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Opinión

14 de Octubre de 2013

¿Por qué la cara es tan importante para enamorarse?: completa guía para entender el origen del amor y las leyes de atracción

Seguro ya escuchaste aquella cantaleta de que el amor es un sentimiento superior, una epifanía transcendental, una enteogenesis que nos abre el camino, la lisérgica embriagante de la obsesión y la plenitud. Bueno, todo es mentira.

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Vía Marcianos

No pasamos de ser animales con delirios de grandeza que gustamos de etiquetar cognitivamente a nuestras activaciones biofisiológicas y hormonales, tradición que ha sido perpetuada hasta nuestros días. Comenzando con Adan al juzgar sentir celos, y por tanto amor, cuando Eva se insinuó a Azazel a cambio de comida.

Como diría Tyler Durden en el Club de la Pelea:

“Somos una generación de hombres criados por mujeres, me pregunto si realmente otra mujer será la respuesta que necesitamos.”

Ellos ya fueron, y también los hombres modernos, impregnados y ensuciados por estas cosas del amor verdadero y su presunta inexplicabilidad.

A continuación pretendemos desmitificar este gran cuento de hadas y presentar la realidad (biológica) detrás del concepto del amor.

El Sexo.

“Cuando se trata de sexo, las mujeres necesitan una razón, los hombres necesitan un lugar“.

Lo que es totalmente cierto. Considerando que los hombres tienen de 10 a 20 veces más testosterona que las mujeres, y que el hipotálamo (“cerecita” en el cerebro que está detrás de deseo sexual) de los hombres es también mayor que el de las mujeres y los homosexuales, es natural que los hombres gusten de practicar el coito.

(Por esta misma razón, es más fácil para las mujeres mantenerse fieles).

Otra cosa es el darwinismo aplicado a la sexualidad. Desde los albores del tiempo, los hombres se han encargado de garantizar la supervivencia de la especie. Es decir, un hombre que tenga una enorme cantidad de hijos es saludable, es el instinto de la proliferación de la especie. Los propios orgasmos masculinos están diseñados para suscitarse en un corto período de tiempo, disminuyendo la probabilidad de sufrir un ataque de otro animal.

Esto sólo puede conducir a una conclusión: la monogamia masculina es cultural. El hombre está diseñado para “probar”. Pero espera, si después de esto estas llegando a pensar que ellas son unas santas, aquí hay dos razones para cambiar de idea:

a) Como se puede ver en el gráfico a continuación, el apetito sexual varía con la edad y el sexo. Y si bien es cierto que de los 20 a 30 ellas no perciben por qué los hombres sólo quieren fornicar, la situación ya es diferente en el rango de los 30 a 40, donde las mujeres demuestran ser unas auténticas locas sedientas de intimidad lasciva y carnal, incluso superando a los hombres. A nivel biológico esto se puede explicar como un último recordatorio de la naturaleza, como si dijera: “esta es tu ultima oportunidad Juana”.

b) Poseemos un área cerebral especializada en el dominio de las emociones llamada sistema límbico. Lo más gracioso de esto en lo que respecta a las mujeres es que durante el acto sexual, sufren de una activación mucho menor del sistema límbico que los hombres. Es decir, las mujeres antes de un estímulo desencadenante de excitación sexual muestran menos activación emocional neuroimagiológica. ¿Y esto? A pesar de no dejar de ser objeto de estudio, sigue siendo contrario a la intuición. Otro detalle curioso es relativo a los órganos sexuales. Sólo para su curiosidad, miren la siguiente figura.

Como puedes ver, hay similitudes. Por ejemplo, el clítoris está formado por el mismo tipo de tejido fibroso y eréctil del glande, con la única diferencia del tamaño, lo que en mi opinión, es la prueba definitiva de que los hombres son los preferidos por las deidades.

Para terminar esta historia de imágenes y sexo, deslúmbrate con el siguiente video (si quieres ir directo a la acción, avanza hasta el 1:38):

Leyes de atracción.

Ya vimos que el sexo es un conjunto voluntades y deseos primarios controlados por las hormonas (hombres + mujeres) y los instintos (hombres). Sí, somos animales, pero ¿qué pasa antes de llegar al sexo?

¿Porque a los hombres nos gustan esas partes de las mujeres?

Fertilidad. Hay algo de primitivo y exótico en la imagen de una mujer dando a luz: el nacimiento, la proliferación de las especies y la paternidad. Hay algo en ese todo que nos apela a un nivel central básico. De esto modo, los hombres aprecian figuras que le trasmiten inconscientemente fertilidad, como las piernas largas, los glúteos prominentes y lo senos hinchados gracias a la etapa de la lactancia

¿Por qué las mujeres gustan de hombros anchos, pecho y brazos musculosos, trasero pequeño y piernas musculosas?

Si lo piensas un poco, esta es la figura primordial de un hombre cazador. El torso musculoso y ancho se asocia con la capacidad de protección y dominio. La fascinación por el trasero pequeño viene de la idea de que el hombre en cuestión transmite a la mujer un mensaje de que puede realizar un empuje competente durante el acto de reproducción, similar a las cuestiones de fertilidad arriba expuestas. Así como el tronco fuerte es sinónimo poder y resistencia, las piernas musculosas también transmiten esta idea.

¿Por qué la cara es tan importante?

Debido a que los opuestos físicos se atraen. Los hombres suelen preferir narices pequeñas, estómagos pequeños y mandíbulas planas, ya que ellos mismos tienen las características opuestas. Del mismo modo, las mujeres prefieren a los hombres opuestos: hombros anchos, caderas estrechas, piernas y brazos más fuertes, mandíbulas prominentes y una nariz visible. Este mecanismo inconsciente parece estar fundado en la búsqueda del equilibrio de los rasgos; ¿darwinismo aplicado a la atracción facial? También sabemos que nos gusta la simetría, pero eso es tema de otra ocasión.

¿Por qué a los hombres les gustan las rubias?

Se puede argumentar que es cultural, pero se sabe que tiene un componente biológico. Las rubias naturales tienen un alto nivel de estrógeno, que es un indicador de fertilidad y que inconscientemente vuelve a las rubias atractivas para los hombres. A medida que el nivel de estrógenos se reduce (edad, hijos), el cabello se vuelve más oscuro, así que desconfía de las treintonas (o mayores) que se declaren como rubias naturales.

Hombres, la próxima vez que estén con una mujer, pregúntenle en qué periodo de su ciclo menstrual se sitúa. Y calendarícenlo.

Estudios científicos han demostrado que las mujeres son atraídas por diferentes rasgos de los hombres en función de si están en periodo fértil o no. Prefieren hombres más dominantes, con características faciales más masculinas; como la nariz grande, cuando son fértiles, además de que también son más proclives a la traición durante este tiempo. Por otro lado, prefieren hombres más hogareños, con rasgos femeninos como labios gruesos cuando están “en calma”. Este efecto también se observa en la cantidad de testosterona que ellas pueden tener. Es decir, si tienen más testosterona de lo normal son también capaces de apreciar las características más femeninas en los hombres, en detrimento de las masculinas.

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