Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Poder

6 de Marzo de 2013

Alejandro Navarro: “Chávez estaba enamorado de Bachelet (…) Había una atmósfera especial”

El senador del MAS relata detalles de su amistad con el "comandante" Hugo Chávez y revela la simpatía que éste tenía por la directora de ONU Mujeres, Michelle Bachelet.

Por

“Estaba en una conversación con dirigentes portuarios en el Congreso y entonces vi un gran alboroto, lo supe de inmediato, pero no lo quería creer. Pensaba ‘que me digan que no es cierto, que pasó alguna otra huevada, pero que el comandante Hugo Chávez no ha muerto’. Pero tenía adentro la intuición innata y sí, era lo que no quería creer”, recuerda el senador del MAS Alejandro Navarro sobre el momento preciso en que se enteró durante la tarde de ayer de la muerte del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Navarro conoció al “comandante” en 2006 y desde entonces se hicieron cercanos, tanto que tiene planificado viajar en las próximas horas a Venezuela para ser parte de la despedida de Chávez y de paso conversar sobre el futuro de ese país con el vicepresidente Nicolás Maduro, quien aparece como el más probable sucesor.

¿Cómo fue su relación con Chávez?
-Conozco al Presidente desde 2006. Estuvimos juntos en diversas oportunidades en Chile y en Caracas, con el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro. Tuve una amistad política personal con Chávez y creo que este es un duro golpe para América Latina, pero por cierto, tengo prohibido llorar y si alguien llega a pedir un minuto de silencio, voy a pedir un minuto de aplausos por el comandante Chávez, porque hay un legado para la América morena que va a persistir por largo tiempo.

¿Qué lo marcó de Chávez?
-La revolución qué encabezó y, por supuesto, su personalidad. El Presidente poseía una inteligencia voraz y un carisma extraordinario. Estando un día en el Hotel El Alba en Caracas con el alcalde de Lota, Jorge Venegas, nos divisó Chávez y se acercó y le presento al alcalde. Y él dice: “Ah, si, Fidel estuvo en Lota cuando estuvo recorriendo Chile”, y se sabía paso a paso, con detalles huevón, las conversaciones de Fidel con los mineros del carbón.

¿Cuándo conversó con él por última vez?
-La última vez que estuve con él fue para el bicentenario bolivariano. Estuve en la ceremonia oficial. Estaba en la testera y cuando me nombraron como uno de los invitados especiales, él me hizo un saludo militar y yo se lo respondí. Luego conversamos con el Presidente Correa y Chávez le dijo a Nicolás (Maduro): antes de que se vaya Alejandro tenemos que conversar de variadas cosas. Y los dos: sí, Presidente. No lo hicimos…

¿Cree que el proceso político que él encabezó en Venezuela se puede mantener sin él, que era el caudillo
-Está garantizada la revolución bolivariana en Venezuela y la integración latinoamericana a través de la Celac pronto dará frutos. Eso será impulsado por Maduro que será el próximo presidente de Venezuela, de eso no tengo dudas. Y quienes piensan distinto son quienes apuestan por boicotear el proceso.

¿Cómo era la relación de Chávez con Chile?
-Buena, pero extraña. Cada vez que yo hablaba en Venezuela pedía perdón por el apoyo de Chile al golpe de Estado de Venezuela del 2002. La relación con Lagos, por lo mismo, por este equívoco garrafal, era compleja; mejoró mucho con Bachelet aunque ella fue prudente sobre todo por la DC, porque la DC en Venezuela estaba en la oposición, entonces era extraña. Pero Chávez, pese a todo, tenía un profundo aprecio por Chile y estaba enamorado de Bachelet. El hecho de que ella fuera hija de un general asesinado, Presidenta de Chile, militante del partido de Allende y que tuviera además un carisma inmenso, creaba una atmósfera especial. En una visita oficial a Caracas tuvo una intervención maravillosa respecto de su afecto por Bachelet que fue respetuosa, galante y revolucionaria, como sólo Chávez podría hacerlo.

¿Qué le dijo tan respetuoso, galante y revolucionario?
-Le habló de desatar la pasión. La Presidenta hasta se sonrojó, pero era todo con respeto. Él tenía un discurso caribeño muy encantador, pero era incomprendido por eso, por quienes se pretenden más anglosajones.

Notas relacionadas