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Mundo

30 de Agosto de 2013

Las cartas de amor desde el frente de la Primera Guerra Mundial

Vía BBC Mundo Los últimos deseos, pensamientos y preocupaciones de más de 230.000 soldados que murieron en el frente durante la I Guerra Mundial estarán disponibles en internet. Los soldados guardaban los testamentos escritos a mano en sus agendas de bolsillo, que metían en sus uniformes. Ahora, los documentos originales en papel que sobrevivieron desde […]

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Vía BBC Mundo

Los últimos deseos, pensamientos y preocupaciones de más de 230.000 soldados que murieron en el frente durante la I Guerra Mundial estarán disponibles en internet.

Los soldados guardaban los testamentos escritos a mano en sus agendas de bolsillo, que metían en sus uniformes.

Ahora, los documentos originales en papel que sobrevivieron desde entonces están preservados en 1.300 cajas dentro de un almacén con temperatura controlada gestionado por la compañía de datos Iron Mountain, en Birmingham, Reino Unido.

Los testamentos, propiedad del Servicio de Tribunales de Su Majestad (HMCTS, por sus siglas en inglés), están siendo digitalizados y estarán listos para el centenario de la Guerra, que se cumple el año que viene.

El enorme archivo en línea forma parte, además, de un proyecto más amplio para poner a disposición del público los testamentos de todas las guerras, desde la Guerra de los Boers al conflicto de las islas Falkland/Malvinas.

La BBC tuvo acceso al primer paquete disponible en internet, que incluye los documentos de un antiguo jugador de fútbol profesional y el abuelo del músico de rock Mick Fleetwood.

Harry Lewis-Lincoln

El soldado Harry Lewis-Lincoln murió mientras combatía con su regimiento en Hill 60 cerca de Ypres, en Bélgica, el 5 de mayo de 1915.

El libro de bolsillo que contenía su testamento también incluía una carta que, al igual que en muchos otros casos, iba dirigida a la mujer que se cree era su amor en Reino Unido.

La carta explica: “El viernes por la mañana nos vamos por la costa directamente a Bélgica, se supone que no te puedo contar esto”.

El historiador de asuntos militares Jon Cooksey cree que la carta nunca fue enviada porque se hubiera concebido como material sensible.

“Si los alemanes se hubieran apoderado de dicha información, habría sido desastroso porque siempre querían saber dónde estaban las unidades y los movimientos de las tropas”, señala.

“También refleja cómo algunos soldados esperaban una guerra ‘larga y dura’, un detalle del que nunca se habría hablado en el ámbito doméstico para no mermar la moral”.

La carta también hace mención a un chico que se cree era el hijo de Lewis-Lincoln.

Dice: “Si nunca regreso a casa, dejo al niño a tu cargo y sé que harás lo mejor para él”.

Joseph Ditchburn

Mientras algunos soldados expresan sus pensamientos e inquietudes a sus seres queridos, el soldado Joseph Ditchburn parece más preocupado por asuntos más mundanos.

Su testamento tiene una carta de acompañamiento en la que se explica que dejó toda su ropa y su bicicleta a su madre, a la que cita como Sra. Moralee.

La carta, escrita en papel con membrete, indica la dirección de un taller de reparación de bicicletas en Lichfield, Staffordshire –junto con estrictas instrucciones.

Se lee: “Es una máquina muy buena y vale mucho dinero y he pagado por su reparación; si hay algo extra que pagar, hazlo”.

El soldado Ditchburn recibió un disparo en el abdomen mientras luchaba contra tropas alemanas en la Infantería Ligera de Durham en Armentieres, en la frontera franco-belga, el 13 de octubre de 1914.

Falleció en un hospital a causa de sus heridas.

El historiador Jon Cooksey dice que el testamento refleja que el soldado era un “personaje colorido”.

“Su informe médico muestra que tenía tatuajes por los brazos y su cuerpo”, añade.

“Tuvo varias advertencias y reprimendas a lo largo de su carrera; entre otras cosas, por haberle dicho una falsedad a un sargento, y por hablar de manera inadecuada a un oficial de alto rango.

“Siempre tenemos la imagen de los soldados como miembros ejemplares de la sociedad, pero algunos de ellos podían ser también travieso”.

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