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Nacional

26 de Marzo de 2013

Luciano Rendón: La víctima de la propaganda electoral

La madrugada del 27 de octubre de 2012 Luciano Rendón fue brutalmente atacado mientras descolgaba propaganda electoral de las elecciones municipales. Luciano fue golpeado con puños, objetos de metal y hasta un bate de béisbol. Luego quedó tirado en medio de Américo Vespucio. Mientras Luciano se recupera de lo que era una muerte segura, su familia acusa a los comandos electorales de haber golpeado a Luciano. La fiscalía, por su parte, estaría en condiciones de formalizar a un imputado por un ataque que casi termina con la primera muerte de las riñas electorales.

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La investigación del caso de Luciano Rendón, el joven agredido la madrugada del 27 de octubre de 2012, en vísperas de las elecciones municipales, habría identificado a un responsable por la golpiza que recibió el joven por estar descolgando propaganda electoral.

Así lo confirmó a The Clinic Online Patricia Muñoz, la fiscal a cargo del caso. Muñoz, especializada en delitos violentos, debe reunirse esta semana con la parte querellante para dar a conocer el segundo informe elaborado por la brigada de homocidios, el que según adelanta “daría cuenta de al menos la identidad de una persona que uno podría analizar la posibilidad de formalizar como autor de los hechos que afectaron a Luciano”.

La familia de Luciano, representada por Luis Mariano Rendón y Marco Antonio Rendón, ambos tíos de la víctima, presentaron una querella por homicidio frustrado a pocos días de la tragedia. En el primer informe elaborado por la PDI quedó establecido que tanto integrantes presuntamente del comando de la DC como de la UDI se encontraban en el lugar donde Luciano fue atacado, información que fue confirmada por la fiscal. Además, según el padre de Luciano, miembros de ambas brigadas tendrían antecedentes penales.

A 149 días desde el ataque que sufrió Luciano, el joven de 18 años acudió ayer al Instituto de Neurocirugía de Providencia a realizarse su tercera operación desde el ataque, una cirugía reconstructiva de cráneo. Su familia en los meses que han pasado, se ha abocado a buscar justicia para su hijo en un caso que califican de “encubrimiento político”.

El ataque
La madrugada del 27 de octubre del 2012, Luciano salió con un grupo de amigos a quitar propaganda electoral de las elecciones municipales. En Peñalolén, su comuna, los candidatos eran Carolina Leitao, la continuidad del DC Claudio Orrego y actual alcaldesa y Marcelo Morán, la alternativa de la UDI. Luciano quitaba carteles que estaban amarrados al mobiliario público en algo que el tío y abogado de la querella, Luis Mariano Rendón, identifica como una respuesta al llamado de la Aces que por entonces agitaba con la consigna de “no prestar el voto” en las elecciones.

Según el informe elaborado por la PDI, un grupo de unas diez personas persiguieron a los jóvenes. Atraparon a Luciano, a quien le propinaron golpes con puños, objetos metálicos y un bate de béisbol. Según la investigación, el cuerpo de Luciano fue luego arrojado y abandonado en Américo Vespucio, a sólo tres cuadras de su casa. Allí paró un vehículo que se topó con el cuerpo. Su conductor descendió y buscó en sus bolsillos hasta dar con un celular para contactar a los últimos números marcados. Fue su madre la que contestó.

Según el relato de su padre, Miguel Ángel Rendón, mientras esperaban una ambulancia que nunca llegó, no tenían cómo saber que Luciano se encontraba con un TEC. Contra su resistencia, lo subieron a un Subarú 600 para trasladarlo a la posta Juan Moya desde donde los derivaron al hospital Luis Tisné. El hospital, que no contaba con escáner, los derivó por su parte al Instituto de Neurocirugía, donde Luciano llegó con un diagnóstico de muerte inminente.

“Nos comunicaron que las maniobras eran muy invasivas y podrían provocarle la muerte” recuerda hoy su padre, el sociólogo Miguel Ángel Rendón. Sin embargo, Luciano se sobrepuso. El fin de semana de las elecciones Luciano sufría dos infartos cardiorespiratorios y una anemia provocada por la sangre que había perdido. El mayor de los Rendón estuvo 13 días en coma y recién a los cuarenta días del ataque y después de dos operaciones pudo salir del Instituto de Neurocirugía. Entonces la familia decidió querellarse.

La querella

Además de la querella por homicidio frustrado, la familia busca responsabilidades polìticas. “Luciano se subió a un cartel para limpiar lo que nunca debió estar ahí en primer lugar, son carteles donde los candidatos ofrecían barrios más seguros” dice Miguel Ángel, quien ha ido a dejar cartas a los presidentes de ambos partidos que él consigna como responsables, Ignacio Walker de la Democracia Cristiana y Patricio Melero de la UDI.

“Sacaron carteles un día que ya había terminado la propaganda electoral, cuando ya no debía haber brigada electoral en la calle y sacaron carteles ilegales según la ley electoral, que estaban colgados del mobiliario público”, dice el abogado de la familia aduciendo que la única propaganda legal son las palomas. La familia ha esperado un rol activo de parte de los comandos, rol que acusan no recibir aún, salvo de parte del ex alcalde Claudio Orrego quien según el abogado dio facilidades para acceder a las cámaras de seguridad del municipio.

Las heridas que le propinaron a Luciano fueron gravísimas y casi milagrosamente salió adelante. En marzo, volvió al colegio a cursar su cuarto medio en el Liceo Augusto D’Halmar e incluso salió elegido presidente de curso. Sin embargo, esta tercera operación lo tendrá al menos un mes fuera de las actividades escolares. Su madre, educadora diferencial, dejó su trabajo para acompañarlo en sus cuidados mientras que su padre ha asumido toda una campaña que busca esclarecer los hechos más allá de la justicia penal.

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