Moreira, el electo senador UDI que amenaza con convertirse en un llanero solitario

“Me mandaron a perder”, afirmó esta semana el electo senador gremialista por Los Lagos, Iván Moreira, en la primera pasada de cuenta que realizó el parlamentario a la directiva gremialista, encabezada por el diputado Patricio Melero. Con todo, su reclamo, afirman en la UDI, apunta en especial al líder del partido, Jovino Novoa, quien vetó la postulación por Santiago Oriente del relacionar público. La circunscripción finalmente la perdió el ex gerente general de Cencosud, Laurence Golborne, a manos del RN, Manuel José Ossandón.

Si bien los resultados electorales han generado “profundo dolor” en la colectividad, en la directiva descartan cualquier autocrítica y afirman que “pasó lo que tenía que pasar” porque era previsible que “por una diferencia de dos o tres puntos podíamos o ganar o perder mucho”.

En esa línea, sostienen que la única caída realmente sorpresiva fue la de Golborne producto del fenómeno que es Ossandón en Puente Alto, pero que ello no se va a traducir en una pérdida de influencia de Novoa, aunque algunos, “como Moreira”, estén empeñados en eso, sobre todo porque el otro polo partidario, el que aglutinaba Pablo Longueira, está disperso luego de que éste abandonara la carrera a La Moneda por una depresión severa. En suma, comenta un estratega gremialista, Novoa está solo en la UDI y eso implica soportar críticas, pero sobre todo “poder hacer lo que estime conveniente”.

Sobre Moreira, afirma que “acá se está calificando una decisión que fue estratégica –la de buscar un senador más sofisticado para liderar la UDI en el Congreso- como si hubiera sido un ataque personal. Jovino nunca tuvo nada en contra de Moreira, siempre le ofreció una senaturía, lo apoyó en terreno y sólo planteó que para Santiago Oriente, para el cupo de Pablo Longueira, se requería a alguien de otro perfil, capaz de encabezar proyectos de ley, más refinado si se quiere y sin ser despectivo”.

Como sea, la determinación de no nominarlo por la Región Metropolitana le dolió al nuevo senador gremialista y en la colectividad destacan que están preparados para que la molestia se traduzca en un alejamiento del recién convertido en evangélico del partido “ya sea esto una renuncia o una amenaza de ello para mejorar su posición en la UDI”.

De hecho, en el último tiempo Moreira ya se ha mostrado distante de algunas de las banderas de lucha de su partido. Como lo dijo en una entrevista con The Clinic cuando habló de los cambios que había tenido en lo personal y en lo político en los últimos años. “Fui el único que votó a favor del divorcio. La visión de antes era que la gente decía, y yo también: “soy el único Opus Night de la UDI”. Pero eso ha ido cambiando porque las personas tienen vivencias, muchos parlamentarios se separaron. Entonces, después con la píldora del día después también voté a favor…”, explicó.

Lo cierto es que independiente de lo que haga Moreira con su futuro, destaca una fuente del gremialismo, lo más probable es que el diputado Ernesto Silva termine siendo el nuevo presidente del partido, aunque ello pueda resultar más difícil de lo presupuestado.

LA AGITADA INTERNA
Quienes han conversado con Moreira destacan dos cosas: que está “reventado” por una campaña en la que incluso se agarró a garabato limpio en una ocasión con Carlos Recondo por la falta de apoyo del líder local que ansiaba la nominación y que tiene la convicción de que su triunfo es algo personal, no atribuible a la UDI.

Por lo mismo, y dada la buena relación que el parlamentario mantiene con la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, y con Sebastián Piñera, en el partido dudan de que se cuadre con posiciones más ideológicas, y que se transforme en algunos casos en el “voto clave” al que va apelar la actual abanderada opositora en un eventual mandato.

“Eso hace que hoy Moreira tenga bastante poder. Si él decide hacer un camino propio, como en su minuto lo hizo Carlos Cantero, la Alianza queda en una posición bastante complicada”, afirma un diputado UDI.

Otro dirigente, sin embargo, recalca que “la ruta del llanero solitario” tiene también altos costos, sobre todo cuando se requiere renovar la postulación “algo que le quedó bien claro a Carlos Cantero ¿o no”.

Este medio intentó contactar, sin éxito, a Moreira.