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Opinión

4 de Junio de 2013

José Bengoa: “Ha habido una cierta constante en términos de criminalizar a los movimientos sociales”

El rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano se hizo merecedor, durante el mes pasado, del Premio Altazor en la categoría Ensayo y Escrituras de la Memoria por el trabajo que realizó junto a estudiantes de esa y otras universidades, llamado Mapuche: Procesos, políticas y culturas en el Chile del Bicentenario. Se trata de la segunda parte de un trabajo realizado anteriormente, también junto a estudiantes, llamado Valle Central: Memorias, patrimonio y terremoto en haciendas y pueblos de Chile Central.

Melissa Gutierrez
Melissa Gutierrez
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El trabajo que José Bengoa, rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, realizó junto a un grupo de estudiantes de antropología, se trata de una profunda investigación sobre el país rural, dividido en la zona central y en la parte mapuche, como cuenta en entrevista con The Clinic Online, el historiador reconocido por sus estudios sobre pueblo mapuche. En su última publicación, que lo hizo merecedor del Altazor 2013, habla sobre aspectos poco escuchados del pueblo indígena, como la religión y la cultura.

Es así como Bengoa señala que “si hubiese habido una reforma constitucional el año ’91 que hubiese planteado el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, las cosas habrían cambiado de giro absolutamente. Sin embargo ahora, después de 23 años de que el Presidente Aylwin la mandó al Congreso, que se saque una reforma así entre gallos y medianoche, una reforma constitucional en este punto, no veo que tenga consecuencias prácticas directas. Porque ha cambiado el país, el mundo indígena a nivel internacional y nacional”.

Para usted entonces ¿una reforma constitucional no tiene sentido?
No, digo una reforma como la que estaba propuesta hace 20 años. En el marco de una nueva Constitución obviamente que tiene mucho sentido el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas y todo lo que ello implica en términos concretos. A mí modo de ver, siempre se dice que uno de los grandes temas es el binominal, pero no. La primera cosa es decir si Chile es un país diverso o no. Y que se respete a los ciudadanos en torno a su diversidad.

¿Qué le parece que casi ningún candidato haga propuestas sobre el pueblo mapuche?
Bueno, eso es totalmente cierto. Estos dos libros hablan de las cosas no habladas de la televisión. Y eso es lo que hacemos los que nos dedicamos a la investigación social cultural más profunda. O sea, hoy día, frente a la campaña electoral, todos estos actores no están presentes. Quizás está presente el mundo mapuche en sus reivindicaciones más inmediatas y así no más. No hay postura sobre el tema bien pensadas. Son temas que se ven conflictivos y no se hablan. Para qué decir del mundo rural. No hay una palabra. Entonces hay una cultura que no se hace cargo de la diversidad del país en la discusión electoral de hoy día. Y ese fue un sentido para sacar estos libros.

¿Le parece que ahora las regiones están teniendo mayor protagonismo?
Hay fenómenos que están dados por el olvido. Buena parte de los movimientos sociales son producto de un olvido. Hay una especie de imagen de “progreso”, de “modernidad” que nubla la vista e impide mirar ese tipo de cosas. Que de repente, claro, esa exacerbación de lo autoritario, de este capitalismo extractivo desatado que vive nuestro país, conduce a estas contradicciones y a la aparición de estos movimientos sociales. Y eso es lo que ha estado sucediendo en estos últimos años.

En el libro habla sobre la criminalización del pueblo mapuche. ¿Hay alguna diferencia en eso entre los gobiernos de la Conccertación y Piñera?
Bueno, yo creo que ha habido una cierta constante en términos de criminalizar a los movimientos sociales. O sea, el movimiento estudiantil es un caso evidente. Se lo mira fundamentalmente por el lado de los encapuchados. Y se transforma en un desastre. Y lo que ocurre en todos estos casos es que si no hay conversación, no hay conflicto. Y una sociedad como la chilena es una sociedad que está requiriendo conversaciones. Por eso por lo menos yo participo plenamente de la idea de la asamblea constitutiva, porque considero que es un horizonte de conversación, porque podría permitir que muchos de estos sectores se expresen y que necesariamente sean tomados en cuenta en sus opiniones, en su manera de ser, en su cultura, en su diversidad. Que se expresen voces que no están representadas en la institucionalidad. Y creo que eso es lo que hace una Consitución. Y en ese cruce de miradas posiblemente se llega a más acuerdos que cuando se imponen decisiones y puntos de vista.

¿Por qué cree que la televisión no deja espacio para el tipo de reflexiones que se ven en su libro?
Parece ser que la televisión no es un buen medio. Así se lo escuché una vez a una de las cadenas brasileras. Que dijo: “mire, la gente ve televisión cuando no tiene otra cosa que hacer”. Es decir, es un medio de poca calidad. Pero sobre estos temas que estamos hablando circulan estereotipos. Hace años hicimos un estudio de qué imágenes se ponían en la televisión cuando se hablaba o se señalaba la palabra mapuche. Y vimos que cada vez que se mencionaba la palabra mapuche ponían una toma de piedrazos y policías. Y nos dimos cuenta de que a veces se estaba hablando de otra cosa, pero volvían a poner la imagen. Entonces uno se pregunta si está pensada, a lo mejor hay mentes perversas que hasta piensan ese tipo de relación con imagen distorsionada y sospechosa. Pero a lo mejor ni siquiera eso, es una cuestión inconsciente de personas que no han pensado nunca más allá.

A El Mercurio se le acusa de contribuir a generar esas ideas.
El Mercurio piensa más las cosas. Es más reflexivo. Y por lo tanto uno podría suponer que hay una línea editorial más explícita en estas materia. Yo siempre le digo a los estudiantes que sobre el tema mapuche suspendan el juicio antes de opinar. Porque lo que llega por la prensa al cabo de un tiempo se disuelve. Y se han disuelto prácticamente todos los casos que han llegado a la justicia. O sea, ha habido montaje en casi todos los casos. Entonces uno tiene que ser extremadamente cuidadoso con las formas de manipulación que existen hoy día en la prensa chilena. Esta semana que pasó fue el juicio en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Se dio el juicio por streaming y no apareció en ninguna parte. Un juicio que es contra de Chile. No todos los días Chile tiene que un grupo de sus habitantes le entable un juicio al Estado. Ahí hay una demostración palmaria de lo que estamos hablando. Es un juicio histórico sobre la acusación del Estado de terrorismo a la dirigencia mapuche.

Algo que a mucha gente le llamó la atención con el juicio en la Corte Interamericana de Derechos Humanos es el tema de los testigos protegidos.
Se ha establecido esto de los testigos protegidos supuestamente para todo el país, pero donde se ocupa es en la parte mapuche no más.

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