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Cultura

3 de Marzo de 2013

Mo Yan, el polémico premio Nobel de literatura rompe el silencio: “mis enemigos son sobre todo escritores”

Vía Elpais.es El premio Nobel de literatura chino Mo Yan tiene 58 años y es miembro del Partido Comunista (PC) desde 1979. Hizo carrera en el Ejército, y actualmente es vicepresidente de la Asociación de Escritores del PC. Pese a todas las críticas vertidas contra el régimen chino, evidentes en sus fantásticas novelas, al autor […]

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Vía Elpais.es

El premio Nobel de literatura chino Mo Yan tiene 58 años y es miembro del Partido Comunista (PC) desde 1979. Hizo carrera en el Ejército, y actualmente es vicepresidente de la Asociación de Escritores del PC. Pese a todas las críticas vertidas contra el régimen chino, evidentes en sus fantásticas novelas, al autor sigue considerándosele una persona fiel a este. Sus lectores llevan mucho tiempo tratando de asimilar esta paradoja. Igual de divididas estuvieron las reacciones ante la concesión del máximo galardón de las letras mundiales. Algunos disidentes chinos como el escritor Liao Yiwu se quedaron “atónitos”, mientras que muchos otros, como el alemán Martin Walser, se apresuraron a asegurar que Mo es un “maestro fuera de toda duda”.

Él se deshizo en explicaciones. Había rechazado peticiones de entrevistas procedentes de todas partes del mundo. Y en la rueda de prensa previa a la entrega de premios en Estocolmo se volvió a montar un escándalo: afirmó que la censura en China era “un mal necesario”, y analistas del mundo entero reaccionaron indignados.

Recientemente, Mo se reunió de forma improvisada con este periodista. “Muy breve”, dijo previamente. Como punto de encuentro eligió una tetería pekinesa. El “muy breve” acabó convirtiéndose en dos horas.

Pregunta. Su nombre artístico Mo Yan significa literalmente “no hables”. Parece que se toma eso muy en serio. ¿Por qué rehúye el contacto?

Respuesta. Porque me cuesta realizar comentarios de corte político. Escribo deprisa, pero pienso de manera concienzuda. Cada vez que hablo en público, me pregunto posteriormente si me he expresado con claridad. No obstante, mis opiniones políticas están muy claras. Se pueden consultar en mis libros.

En su libro Rana (2011) y describe las consecuencias de la política de hijo único de China. ¿Qué opinión le merece ese tema?
R. Como padre pienso que uno debería tener tantos hijos como quiera. Pero como oficial tuve que atenerme a la norma aplicable a todos los funcionarios del Estado: un hijo y no más. No resulta sencillo solucionar el problema de la población en China. Solo hay una cosa de la que estoy completamente seguro: a nadie se le debe impedir tener un hijo por medio de la violencia.Considero que Rana es un libro de autocrítica.

P. ¿En qué sentido? Usted no tiene ninguna culpa de los abortos forzosos que describe.

R. En las últimas décadas, China ha vivido cambios radicales tan profundos que casi todos nos sentimos víctimas. Pero casi nadie se pregunta si él mismo ha sido culpable, si le ha hecho daño a alguien. Yo, por ejemplo, puede que solo tuviera 11 años, pero en la época de la Revolución Cultural fui miembro de la Guardia Roja y fui partícipe de la crítica pública a mis profesores. Estaba celoso de los resultados de otras personas, de su talento, de la suerte que tenían. Y en aras de mi propio futuro, insté a mi mujer a que abortara. Yo soy culpable.

P. Sus libros pintan un amargo retrato de la China moderna. Parece que ni sus personajes, ni la sociedad, ni el propio país evolucionan en estas novelas.
R. En ese sentido no soy típicamente chino. Las historias y los dramas chinos suelen terminar bien. Pero la mayoría de mis libros tienen un final trágico. Sin embargo, hablan de esperanza, dignidad y fuerza.

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