines de 2012. Asegura que no tuvo respuesta satisfactoria.

Ya aburrida decidió entonces, en octubre del año pasado hacer una presentación a la Contraloría, organismo que actualmente efectúa una indagatoria para determinar los hechos relacionados con las anomalías denunciadas con los cursos que algunos oficiales habrían aprobado sin tener las notas para ello.

La mujer asegura que los seguimientos aún no cesan. El pasado 9 de febrero se percató de un hombre de civil que vigilaba su casa, quien después la siguió en un auto a corta distancia acompañado de dos hombre de pelo corto y vestidos de civil.

La presentación del recurso está a cargo del abogado Cristian Cruz, quien solicitó una serie de diligencias, entre ellas la petición de oficios e información a la FACh, como también a la Contraloría.

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