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Opinión

24 de Septiembre de 2013

Entrevista a Panteras Negras, precursores del hip hop chileno: “Los rapulentos de hoy son los cabros que marchan”

Los legendarios intérpretes del “Rapulento” están de vuelta. Lanzaron un disco inédito -”Prodigios”- el año pasado, después de siete temporadas separados, preparan un gran concierto conmemorativo a fines de noviembre por sus 25 años y un libro sobre el origen del rap nacional. Además, repasan el actual estado del género en el país, acusan a la “izquierda de moda” de algunas bandas, y declaran a Jorge González como su inspirador.

R.S.
R.S.
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En el subterráneo del Centro Cultural Estación Mapocho, luego de atravesar por unos terroríficos pasillos a oscuras, está la sala que los Panteras Negras comparten con otras bandas para ensayar. Detrás de una mesa de sonido, está Lalo Meneses, líder de la banda y hoy profesor de un taller musical en el espacio de calle Balmaceda y conductor del programa Ritmo Perfecto, de radio Uno. En la aventura radial, lo acompaña Chino Máquina, la otra mitad del alma del grupo. Ambos iniciaron la ruta del hip hop chileno en 1988, se separaron en 2003, y se reencontraron en 2010 para componer el disco que los tiene de regreso (Prodigios, 2012), preparando un gran concierto conmemorativo que se realizará en noviembre y un libro para contar los 25 años de rap nacional. Ambos, también, reciben a The Clinic OnLine para conversar sobre música chilena, calle, izquierdas y población.

¿Cómo fue el proceso de reagrupación de la banda?

Lalo- Nosotros nos criamos todos juntos en el barrio, somos el crew de la esquina, en la población Huamachuco de Renca. Con el Dj Rata y Chino Máquina somos los tres que quedamos de la composición original, antes éramos como 8, pero siempre la esencia de la banda somos nosotros dos con el Chino, que manteníamos la formación del grupo. A fines de los 80, empezamos haciendo breaker, nos hacíamos las chaquetas nosotros mismos, hacíamos la chapa y la pegábamos en la espalda. Fuimos del breaker al rap y en ese proceso conocimos al Pedro Foncea -De kiruza fue una escuela en todo sentido-; y recibimos harta energía también de Jimmy Fernández. Los primeros años eran puras giras poblacionales. Lanzamos el primer disco en la ex cárcel pública. Ese fue el origen. Así estuvimos hasta el 2003, cuando nos fuimos a Europa con el Pita, a quien lo dejamos allá abriendo puertas. En 2010 nos juntamos de vuelta e hicimos Prodigios.

¿Y cómo cambió el rap de Panteras Negras después del receso?

Lalo- Las diferencias son de sonido; la poesía que se hace sigue siendo súper callejera, siempre es la poesía de la calle. En los 90 íbamos cantando de la realidad de los 90 y en 2010 empezamos a cantar de la realidad que tenemos ahora: somos gente adulta, con hijos, vemos el rap como una cultura de vida, no una moda. No nos vestimos como raperos, sino como breaker antiguo. Un poco todo eso lo metimos ahí, le aplicamos política y opinión global. Sobre todo hay un mensaje hacia la cultura del hip hop, que ahora es harta gente. Los mensajes fundamentales apuntan al rescate de la cultura original del hip hop, que es callejera, opinante, pero también es honesta, porque hay grupos que se ponen nombres grandilocuentes, súper subversivos y gangsteriles, pero los mantiene la vieja. Entonces, por ahí tampoco nos gusta el rap de ahora. Sí nos gusta el de la gente que lo hace bien, pero también hay una gran gama de gente que está tomando esto por encima, que cree que se trata de imitar lo que escuchan de otros.

-Chino: Ese proceso de volver a juntarnos es resultado de algo que la gente quería de nosotros. Decían “que vuelva Pantera”. Tuvimos que volver a levantar la Pantera, que la dejamos descansar un buen rato, era el significado de lo que la gente quería escuchar. Por eso tomamos toda nuestra historia, más nuestra vivencia y nuestro replanteamiento como banda para volver a hacer un disco, que es Prodigios, un disco especial.

El hip hop de las nuevas generaciones suena más al choque que la generación que ustedes compartieron con Tiro de Gracia. ¿Lo sienten así?

Lalo- El arte tiene que ver con lo que tú vivis y como persona reciclai, ya sea un escultor, grafitero o músico, va transmitiendo lo que va viviendo. Amadeus Mozart estaba súper loco y su música también tiene esa locura. Las letras de nosotros cuando partimos el año 88, eran súper poblacionales y combativas, porque así era el año 88. Yo algunas de esas las puedo seguir cantando porque siguen pasando las mismas cosas. Pero no puedo no referirme a mi vida de adulto como hip hop. Grabar temas y subirlos a internet puede ser un buen ejercicio para la juventud, pero no es un buen ejercicio para artistas que llevan muchos años. Entonces, tratamos de ser honestos con lo que vivíamos y recuperar el rap político hacia la población. Porque de repente siento que varios grupos tienen situado el rap político en los patios de la universidad, entonces yo recuerdo cuando Salvador Allende decía que la revolución no pasaba por la universidad. En la universidad se es revolucionario por un momento; la revolución pasa por los trabajadores, “por las grandes masas” dijo Allende. Entonces si lo traducimos a hoy día, la revolución pasa por las poblaciones. Si pensamos que algún día un país capitalista, socio y esclavo de Estados Unidos -donde la mayor parte de la población votó por la derecha hace unos años atrás- va a tener una revolución como la de Cuba o Venezuela, estamos equivocados. Aquí no va a haber una revolución así.

¿El hip hop de hoy es herramienta de un discurso más político que cultural?

Lalo- Si un país tiene un gobierno de derecha todo el mundo se izquierdiza. Vamos a ver qué pasa en unos años más con estos cabros que están cantando de política. Un día alguien me comentó “hay gente que está organizando algo aquí para recuperar un terreno y viene un rapero equis a hablar a un taller”. Yo le pregunto de qué y me dice que “hablamos de sindicalismo, de marxismo, de anarquía”. Yo le dije pensé que les hablaba de leyes para recuperar el terreno. Y el loco tenía 20 años; yo a esa edad no hubiera podido darle clases a dirigentes sociales más viejos que yo. Entonces, hay una variante hacia una izquierda de moda, que se quiere apropiar de lo que han hecho los estudiantes, que no tiene ningún color político. Es un movimiento de los cabros.

¿Hay un hip hop que se quiere apropiar de eso también?

Lalo- Hay un hip hop juvenil que tiene que leer más y además tiene que vivir el ser un activista.

Chino -Es fácil hoy hablar de política, te podis poner cualquier polera y decir soy político. Las consecuencias del hip hop en Chile la pagamos nosotros los Panteras con la querella por injurias que nos puso Carabineros por nuestra canción “Guerra en las calles”, que decía “Paco culiao, cerdo ignorante“. Vimos limitada nuestra libertad de expresión. Nosotros dimos cara, la mamamos, los pacos iba a ver que no tocáramos esa canción a los conciertos. Nosotros hicimos política en confrontación con Carabineros y abrimos un espacio para la libertad de las otras bandas.

Hoy incluso se puede llamar a matar al presidente en una canción.

Chino- Podríamos decir que ahora están jugando a hacer hip hop político, pero cada uno tiene su proceso. Es largo el camino y costoso, te defraudan y también hay traicioneros. Nosotros ahora preferimos hacer cultura de hip hop y dentro de eso manejamos todos los hilos.

Antes se hacían llamar “la espina de la transición” ¿A qué le cantan ahora?

-Antes queríamos hacerle un espacio a la gente que venía de población, darles respeto, porque había discriminación. Antes tú decíai que veniai de la Huamachuco o La Pincoya y te miraban feo. La discriminación hacia los flaites era súper dura. Cuando el grupo partió no sólo hacía algo nuevo como el rap; también cuando lo entrevistaban hablaban como hueones que vendían helados. Era nuestra realidad, nos perfeccionamos y dijimos aquí está la cultura popular, es nuestra y respeto por eso. Y hoy día le cantamos a la misma gente, a los pobladores de Chile y a los pobladores de hip hop más que nada. Pero en general a todos, a los tatitas, los cabros.

Chino- Mostramos la historia también, hablamos de nuestros orígenes, lo mapuche que somos, Sudamérica, opresión, los giles que roban, la policía lacaya. Es lo mismo, pero en una magnitud más evolucionada.

EL RAPULENTO

“El Rapulento”, himno del hip hop chileno, es un homenaje al cabro de población ¿Cómo ha cambiado ese cabro hoy?

Lalo- A partir del 2000, con la llegada de la pasta, los barrios cambiaron. Antes cuando íbamos a otra comuna, la gente te recibía y te trataba bien. Había amistad entre las poblaciones. Si había un atado se agarraban a combos y después volvían al carrete. El haber sufrido juntos la dictadura, nos daba unidad. Eso se mantuvo hasta el final de los 90 y nosotros tuvimos la gracia de escribir esa época.

¿Qué es ser Rapulento?

Chino- Cuando cantamos esa canción toda la gente la salta, la vacila. La idea del rapulento era que dentro de lo malo que se vivía -porque había neoprén y otras drogas-, en el coa ser rapulento es ser un weón bacán, tela, que tiene desplante, que es buena persona: “este loco es pulento jefe, pulento papá o pulenta mina”. Mi mina es entera pulenta. Es una palabra de la jerga poblacional que define a gente especial. El hip hop tiene eso. Es salir adelante con la rectitud de hacer las weás bien. Es la buena enseñanza de la pobla que sirve para estudiantes, gente de trabajo, para choros o gente que está en otra onda.

Lalo- Hoy día los rapulentos son los cabros que están marchando y son buenos. Siempre va a estar el weón que rompe las weás; pero está el que organiza a los cabros, que llama a todos los weones para que vayan, que hace el afiche, que cuida el escenario, que después los va a ver a la comisaría. Es un modelo de virtud.

CULTURA

¿Qué opinan de los exponentes de la nueva música chilena, como Manuel García, o Dënver?

Lalo -hay músicos que han traspasado los límites de los estilos, nosotros vivíamos en una época distinta en que los punk estaban allá y los reggae acá. Ya no pasa eso. A mí me gusta lo que hace la Camila Moreno y el Manuel, por ejemplo.

Chino- Lo bueno es que hay un mensaje en la música de hoy, si hablamos de Los Tres o La Ley, era más orientaba para los sectores medios altos.

Lalo- “El viejo comunista” (de Manuel García) era “déjate caer” (de los Tres) ¡quien se está cayendo weón! Hoy día está la poesía súper clara. Cuando pasen 50 años va a estar Víctor Jara, Violeta Parra y Jorge González. Él fue una luz para todos los que vinimos, y Pedro Foncea también.

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