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Opinión

12 de Diciembre de 2013

No podrán apagar la luz de la Divina Providencia

Este año Providencia -la comuna más católica del Gran Santiago- para la fiesta sacra de Navidad tendrá otras luces, no serán las luminarias del niño Jesús, las que iluminarán sus calles y avenidas principales; los nuevos concejales so-pretextando la austeridad se han opuesto a las luces navideñas y esos concejales han obrado con prepotencia y […]

Bruno Vidal
Bruno Vidal
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Este año Providencia -la comuna más católica del Gran Santiago- para la fiesta sacra de Navidad tendrá otras luces, no serán las luminarias del niño Jesús, las que iluminarán sus calles y avenidas principales; los nuevos concejales so-pretextando la austeridad se han opuesto a las luces navideñas y esos concejales han obrado con prepotencia y no con disimulo y no encubiertos, han actuado abiertamente y han aclarado que no es una cuestión de platas, se preguntan: “¿Providencia podría haber costeado las luces?” y ufanos se contestan “ claro que sí” , por supuesto “somos el tercer municipio más rico de Chile”.

Entonces en qué topan estos regidores de la maldad y la perversión, no en los billetes, aluden otros criterios de gestión municipal, ya no interesan “lo brillante de nuestras luces en diciembre”, se habla de despilfarro, de cabildos y de asambleas ciudadanas, de adultos mayores que viven en pobreza encubierta, ya quisiéramos que estos argumentos de buena aventura política y humanitaria fueran ciertos; no Señor, estos concejales son anticristianos se oponen a la navidad y a los villancicos y al viejo pascual, y la nochebuena, se oponen a la misa del gallo; son los mismos que con histeria revanchista le cambiaron el nombre a la avenida 11 de septiembre, ahora amparados en las dependencias de la Municipalidad de Providencia implementan una labor desquiciadora en perjuicio de la comunidad católica y creyente y actúan con dolo: “los concejales que aquí firmamos sabíamos, al momento de votar, que esto podría traer consecuencias políticas, en especial para la alcaldesa.

Pero hay que ser justos: fuimos nosotros -y no Josefa-, los que decidimos por 6 votos contra 2 rechazar la adjudicación para la instalación de luminarias decorativas”. Se han dado el gusto bárbaro y alardean: “La Providencia que queremos hoy apaga sus luces para encender una visión más humanizada de la ciudad que vivimos, de la comuna que queremos”. Estos señores políticos, creen que los buenos vecindarios de Providencia son pan comido como para hacerles creer que la Navidad no se celebrará como Dios manda por una cuestión de dineros más o menos; no Señor, detrás de esa medida arbitraria de no contratar las luces que quiere el Cristo en su pesebre, se esconde una mentalidad desquiciada y resentida.

La señal que están dando estos señores políticos -Muñoz Montes, Parada Hoyl, Silva Johnson, entre otros- es la señal de los que quieren abusar del poder a costa del gobierno comunal y meter gato por liebre. Pero los quenossomos católicos observantesss les daremos otra vez la señal del Salvador, en la natividad modelo de la comuna, en la cruzada, observaremos la guirnalda de la luz en el cielo, en el alma, veremos a María la madre del Redentor envuelta en la luz del Espíritu Santo, todos los hombres y mujeres de la comuna de Providencia y de buena voluntad veremos nacer al Niño de la Pureza en ese Belén obsequioso de la Virgen María, la estrella única de nuestra vida.

De veras estos blasfemos no podrán apagar la luz del mundo. Brilla la luz de Melchor, Brilla la luz de Baltazar, Brilla la luz de Gaspar.

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