Opinión
23 de Septiembre de 2013Atención: fingir orgasmos también es cosa de hombres
Una encuesta asegura que casi 2 de cada 10 hombres simulan sentir placer en la cama. Sucede en situaciones de estrés, presión o excesivo afán de control.
The Clinic Online
Fingir orgasmos también es cosa de hombres. Así lo asegura una encuesta realizada en diez ciudades estadounidenses: en la encuesta Trojan Charged Sex Life, el 60% de las mujeres admiten haber fingido orgasmos, mientras que la proporción es solo del 19% en el sexo masculino.
Los sitios AskMen.com y TresSugar.com también quisieron averiguar cuál es el porcentaje de hombres que fingen el orgasmo. Tal como publica The Huffington Post, en la encuesta –en la que participaron 50 mil personas (49 mil varones, mil mujeres) de EEUU, Reino Unido y Australia- aseguró haber fingido el 54% de las chicas y el 34% de los hombres.
En un estudio publicado en LiveScience, por otra parte, el 25% de los estudiantes universitarios encuestados aseguró haber fingido el orgasmo, mientras que la mitad de las mujeres dijo haber actuado. Esta investigación, realizada por psicólogos de la Universidad de Kansas, consultó a 180 hombres y 101 mujeres acerca de su vida sexual. Se le preguntó a cada participante si alguna vez había fingido tener un orgasmo o si habían hecho “algo similar”, para intentar captar una respuesta verdadera de los más vergonzosos.
Si bien para ellos es más “difícil” fingir el orgasmo, sucede. La psicóloga y sexóloga Pilar Cristóbal lo explica en un artículo de El País: “En el hombre el orgasmo está regido por el sistema nervioso parasimpático -el que relaja-, mientras que la eyaculación pertenece al simpático –el que estimula-, y para que ambos coincidan deben ponerse de acuerdo, que es lo que normalmente sucede. Pero si hay estrés, presión o excesivo afán de control este equilibrio se rompe y puede ocurrir que el hombre eyacule sin experimentar un orgasmo, lo que resulta bastante doloroso, o viceversa”.
“El orgasmo es una respuesta fisiológica, emocional y social: une el cuerpo a la capacidad de gozar y de compartir la experiencia sexual. Sin embargo, los condicionantes socioculturales han sido causa de muchas limitaciones a la hora de hacer el amor”, comenta el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.