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Poder

7 de Abril de 2013

La mujer que protege a Barack Obama

Vía El País El que es probablemente el hombre más protegido del mundo, Barack Obama, ha puesto su seguridad y la de su familia en manos de una mujer. En una agencia relacionada frecuentemente con la “cultura machista dominante”, el Servicio Secreto tiene como directora desde el mes pasado por orden de Obama —y sin […]

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Vía El País

El que es probablemente el hombre más protegido del mundo, Barack Obama, ha puesto su seguridad y la de su familia en manos de una mujer. En una agencia relacionada frecuentemente con la “cultura machista dominante”, el Servicio Secreto tiene como directora desde el mes pasado por orden de Obama —y sin necesidad de confirmación del Senado— a Julia Pierson. De sus 53 años, Pierson ha pasado más de 30 en una agencia cuyos miembros juran proteger con su vida la del presidente, su familia y su entorno. Hasta su nombramiento, Pierson era la jefa de gabinete del director saliente, Mark Sullivan, quien anunciaba su retiro hace dos meses y se disculpaba por, quizá, el capítulo más escandaloso de la historia del Servicio Secreto: una docena de agentes se vieron implicados en un asunto de prostitución durante la Cumbre de las Américas el año pasado en Cartagena de Indias (Colombia).

Como resultado, muchos han visto en la designación de Pierson un intento de reformar una agencia en la que impera un estilo de club británico masculino del siglo XIX, con agentes encarnados en el cine por Clint Eastwood. El 90% de sus 3.500 agentes especiales son hombres y la plantilla total del Servicio Secreto está integrada en un 75% por varones. La primera mujer entró en el cuerpo en 1970 y al año siguiente, otras cinco juraban su cargo como agentes. Los días convulsos que siguieron a Cartagena destaparon que entre el prestigioso boys club imperaba un lema secreto: “¡Despegamos, fuera los anillos!”.

Criticado por formar un Gabinete en el que escasea la diversidad racial e imperan los varones, el presidente Obama ha situado a otra mujer en las altas cumbres, aunque en esta ocasión su nombre no será revelado, ya que está al frente del Servicio Clandestino de la CIA, el cuerpo de espías de élite que recaba información vital tanto para la seguridad nacional como para la política exterior que ejerce Washington. Dice el diario The Washington Post que esta mujer administró los programas de tortura que se pusieron en práctica tras el 11-S, lo que ha excitado la imaginación de los más adeptos a Hollywood y ven a la protagonista de La noche más oscura sentada en un despacho de Langley (sede de la CIA).

Un nombre más para una corta lista: Lisa Monaco, de 45 años, actual asesora de seguridad en materia de antiterrorismo de la Casa Blanca, suena en las quinielas para sustituir el próximo septiembre al actual director del FBI, Robert Mueller. Así cambiaría una fotografía predominantemente masculina del poder en las principales agencias de seguridad de la nación.

Creado en el año 1865 para luchar contra la falsificación de dinero —responsabilidad que todavía tiene en su misión—, en 1901, tras el asesinato del presidente William McKinley, el Congreso de EE UU pidió al Servicio Secreto que se ocupara de la protección del mandatario de turno. Con el paso de los años, el organismo ha expandido su ámbito de tutela y protege a los expresidentes y a sus hijos hasta la edad de 16 años, a los candidatos a la Casa Blanca y a los jefes de Estado extranjeros que visitan el país.

El Servicio Secreto perdió parte de su prestigio durante el escándalo de Cartagena. “Espero que tenga éxito para poder restaurar su credibilidad”, declaró el senador republicano Charles Grassley tras la nominación de Pierson.

“Pierson pone en valor a muchas otras mujeres en las fuerzas del orden y por fin se les reconoce el mérito”, ha declarado Margaret Moore, agente retirada de la agencia federal estadounidense que controla las armas, el alcohol y el tabaco.

Nacida en Orlando (Florida), Pierson trabajó mientras estudiaba en el instituto de esa localidad. Tras pasar tres años en la policía de Florida, se sumó al Servicio Secreto en 1983. En 1988 fue transferida a la división que protege al presidente y formó también parte del equipo que cuidaba de la seguridad del presidente George Bush padre, hasta 1992. En ese mismo año se convirtió en la coordinadora del programa de drogas de la agencia, y en 1996 fue ascendida a agente especial al frente de la Oficina de Operaciones de Protección. Tras pasar por la unidad de cibercrimen en Tampa (Florida), recaló finalmente en Washington, donde comenzó su ascenso hasta llegar en 2008 a jefa de personal de la agencia.

El Servicio Secreto hace honor a su nombre y muy poco es lo que trasciende de lo que sucede entre bambalinas. La propia Pierson reconoció en una entrevista recientemente que “la gente no se da cuenta de la cantidad de trabajo y preparación que hay en cada viaje que hace el presidente, desde donde va a dormir, hasta si va a ir en avión o en coche, por ejemplo”.

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