Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Poder

8 de Mayo de 2013

Marco Enríquez Ominami y la carrera presidencial: “Si se banaliza el debate político, efectivamente tendré poca oportunidad”

Marco Enríquez Ominami dijo hoy que se siente “más acompañado, confiado y preparado” que hace cuatro años, cuando dio la sorpresa y quedó en tercer lugar con un 20 % de los votos. Enríquez Ominami se enfrenta ahora a un panorama político más complejo, con varios candidatos independientes y elecciones primarias en la Alianza (derecha) […]

Por

Marco Enríquez Ominami dijo hoy que se siente “más acompañado, confiado y preparado” que hace cuatro años, cuando dio la sorpresa y quedó en tercer lugar con un 20 % de los votos.

Enríquez Ominami se enfrenta ahora a un panorama político más complejo, con varios candidatos independientes y elecciones primarias en la Alianza (derecha) y la Concertación (centro izquierda) para escoger a su abanderado.

Entre los aspirantes de esta última coalición figura la expresidenta Michelle Bachelet (2006-2010), a quien Marco Enríquez Ominami confía en superar una vez que empiece la verdadera campaña electoral, a pesar de que las encuestas le dan a la candidata socialista cerca del 50 % de intención de voto.

Y aunque Bachelet es mayoritariamente favorita en los sondeos, el líder del Partido Progresista confía en revertir la tendencia, porque “las encuestas -dijo- son como los perfumes: ricos de oler, pero no se beben”.

Según Enríquez Ominami, una vez que pasen las elecciones primarias que el 30 de junio celebrarán las coaliciones de derecha y de centro izquierda, el panorama político se aclarará y ello favorecerá sus expectativas.

“Si se banaliza el debate político, efectivamente tendré poca oportunidad” de ganar la Presidencia, admitió Marco Enríquez.

Respecto a los comicios presidenciales de noviembre, confesó que más que la abstención, le preocupa la polarización política y mediática en torno a las dos coaliciones que han estado en el poder desde el fin de la dictadura, en 1990.

El candidato progresista llamó la atención sobre el hecho de que las encuestas las encabece “alguien cuyo gobierno traicionó a los estudiantes”, que precisamente hoy volvieron a manifestarse de forma multitudinaria por las calles de Chile.

Enríquez Ominami se refería así a los compromisos con la comunidad estudiantil que a su juicio incumplió Bachelet.

Las movilizaciones de los estudiantes de enseñanza secundaria y universitaria, que exigen gratuidad, el fin del lucro y una profunda reforma del modelo, arrancaron en 2006, pero alcanzaron especial notoriedad en 2011 y se han reactivado en este curso, coincidiendo con la efervescencia política del año electoral.

Al respecto, subrayó que él es partidario de que no haya que pagar por la enseñanza, marcando así distancia con Michelle Bachelet, quien defiende el fin al lucro, pero no está de acuerdo en que sea gratuita para todos.

“El hijo del rico, no es rico; el rico es el papá”, argumentó el candidato progresista, quien abogó por suprimir el derecho que tienen actualmente en Chile los centros privados de seleccionar a los alumnos por razones no académicas.

“(Barack) Obama no habría llegado a ser presidente de Estados Unidos si no hubiera estudiado con los blancos”, enfatizó.

Enríquez Ominami sostuvo que el debate sobre el modelo de educación ha puesto de manifiesto que Bachelet “no está en condiciones de cumplir sus promesas”.

La expresidenta socialista, en su opinión, es rehén de los dirigentes de los partidos que integran la Concertación, la coalición de centro izquierda que gobernó el país durante 20 años.

En política exterior, Enríquez Ominami señaló que es muy significativo que tenga que ser la Corte Internacional de Justicia de La Haya la que tenga que decir cuál es la política exterior de Chile, en alusión a las demandas presentadas antes este tribunal por Perú y Bolivia por litigios fronterizos.

Partidario de un plebiscito para dotar a Chile de una nueva Constitución y de una reforma tributaria como instrumento de justicia social “y no sólo como herramienta de recaudación”, también se mostró a favor de endurecer la regulación del sistema financiero.

“El problema de Chile son las reglas de convivencia”, aseveró Marco Enríquez, quien tras competir en la elección presidencial de 2009 decidió fundar el Partido Progresista, con el que obtuvo algunas alcaldías en los comicios municipales del pasado año y concurrirá ahora también a las parlamentarias.

“Vamos a competir por todo Chile. Se acabó nuestra paciencia”, afirmó.

Notas relacionadas