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Nacional

11 de Diciembre de 2013

Incendios en el Cajón del Maipo destapan pugna entre las Carmelitas Descalzas y el Arzobispado de Santiago

Las 16 monjas que viven hace más de 18 años a orillas del río Maipo incluso se negaron a recibir al vicario general de la Arquidiócesis de Santiago, Rodrigo Tupper, quien fue mandatado como intermediario por el jefe de la iglesia Monseñor Ricardo Ezzati y les llevaba la carta-propuesta de la empresa que pretende instalar una central hidroeléctrica de pasada en esa zona. Aunque desde el Arzobispado y la empresa -de propiedad del ex CPC Juan Claro- niega presiones al respecto, el abogado de las Carmelitas señala que sí las hubo y que sus defendidas no tienen ninguna intención de cambiar de domicilio.

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Foto: Blog Carmelitas

Un portazo. Eso fue lo que recibió el vicario General de la Arquidiócesis de Santiago, Rodrigo Tupper, en la entrada del Monasterio de las Carmelitas Descalzas en septiembre de este año. ¿La razón? No iba sólo a una visita de cortesía a las monjitas de San José de Maipo, sino que además llevaba una carta-propuesta de la empresa que quiere instalar en una Central Hidroeléctrica en esa zona de propiedad del empresario Juan Claro.

Un proyecto que no deteriora ni interviene en gran magnitud la zona de El Manzano, pero que particularmente a las religiosas no les gusta porque contempla la construcción de un ducto subterráneo que pasaría bajo su “sendero de oración”.

Esta es la pugna que destapó la seguidilla de incendios en ese sector, que ha afectado directamente a las Carmelitas, y por el que la semana pasada estuvieron a punto de venir a La Moneda a entregarle una carta al Presidente Piñera para que iniciara una investigación de los que consideran extraños incendios en la zona.

Carta-propuesta

La visita de Tupper no fue casualidad. Sin ser una autoridad sobre las Carmelitas, una organización de derecho diocesano que en teoría no tiene como superior directo al Arzobispado, el ex vicario de la Juventud fue nombrado intermediario en el tema por el jefe de la Iglesia chilena, Monseñor Ricardo Ezzati.

Esto, después que Energía Coyanco S.A., la empresa que quiere construir la central hidroeléctrica de pasada El Canelo de San José, le hizo llegar una carta con la propuesta que le habían hecho a las religiosas para quedarse con el predio donde se ubica su monasterio.

Además, unos días antes de la visita de Tupper al monasterio en el Cajón del Maipo, el mismo padre se reunió con ejecutivos de la empresa para saber los alcances del proyecto y cuánto afectaba esto a las Carmelitas, según cuentan desde la empresa.

Con todo, el gesto de Tupper no cayó bien en el Monasterio, que quiere cumplir con lo prometido al fallecido arzobispo y cardenal Carlos Oviedo Cavada en 1995, cuando llegaron a instalarse en ese terreno. Y lo hicieron ver la semana pasada cuando anunciaron que interpondrían una querella criminal contra quienes resultaran responsables de los supuestos incendios intencionales en la zona.

El abogado de las religiosas, Marcelo Castillo, conocido por su cercanía al senador Guido Girardi en la cruzada de Patagonias sin Represas, confirmó a The Clinic Online que la empresa – propiedad del empresario expresidente de la CPC y la Sofofa, Juan Claro, junto a la familia Said (Embotelladora Andina), José Antonio Garcés, Alberto Hurtado y Fondo de Inversiones Precursor- intentó incidir a través del Arzobispado para convencer a las Carmelitas a salir de su territorio.

“Sí, lamentablemente se ha recurrido a algunas presiones que a nuestra opinión nos parecen indebidas, en el sentido de que haciendo referencias de manera equivocada, el principio de autoridad, del arzobispado por sobre las carmelitas, para presionar y para que accedan a la propuesta de la empresa”, dice Castillo.

Esto, a pesar de que las comunidades son autónomas en cuanto a sus propiedades patrimoniales, desde el punto de vista eclesiástico y jurídico, por lo tanto cualquier actitud sobre la materia es una atribución exclusiva de la comunidad.

Desde el Arzobispado, sin embargo, niegan que haya existido presión sobre las Carmelitas para que acepten la propuesta de la empresa y se muevan desde San José de Maipo, lugar que ocupan desde 1995.

“Monseñor no conoce el proyecto. Le han hablado en reuniones sociales, sabe de lo que se trata por lo que ha salido en la prensa y lo han invitado a conocer el proyecto. Pero no ha tenido nunca una reunión formal, ni una audiencia por este tema. No ha ido, pese a que se le invitó”, señala Haydee Rojas, directora de comunicaciones del Arzobispado de Santiago.

Monjas reunidas

Durante este año, el rechazo de las religiosas a Tupper no fue el único. La empresa intentó convencerlas por varios medios, todas sin éxito. La única vez que la empresa logró reunirse con ellas fue junto a sus asesores de la ONG Chile Ambiente: el secretario ejecutivo del Consejo de Defensa de la Patagonia, Patricio Rodrigo, y el abogado Marcelo Castillo.

La reunión se desarrolló hace algunos meses en las oficinas de Chile Ambiente, con las 16 Carmelitas Descalzas y un equipo de Energía Coyanco. A pesar de conocer sobre el proyecto, no hubo acuerdo.

La Central Hidroeléctrico pretende abarcar una extensión de 4,23 kilómetros, sin inundación, que tomaría agua del cauce del río Maipo, procesa, limpia, genera electricidad y luego la devuelve al caudal.

Un proyecto casi igual al de la primera central de pasada construida por Coyanco, la central Guayacán, que entró en operaciones en septiembre de 2010 río arriba y que genera los mismos 12 MW que pretende generar El Canelo.

El problema es que el ducto para transmitir la energía pasa muy cerca de ellas. “Ellas tienen un lugar de meditación justamente dentro del convento y hay una propuesta de parte de un proyecto hidroeléctrico que pasaría por ahí, a los pies o faldas de donde se encuentra ubicada la ermita de oración”, dice el abogado de las religiosas, Marcelo Castillo.

Por esa razón, la empresa dice que ha insistido con el Arzobispado, con invitaciones a Ezzati incluidas, para que conozcan las instalaciones. Eso sí, señalan que durante todo este tiempo ha actuado como garante del derecho de las monjas, a pesar de creer que la propuesta de la empresa puede ser muy beneficiosa para ellas.

Niegan que hayan existido presiones sobre las Carmelitas, aunque reconocen que en varias ocasiones han intentado explicarles la propuesta, sin éxito.

Consultado por The Clinic Online la Madre Superiora del recinto, María Elisa Castillo, se excusó de dar más declaraciones conforme a “su estilo de vida en clausura y silencio”, pero comentó que lo que les preocupa son los incendios.

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