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Humor

8 de Septiembre de 2013

¿Por qué es más bacán Allende que Pinochet?

Sobre todo en estas fechas de polarización, muchos insisten en comparar a Allende con Pinochet, lo que suele terminar en discusiones bastante acaloradas, insultos de lado a lado, golpes (con puños), o en el peor de los casos golpes (con tanques y aviones gringos prestados). Como un grano de arena para seguir dividiendo el país, acá las razones de por qué Allende es 100.000 veces más bacán que Pinochet.

Por

Dejando de lado las razones obvias (como que Allende fue elegido democráticamente y que Pinochet se metió por la ventana, por ejemplo) vamos a los puntos que hasta ahora no se han tocado lo suficiente.

– Estilo: Allende era mucho más estiloso que Pinochet. Tenía presencia, estatura, elegancia, don de la palabra. Sin miedo al qué dirán, fue persistente y vanguardista en imponer sus anteojos (antes nerd) como una moda (luego hipster), que el mundo tardó años en reconocer como tal. Pinochet, en cambio, hablaba pésimo, su bigote era el de un huaso pre-púber, era extremadamente orejón, y su boca parece la de un bulldog que se cruzó con un chihuahua. Para qué hablar de sus últimos años: gordo, alegando demencia senil, y morir inflado en una dantesca imagen que dio la vuelta al mundo, para las pesadillas de los más pequeños.

– Música: artistas de todo el mundo han demostrado su admiración a Salvador Allende. En Chile se le hizo un multitudinario concierto-homenaje, que contó con músicos de la talla de Pedro Aznar, Inti Illimani, Anita Tijoux, Congreso, Miguel Bosé, Joaquín Sabina, Ismael Serrano, Victor Manuel, Mauricio Redolés, y muchos más.

Mientras tanto, por el lado de Pinochet, ¿Qué tenemos?

(No más preguntas, su señoría).

– Capacidad discursiva: a Allende se le reconocen los discursos más hermosos, sensibles, y emotivos, y escucharlo hablar era un deleite para cualquier persona.

Mientras a Allende se le atribuyen hermosas palabras como “se abrirán las grandes Alamedas por donde pase el hombre libre”, Pinochet es conocido por acciones poéticas del estilo “se mata la perra y se acaba la leva”, una frase que mezcla asesinato y sexo animal, que hasta el mismo Arjona encontraría cuma y de pésimo gusto.

– Nombres: en gustos no hay nada escrito, y no faltará quién diga que “Augusto” es un buen nombre, pero evidentemente un nombre como “Salvador” es difícil de superar. Por otro lado, el apellido Allende (vasco, originario de Viscaya), le gana por paliza a uno que ya sabemos de dónde proviene:

– Adherentes: No es bueno generalizar, y sería injusto decir que todas las señoras que se lubrican pensando en el Tata son unas viejas feas y con telarañas, pero basta imaginarse tener una suegra como éstas:

…como para replantearse una relación.

Por el otro lado, uno de los más recientes descubrimientos allendistas, fue éste:

O sea, no hay nada más odioso que las comparaciones, pero…

Existen muchas más razones que las aquí expuestas, pero creemos que los puntos aquí expuestos (a menudo olvidados en los análisis convencionales) son suficientes como para abrir el debate una vez más: ¿Por qué otras razones tú crees que Salvador Allende es 100.000 veces más bacán que Pinochet?

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