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2 de Abril de 20135 Destinos turísticos propios de un suicida
Vía husmeandoporlared.com Para la mayoría de nosotros las vacaciones son una oportunidad de cambiar de aires y relajarnos, pero por lo que se deduce de estos 5 destinos turísticos en busca de aventuras parece que algunos lo que buscan es suicidarse directamente durante las vacaciones. 5. Bici de montaña en la carretera más peligrosa del mundo. Montar en […]
5. Bici de montaña en la carretera más peligrosa del mundo.
Montar en bicicleta es una de las formas más simples de hacer deporte, algo que alguien debería haber explicado alguna vez a Lance Armstrong, así como la oportunidad de disfrutar del paisaje durante las vacaciones. Sin embargo, si usted decide viajar con su bicicleta a Bolivia, es posible que no viva para repetir la experiencia.
Eso se debe a que una de las rutas que se pueden hacer en Bolivia en un viaje en bicicleta por la carretera más peligroso del mundo, el Camino Yungas. El Camino Yungas es tan peligroso que la gente reza antes de transitar por él.
Durante la bajada en bicicleta por esta carretera se pueden alcanzar velocidades de hasta 75 Km/h, eso si, ante vistas majestuosas e impresionante precipicios, además de un serie de tumbas y santuarios que recuerdan a los que murieron en el camino. Adivinar el número exacto de estos santuarios es difícil, más de 200 personas al año mueren en este camino. Sin embargo, ¿qué se puede esperar de un camino construido por presos no cualificados?
4. Senderismo en China por el monte Huashan.
El monte Huashan es una atracción turística muy popular a donde llegan personas de todo el mundo con ganas de emociones fuertes a lo que es considerado como el sendero más peligroso del mundo.
Unas 100 personas mueren cada año mientras practican senderimo por el monte Huashan, aunque podrían ser más, ya sabemos que China no es precisamente muy dada a facilitar ciertos datos.
Hace más de 25 años en la ciudad de Pripyat estaba la central nuclear de Chernobyl. Explotó. La explosión causó enormes picos de radiación en Ucrania, y el efecto de la explosión se sintió en todo el mundo. Ahora, no existe radiación y todo está bien. Pregunte a las personas que viven en Pripyat. Ah, claro, no se puede, porque aún hoy en día, ese lugar es un pueblo fantasma y un punto contaminado por la radiación.
A pesar de ser uno de los lugares más espeluznantes conocidos por el hombre, hay personas que acuden a Pripyat y pagan hasta 250 dólares para poder caminar entre un paisaje que parece sacado de un juego de ordenador. Por tan módico precio se puede disfrutar, además de la ciudad abandonada, de una visita a las proximidades de la central nuclear. Casi prefiero el aburrido Caribe.