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Mundo

7 de Marzo de 2013

Están buenos: El Pentágono envió a veteranos de EE.UU. a supervisar torturas a presos en Irak

El Pentágono envió a dos veteranos de guerra, uno de los cuales participó en las “guerras sucias” de Centroamérica en los 80, a supervisar las torturas a insurgentes en Irak, informa hoy el periódico británico “The Guardian”. Esos veteranos estuvieron supuestamente detrás de las actividades desarrolladas por unidades de comandos de policía en centros de […]

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El Pentágono envió a dos veteranos de guerra, uno de los cuales participó en las “guerras sucias” de Centroamérica en los 80, a supervisar las torturas a insurgentes en Irak, informa hoy el periódico británico “The Guardian”.

Esos veteranos estuvieron supuestamente detrás de las actividades desarrolladas por unidades de comandos de policía en centros de detención clandestinos, que se establecieron en Irak durante la ocupación de ese país liderada por EE.UU. en 2003, para torturar a presos insurgentes y sonsacarles información.

Así se desprende de una investigación llevada a cabo por el citado rotativo y el servicio árabe de la BBC, apoyada en testimonios de testigos iraquíes y estadounidenses.

Según esto, el coronel James Steele era un veterano retirado de las fuerzas especiales estadounidenses que había participado en las “guerras sucias” en América Latina cuando fue designado por el entonces secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, para ayudar a organizar a los paramilitares con el objetivo de sofocar a los insurgentes suníes.

Por su parte, el asesor especial retirado James Coffman trabajó junto con Steele en esos centros de detención creados con financiación estadounidense.

Mientras que Steele informaba directamente a Rumsfeld, Coffman lo hacía ante el general David Petraeus, enviado a Irak en junio de 2004 para organizar y entrenar a las nuevas fuerzas de seguridad iraquíes, y quien el pasado noviembre se vio obligado a renunciar a la dirección de la CIA por su implicación en un escándalo sexual.

El rotativo señala que Steele -que estuvo en Irak desde 2003 hasta 2005 y regresó a ese país en 2006- fue líder de un equipo estadounidense de asesores militares especiales que entregó a unidades contrainsurgencia en El Salvador en la década de los 80.

La investigación implica por primera vez a asesores estadounidenses en casos de abusos contra los derechos humanos cometidos por comandos y se trata, a la vez, de la primera ocasión en la que Petraeus es vinculado mediante un asesor con esos abusos.

Según uno de los testimonios citados por “The Guardian”, el del general Muntadher al-Samari, que trabajó con Coffman y Steele durante un año mientras se creaban dichos comandos de policía, “sabían todo lo que ocurría allí, las torturas, las formas más horribles de tortura”.

El rotativo también precisa que no hay pruebas de que Steele y Coffman llevaran a cabo ellos mismos los actos de torturas contra los presos pero afirman que sí estuvieron presentes en algunas ocasiones en los centros de detención cuando las torturas se llevaban a cabo y que estuvieron involucrados en miles de detenciones.

EE.UU. siempre ha mantenido que los incidentes de tortura probados fueron conductas erróneas de determinados soldados, y siempre ha negado que se trataran de una práctica extendida.

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