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Mundo

5 de Junio de 2013

Soldado yanqui reconoce haberse piteado a 16 afganos “sin ninguna justificación legal”

El soldado yanqui Robert Bales reconoció que mató a 16 afganos, muchos de ellos niños y mujeres, mientras dormían en sus aldeas durante las operaciones del ejército norteamericano en tierras afganas. Los abogados de Bales aseguran que el reconocimiento de Bales va en el camino de evitar una pena de muerte por los asesinatos. Según […]

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El soldado yanqui Robert Bales reconoció que mató a 16 afganos, muchos de ellos niños y mujeres, mientras dormían en sus aldeas durante las operaciones del ejército norteamericano en tierras afganas. Los abogados de Bales aseguran que el reconocimiento de Bales va en el camino de evitar una pena de muerte por los asesinatos.

Según los persecutores del soldado, Bales se despertó antes del amanecer del 11 de marzo de 2012, en la base estadounidense en la provincia de Kandahar, en Afganistán. Se armó con una pistola 9 milimetros, un rifle M-4 y un lanza granadas. Con tal armamento encima, atacó una aldea cercana llamada Alkozai. Más tarde volvió, despertó a uno de sus compañeros y le contó lo que había hecho. Pero el compañero no le creyó y siguió durmiendo. Tras esto, Robert Bales atacó una segunda aldea en Najiban. Más tarde se encontrarían algunos de estos  cuerpos quemados.

Hoy, Bales enfrenta un juicio militar y está detenido en la  Base Conjunta Lewis-McChord al sur de Seattle en Estados Unidos. Cuando el juez le preguntó si tuvo alguna justificación legal para cometer los asesinatos, si estaba actuando en defensa propia o si alguien lo forzó a cometer estos crímenes, el soldado respondió con un escueto, “no, señor”. Al rato agregó que “este acto no tiene ninguna justificación legal”.

Al rato, cuando el juez Jeffery Nance le preguntó por qué había asesinado a estas personas, Bales contestó que se ha “hecho esa pregunta un millon de veces desde lo ocurrido. No hay ninguna razón en este mundo para hacer las cosas horribles que hice”.

En agosto de este año el jurado decidirá si es sentenciado a pena de muerte o tendrá la posibilidad de pagar sus delitos en prisión. En este último caso y según informa The Huffington Post, sería encarcelado en Fort Leavenworth, la prisión militar en el estado de Kansas.

 

 

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