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Cultura

1 de Septiembre de 2013

¿Culpa?: ¿Cuánto mal le hace la piratería a las películas independientes?

Vía Cinemania.es   Cuando las autoridades de EE UU clausuraron el servicio de descargas Megaupload, muchas grandes productoras y distribuidoras de cine se frotaron las manos: con los piratas privados de su guarida más eficaz, seguro que las descargas ilegales en internet estaban sentenciadas. Temerosas de seguir el mismo destino, otras compañías dedicadas a albergar […]

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Vía Cinemania.es

 

Cuando las autoridades de EE UU clausuraron el servicio de descargas Megaupload, muchas grandes productoras y distribuidoras de cine se frotaron las manos: con los piratas privados de su guarida más eficaz, seguro que las descargas ilegales en internet estaban sentenciadas. Temerosas de seguir el mismo destino, otras compañías dedicadas a albergar archivos online redujeron drásticamente su oferta (o aprovecharon para promocionar a lo bruto sus servicios premium), y en general muchos internautas se temieron que la época del ‘todo gratis’ en la Red desaparecería para siempre. Cerca de veintiún meses después, parece que la cosa no era para tanto… Salvo para las películas independientes y de bajo presupuesto, las cuales podrían verse perjudicadas por las medidas antipiratería.

Según un estudio [enlace en inglés] elaborado en la Escuela de Dirección de Empresas de Munich (dependiente de la Universidad Ludwig-Maximillians) y la Escuela de Negocios de Copenhague, los filmes no respaldados por grandes campañas de márketing han visto mermados sus ingresos desde la clausura de Megaupload. Los tres economistas responsables del texto han analizado datos de taquilla anteriores y posteriores al 19 de enero de 2012 (la fecha fatídica en la que Kim Dotcom sufrió la visita del FBI), para llegar a una conclusión que puede levantar ampollas: “Sólo los grandes blockbusters se han beneficiado del cierre de Megaupload”, sentencia el estudio en su introducción. En cambio, prosigue, “las gran mayoría de las películas [las de presupuesto mediano y bajo] se han visto afectadas negativamente”.

A continuación, el análisis aporta una explicación para este fenómeno: puede que las descargas ilegítimas hagan perder ingresos directos en taquilla a la industria, pero también conllevan una consecuencia positiva cuando “la información sobre la calidad de un filme pasa de los piratas a los compradores”. En cristiano: mientras que la maquinaria promocional de Hollywood no para de proporcionarnos razones por las cuales ir a ver determinados filmes, otras películas de origen menos opulento dependen del ‘boca oreja’ para despertar interés entre las masas. Y, si sus limitadas redes de distribución las condenan al ser vistas en pocos países o (en el peor de los casos) al circuito de festivales, dicho ‘boca oreja’ puede morir antes de nacer, privándolas de beneficios a medio o largo plazo.

Tras el asalto a Megaupload, esta comunicación de cinéfilo a cinéfilo se vio drásticamente reducida, mientras que la exposición mediática de los filmes permaneció igual. Y, dado que las reseñas entre iguales (bien por el contacto personal, bien a través de redes online) son cada vez más importantes a la hora de valorar qué películas queremos ver, el resultado fue un perjuicio económico que los autores califican de “sorprendente”. Ahora entendemos mejor, por ejemplo, que los autores de Juego de tronos consideren la piratería más como una ventaja que como un atropello: tener a un público deseoso de bajarse cada capítulo en cuanto este se ha emitido en EE UU aporta unas ganancias (principalmente, en forma de ventas en DVD) superiores a las pérdidas de unas cuantas suscripciones por cable.

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