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Opinión

2 de Julio de 2013

Hilda López, comunista y vecina de Providencia: “No quiero que borren el nombre de la avenida, quiero que se eduque con él”

Decidido ya el cambio de nombre de la avenida 11 de septiembre, que pasará a llamarse Nueva Providencia, una vecina no está de acuerdo con la decisión. Viviendo en Providencia hace más de 40 años y ex militante, la escritora Hilda López quiere que el nombre de la calle siga provocando rabia y que se eduque con ello a las futuras generaciones. Aquí cuenta por qué no está de acuerdo con que "se borre de un plumazo lo que ocurrió ese fatídico día".

Ricardo Ahumada
Ricardo Ahumada
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Una comunista en Providencia que no quiere el cambio de nombre. Eso es Hilda López, escritora y vecina del barrio León XIII (Bellavista) que hubiera preferido otra cosa con la polémica del cambio de nombre.

Ex asistente de Luis Corvalán, el histórico dirigente comunista, y parte de los equipos de la revista Firme y la editorail Quimantú, Hilda es un bicho raro hoy entre los habitantes de Providencia. Comunista, defensora de los Derechos Humanos y del patrimonio histórico chileno, no le gusta lo que se aprobó ayer en el Consejo Municipal de su comuna.

Dice que sus amigos no la entienden, que la han llamado para tratarla de convencer pero que ella prefiere el nombre ahí para recordar la rabia que le provoca el peor día de su vida y la fecha de infamia que debe enseñársele a las futuras generaciones. “Hay niños de 15 o 16 años que no tienen idea de lo que pasó”.

Los recuerdos de Hilda de ese día la hacen llorar. Pero aún así, no quiere que se borre de un plumazo lo que significó una fecha y una etapa posterior en la que sufrió de todo, desde la partida de amigos y queridos hasta la cesantía.

En su escritorio tiene múltiples recuerdos de esos días. Una postal de Víctor Jara enviada “para su amiga” desde Londres en 1968, un dibujo con dedicatoria de Guayasamín y un cuadro hecho por el dibujante asesinado en dictadura Luis Jiménez. También una portada de Firme y otro con las caras de José Manuel Parada y Manuel Guerrero que dice “Liberen a los secuestrados, ayudemos en su búsqueda”. Aún así, Hilda no quiere el cambio.

¿Por qué crees que se debe mantener el nombre?

Para mi no es plácido, pero me da rabia y creo que uno necesita eso. Cuando se daña con sangre en Chile, cuando existe una fecha como esa donde murió tanta gente. O sea, a los que niños que están estudiando ahora no les enseñan esas cosas. Ellos deben decir que Providencia y 11 de septiembre es lo mismo. No entienden por qué, porque no saben lo que fue el 11 de septiembre.

¿Debería mantener el nombre para educar, dices tú?

Sí, para que alguien explique a los niños en la escuelas, que se sepa lo que fue el 11 de septiembre. Porque fíjate que a mí me pasa que yo pregunto a un niño de 15, 16 años y no tienen idea de lo que fue la dictadura, el 11 de septiembre. Pero esa fecha la vivimos y la sufrimos. Yo no quiero que borren el nombre de la avenida, quiero que se eduque con él.

¿Por esa razón no sería mejor que se cambiara el nombre y se pusiera un memorial, como se ha propuesto?

Mira, podría ser así. Pero como te digo, mis nietos chicos están estudiando pero -perdonando la expresión- no tienen puta idea de lo que pasó. ¿Por qué? Porque siempre por protegerlos no les cuentan. El 11 de septiembre no está en la historia como debería estar. Se debería educar con el nombre de la calle, para que no nos vuelva a suceder.

¿Y cómo crees que se debería contar?

Ah, no sé. Ese no es mi papel. Es decir, alguien debería hacer algo para que los niños sepan lo que pasó el 11 de septiembre. O que se yo… en algunos países hay cosas. Por ejemplo, en Madrid hay placas donde dice por qué se llaman así las calles. En el caso de Franco hay. Yo lo vi. He estado dos veces allá y yo lo vi. Y ellos tuvieron una guerra civil. En Buenos Aires también.

La personas que impulsaron el cambio de nombre apuestan a desmonumentar la dictadura. Sus símbolos, su estética. ¿No estás de acuerdo con eso?

Pero, a ver, digamos qué pasó, por qué se llama 11 de septiembre. Mira, un chico de La Victoria sabe, le enseñan, sabe perféctamente lo que pasó. Pero a estos niñitos de Providencia no se les enseña, no se les cuenta. Yo digo: 11 de septiembre con una explicación. Me da rabia porque fue el peor día que he vivido en mi vida. Acá pasaban los aviones poco menos que rozando los techos. Te digo, no quiero que lo borren para que a mucha más gente le duela. A mí me duele, pero quiero que me duela. El día que mucha gente supiera, muchos niños, que hubieran libros que cuenten lo que pasó, ojalá así sea. Yo pienso en eso. En la descendencia, en los niños.

¿Usted cree que estos elementos en la ciudad, en la vía pública, que conmemoran la dictadura deben mantenerse y enseñar?

Claro, yo creo. Ahora, hay quienes dicen que también hay estatuas de Allende. Pero eso no significa que tengamos que poner estatuas de Pinochet.

Es que desde la otra vereda se tiende a igualar las cosas…

Obvio que no, no. Pero a la gente se le olvida.

Y en el caso de otras figuras de la dictadura que estén presentes. Por ejemplo, en Valparaíso hay una estatua de Merino…

Oh sí. Se les olvidó ponerle una botella de whisky al lado.

¿Pero está de acuerdo con que exista?

Por supuesto que no, pero en el caso de él, la gente le perdona porque se ha reído mucho. Se han hecho miles de chistes con ese borracho. Yo creo que a la gente se le olvida que fue parte de la dictadura. Como lo que pasa con la ministra del Trabajo, y esa estuvo bien cerquita de la dictadura.

La concejala de RN Pilar Cruz dice que debería preguntársele a la gente, que esto es apresurado. ¿Está de acuerdo?

Yo discuto mucho con ella, pero creo que algo tiene de razón. Esto es una metida de patas. Debería haber sido más tarde, no ahora. Es como un juego de niños cuando uno dice ‘pucha, te la gané’. Y mira todo el despelote que se armó con esto.

Pero Providencia tuvo 16 años a un alcalde que colaboró con los organismos de represión y tortura y la gente votó un cambio.

Es que a mi se me ocurre que fue muy apresurado. Le habría dado más tiempo, para ir pesando lo que estaba pasando. No es que a mí me vuelva loca que diga 11 de septiembre. Para mí, 11 de septiembre es la dictadura, no es otra cosa. Si no me daría lo mismo.

¿Y si fuera otro nombre u otra fecha, para conmemorar la fecha del plebiscito o de un artista o figura destacada asesinada durante la dictadura?

En el fondo seguiría siendo lo mismo.

Pero sería mejor que teniendo una calle con ese nombre…

Pero si tal vez lo hubiera dejado más tranquilo, con calma. Lo decías antes: que los vecinos opinen, que haya un plebiscito. Como te digo, a mi me duele que desaparezca porque es como que se borra. No está 11 de septiembre y es como que no existió, pero oye, sí existió. Espero que se preocupen y eso se enseñe como corresponde.

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