Cómo serán los 56 días de campaña de Pablo Longueira

Los próximos diez días el candidato presidencial de la UDI, Pablo Longueira, va a permanecer en Santiago mientras el resto de los parlamentarios -con los que se reunió la tarde de ayer en la sede gremialista- se desplegarán en terreno en lo que se ha denominado la fase “operacional” de la campaña que será dirigida por el alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, como generalísimo.

El postulante ha retornado a ocupar la sede de lo que fue su campaña senatorial de 2005, ubicada en Los Leones con Andrés Bello, colindante con el edificio Costanera Center de Horst Paulmann, y que por años mantuvo activa siendo el único parlamentario cuyas pautas de prensa no se realizaban en la UDI, quizás como símbolo de la distancia que tomó tras el caso Spiniak de las cúpulas partidarias. En su entorno aclaran que están buscando otra sede para el comando, pero que mientras realizan el trámite permanecerán en este sitio y las actividades públicas se realizarán en la casona de Suecia 286. Con todo, se espera que a fines de mayo Longueira casi no esté en ningún recinto sino en sucesivas actividades públicas que lo llevarán a recorrer al país de aquí al 30 de junio, día de las primarias.

Miembros de su equipo, en tanto, sostienen que el mensaje que intentarán transmitir para conquistar al llamado “centro social” en las primarias es uno que “dialoga” con el fin de los abusos y de la desigualdad que ha instalado Michelle Bachelet, pero al estilo de la derecha, es decir, con énfasis en que no es necesario más Estado sino un fisco acotado y eficiente en ciertas áreas, que no es un objetivo la educación gratuita universal sino mejorar el acceso a los sectores menos vulnerables y aumentar la calidad y, sobre todo, que es indispensable evitar la instalación de una Concertación que podría “derrumbar el modelo” a través de herramientas como una reforma constitucional o una asamblea constituyente. “Se trata, fundamentalmente, de lograr equidad y un país más justo se construye con el ideario de la centro derecha”, relata un colaborador.

En el imaginario de Longueira, tal como expresó ayer a los diputados y senadores que concurrieron a la sesión fotográfica de campaña, el trabajo poblacional de la UDI les entregaría un plus frente a las otras candidaturas que es preciso destacar. Por lo mismo, en esta primera fase, Longueira intentará instalar este mensaje en los medios de que es el candidato de la derecha de sectores socieconómicos más bajos y sólo tras cumplir esta etapa acudirá a regiones a hacer proselitismo, uno que imitará a lo que hizo el Partido Popular español en la elección de 1996 en que José María Aznar sacó al PSOE del poder y que también tendrá como influencia el triunfo de Mariano Rajoy en 2011.

El primero puso sobre relieve todos los actos de corrupción del gobierno de Felipe González, su predecesor, y los fantasmas de lo que implicaría un nuevo mandato. Mientras que Rajoy triunfó con el concepto de “Con la nueva mayoría”, similar a la mayoría silenciosa de la que ha hablado Longueira.

El CANDIDATO DE PIÑERA

Desde el equipo longueirista confirman la tesis que también ronda en RN: Longueira es, en esta pasada, el candidato de La Moneda.

En esta línea apelan a que la frase de “Yo soy el continuador del Presidente Sebastián Piñera” que entregó en una entrevista en El Mercurio “no es casual” y que apunta no sólo a la lealtad del ex ministro de Economía con Piñera, sino también a que saben -más allá de que no se pueda admitir- que el Ejecutivo está mayoritariamente con el UDI.

Ahora, desde RN le restan relevancia a este hecho y aseguran que la elección se ganará en la calle y con los electores de centro derecha donde Andrés Allamand, según la última encuesta CEP, tiene 30 puntos porcentuales sobre Longueira y un menor rechazo: “ése es nuestro público objetivo y ahí vamos a apuntar”, recalca un dirigente de RN. Con todo, esta fuente admite que hoy el gremialismo tiene “el mejor candidato para las primarias y el peor para las presidenciales”.

De paso, asegura que en esta nueva etapa tras la caída de Laurence Golbore, Allamand apelará a su trayectoria “democrática y pos acuerdo” en contrapunto con Longueira que siempre ha representado a una derecha asociada directamente a la dictadura. “Como quedó de manifiesto en Tolerancia Cero donde, más allá del papelón de si votó o no en el plebiscito, quedó clara su visión sobre el régimen”, recalca.

Sobre este último episodio -en que Fernando Paulsen mostró un documento errado respecto de que Longueira no estaba inscrito en los registros electorales en 1988-, en el comando del gremiaslita afirman que no tendrá mayor repercusión y recalcan que la asociación al régimen no tiene efecto electoral alguno entre quienes votan por la derecha, que son los sufragios que están en juego.