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Poder

23 de Octubre de 2013

Las 10 razones que hacen de esta la campaña electoral más ordinariars del último tiempo

1- Que la discusión “política” de la semana sea una pelea digna de Laura en América. “Que pase Pablo Díaz” es lo que diría la carismática conductora de televisión peruana si se llevara a la pantalla chica el espectáculo que están dando Evelyn Matthei y Franco Parisi, con el agregado de las denuncias del actor […]

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1- Que la discusión “política” de la semana sea una pelea digna de Laura en América. “Que pase Pablo Díaz” es lo que diría la carismática conductora de televisión peruana si se llevara a la pantalla chica el espectáculo que están dando Evelyn Matthei y Franco Parisi, con el agregado de las denuncias del actor de Machos. Combos iban, combos venían, gritaría Dinamita Show para explicar a la ciudadanía la guerrilla desatada entre los candidatos presidenciales, quienes buscan el segundo lugar enrostrando deudas familiares una; y hermanos no reconocidos el otro.

Dos frases dignas de SQP

Matthei: “Déjenme reírme un rato de que haya un Parisi tan bueno y un Parisi tan sinvergüenza”.
Parisi: “Que no se meta con hermanos, yo por lo menos tengo bien reconocidos a todos mis hermanos”.

¿Qué dijo el otro?

2- La falta de memoria. El 29 de abril Laurence Golborne se bajaba de la campaña presidencial porque su imagen ética no aguantaba más. Ni la UDI toleró la revelación de sus cuentas bancarias en Islas Vírgenes y la condena de la Corte Suprema a Cencosud por subir unilateralmente las comisiones a sus clientes cuando “estamos bien en el refugio los 33” era su gerente general. Hoy, cinco meses después, “rescatemos el diálogo” lidera las encuestas para ser electo senador por Santiago Oriente. El abuso se demoró un abrir y cerrar de ojos en dejar de ser tema de relevancia nacional.

3- Que aún no se sepa quién financia a los candidatos. ¿Sabía usted que el voto vale $690? Bueno, esa es la plata que devolverá el Servel a los candidatos presidenciales por cada voto obtenido en las elecciones del 17 de noviembre. De esa forma se reasigna lo gastado en palomas, jingles radiales y gigantografías. Pero ¿quién pone la plata original? Nadie sabe, pues la ley sólo obliga a los comandos registrar el milagro, mas no el santo. Esto se podría traducir después en las más turbias devoluciones de favores a empresarios tras las sombras.

4- Que lo más llamativo de las campañas y franjas sean los jingles chistosos. Lejos de propuestas políticas e ideológicas destacan los perreos como los de la incombustible iquiqueña Ivonne Delgado, o sin ir más lejos, el de la gremialista Evelyn Matthei. Los reggaetones (Nicolás Monckeberg, Andrés Allamand y 25 espectaculares hits de candidatos a core) se reproducen por doquier en las emisoras. Caso aparte son los sloganes que más evocan a reality show que a soberanía popular: “Vota para ganar”, “Rescatemos la alegría”, “Un 7 para Chile”, “Te creo”.

5- Que a la fecha aún no haya educación cívica en los colegios del país, lo que se traduce en que nadie chucha tiene idea de qué es un consejero regional. En 2011, congresistas del oficialismo rechazaron la idea del senador José Antonio Gómez de establecer la obligatoriedad de incluir la educación cívica en la malla curricular como una asignatura independiente, en el marco del debate respecto al voto y la inscripción automática. Más lamentable es que sea un rostro de la tele -muy pulento, por cierto- como el compadre Moncho quien cumpla el rol docente.

6- Que algunos candidatos no tengan programa presidencial a poco más de tres semanas de la elección. Es el caso de la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, quien hará público su mamotreto -que según señaló nadie va a leer- recién este sábado. La candidata, en todo caso, se defiende con los datos ciertos de que ya ha hecho públicas sus propuestas en temas como educación, reforma tributaria y salud. De la misma forma, justificó su ausencia del debate de la Asociación Nacional de Prensa, apuntando que además de sus compromisos de agenda fue la única que ya estuvo en los debates de las primarias.

7- Que un candidato como Tomás Jocelyn-Holt, que no figura ni en las cómicas, se de el lujo de decir que es el único que puede vencer a Bachelet. Un romántico que asegura no ser “delirante”, pero que -claro está- le agrega un toque más de circo a la chacotera campaña en curso. Más ordinario aún es el insulto proferido por su comando a Karen Doggenweiler -esposa de Meo-, a quien trataron de ser manejada como “escort” por la campaña de su marido. Lo que hace el cero por ciento.

8- Que la forma más efectiva de algunos candidatos para entregar el mensaje político a los votantes sea regalando objetos a diestra y siniestra. Es el caso del diputado UDI Enrique van Rysselberghe, quien con un stand en una feria libre obsequia lentes sin receta médica. El hermano de la ex alcaldesa de Concepción se defendió arguyendo que el artículo 128 de la normativa “autoriza la fabricación, venta y entrega, sin receta médica, de lentes con fuerza dióptrica sólo esférica e igual en ambos ojos, sin rectificación de astigmatismo, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años”. ¿Qué dirá el doctor Dencil? A esto se suman otras ranciedades como el “tu pones la casa, nosotros llevamos la torta” del matrimonio Lavín-Barriga, o los aritos de perla de la ex Team Mekano.

9- Que algunos candidatos hayan gastado cientos de millones de pesos en precampañas parlamentarias para después aparecer de la nada en una zona extraña tras recibir la orden de un partido. Es el caso de varios de la UDI, como Iván Moreira, quien aparece en la franja televisiva diciendo con descaro “Aquí me quedo”, refiriéndose a la región de Los Lagos luego de asegurar con la misma fuerza con que defiende a Pinochet que nadie lo sacaba de Santiago Oriente. El mismo expreso tomaron José Antonio Kast de Los Lagos a Santiago Oriente y luego a Peñalolén; y Ena Von Baer de Santiago Oriente a Los Ríos.

10- Que la Nueva Mayoría haya realizado primarias parlamentarias en sólo 11 distritos, y que éstas hayan sido convencionales; debido a que los jefes de partido no se pusieran de acuerdo para cumplir con las tan anunciadas primarias legales. Esto trajo consigo, como era de esperar, acusaciones varias de acarreos, votos mulas y otras prácticas típicas de elecciones internas. También significó la renuncia al comando bacheletista de Javiera Parada, la líder del movimiento “Marca AC”.

Bonus track:

Imposible no mencionar la pelotera histórica en la derecha, que los hizo presentar en gloria y majestad a cuatro candidatos presidenciales en cuatro meses.

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