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Cultura

19 de Agosto de 2013

Travis: “Nosotros abrimos la puerta que cruzó Coldplay con mayor éxito”

Los británicos Travis cierran hoy un paréntesis de cinco años sin discos con “Where you stand”, un trabajo marcado por la paternidad, hecho “sin pensar en el negocio” y que incide en el estilo que los hizo famosos, una “puerta”, dicen a Efe, que abrieron y cruzaron después bandas como Coldplay. “Nos sentimos como unos […]

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Los británicos Travis cierran hoy un paréntesis de cinco años sin discos con “Where you stand”, un trabajo marcado por la paternidad, hecho “sin pensar en el negocio” y que incide en el estilo que los hizo famosos, una “puerta”, dicen a Efe, que abrieron y cruzaron después bandas como Coldplay.

“Nos sentimos como unos porteros que encontraron esa puerta en el gran muro de la música para pasar al siguiente nivel, la abrimos y muchas bandas cruzaron por ella”, comenta Fran Healy, cantante y principal compositor del grupo.

Fue a finales de los años 90, cuando empezó a languidecer el “brit-pop”. Travis, una banda originaria de Glasgow, publicó con gran éxito su segundo disco, “The man who” (1999), con un estilo más reflexivo y emotivo, combinando marcadas melodías, un fuerte sentimiento de melancolía y ciertas dosis de optimismo.

“A menudo son las bandas que cruzan después la puerta las que alcanzan un éxito masivo. Suede abrió la puerta para Oasis y Blur y Nirvana a Pearl Jam. Nosotros le abrimos la puerta a Coldplay, que se volvió gigantesco”, comenta el bajista Douglas Payne, sin animadversión aparente ni ánimo de dobles lecturas.

Casi 15 años después de su mayor éxito, lanzan “Where you stand” (Everlasting Records), su séptimo disco, que llega esta semana a las tiendas, coincidiendo con su paso este fin de semana por el festival Sonorama de Aranda de Duero (Burgos, norte de España), donde probaron el vino, la morcilla y el calor de su público.

Allí presentaron algunos de los temas nuevos, como “Mother”, “Moving” o “Where you stand”, primer material inédito después de “Ode to J. Smith” (2008) y el descanso indefinido que se tomaron hace ahora un lustro, tiempo en el que Fran Healy publicó su propio disco en solitario, “Wreckorder” (2010).

“Queríamos pasar tiempo con nuestras familias, con nuestros niños, ejercer de padres. Además, necesitábamos estar un tiempo lejos de la banda, precisamente para poder seguir siendo una banda y echarnos de menos entre nosotros y al trabajo”, explica Payne sobre las razones de este paréntesis.

Decidieron volver a juntarse periódicamente en el estudio, pero omitiendo expresamente las palabras “disco, gira o negocios”.

“Solo queríamos hacer una canción formidable… y después otra y otra”, cuenta Healy sobre el proceso que dio lugar a este álbum bajo su propio sello, Red Telephone Box, una forma de rebelarse contra las maneras de las multinacionales y la búsqueda obsesiva de “sencillos” tan exitosos como “Sing”, “Closer” o “Flowers in the window”.

¿El objetivo? “Intentábamos ser nosotros mismos”, responde, encontrar su sonido, ese que los definió al final de su primer disco, “Good feeling” (1997), el que asentaron con “The man who” y “The invisible band” (2001) y al que posteriormente dieron una vuelta en “12 memories” (2003).

“Es el modelo de R.E.M., que para nosotros constituye el ideal como banda, porque eran ‘la mejor banda’, sin ser ‘la más grande’. Hacían lo que querían, incluso discos que podían llegar a frustrar a sus seguidores, porque no los reconocían como suyos”, explica el cantante.

La primera mitad de “Where you stand” suena más brillante, con predominio de la guitarra, frente a una segunda más taciturna, en la que las cuerdas ceden paso a la percusión y al piano, todo ello muy Travis, melancólico y alegre a la vez.

“Forma parte de la sensibilidad escocesa, esa bella tristeza. Quizás sea la lluvia, la bebida…, debe estar relacionado con emborracharte y luego caer en la oscuridad”, dicen entre risas.

“Where you stand” ha sido grabado casi íntegramente en Noruega (y una pequeña parte en Berlín, donde reside Healy), en un estudio enclavado en un paraje rodeado por montañas y el mar en el que también vivían.

Temáticamente, está muy marcado por su madurez. “Tenemos 40 años, somos padres, miramos a nuestros críos y nos vemos a nosotros mismos cuando teníamos su edad. Estamos en el ecuador de nuestra vida y este disco reflexiona sobre ese punto de la vida”, cuentan.

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