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Opinión

27 de Diciembre de 2013

La perversa ley homofóbica de Uganda

Jon Naomi, de 38 años, tuvo que huir de Uganda cuando tenía 17 después de que unos jóvenes homosexuales fueran detenidos y obligados a decir los nombres de todas las personas con esa misma condición sexual. Entre ellos estaba él. -Aparecieron y detuvieron a algunos de los chicos gay. Los llevaron a la comisaria y […]

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Jon Naomi, de 38 años, tuvo que huir de Uganda cuando tenía 17 después de que unos jóvenes homosexuales fueran detenidos y obligados a decir los nombres de todas las personas con esa misma condición sexual. Entre ellos estaba él.

-Aparecieron y detuvieron a algunos de los chicos gay. Los llevaron a la comisaria y les dieron una paliza. Después los obligaron a decirles los nombres de todos los homosexuales que conocían. Y mi nombre era uno de ellos. En Uganda si eres gay, vives con miedo. Te puede pasar de todo. Te pueden quemar vivo o hacerte quemaduras con cosas de plástico. A nadie le importa: ni a la gente ni a la policía, relata.

Uganda tiene 33 millones de habitantes, la mayoría piensa que ser homosexual es una abominación. Una ley aprobada hace poco contempla cadena perpetua para los homosexuales y pretende “proteger la familia tradicional y a los niños”, pero se ha convertido en una cacería de brujas y se conoce como la ‘Ley mata gays’.

Vía Kienyke

Uguanda Ley Gay, Jon Wambere, kienyke

Jon Wambere

Jon Wambere, reconocido activista por los derechos gay, en una entrevista con un periodista español, afirmó que cada vez es más difícil la situación de homofobia, pues ningún ugandés cuestiona a sus líderes políticos y religiosos. Recalca con rabia que la ley ‘antigay’ fue impulsada por iglesias cristianas y evangélicas.

Castigos

La nueva ley especifica lo que se puede y no se debe hacer. Por ejemplo, no denunciar al vecino homosexual daría tres años de cárcel. Tener un libro o película de temática gay, siete años de prisión. Convivir en pareja con una persona del mismo sexo y tener relaciones sexuales, cadena perpetua.

Como si fuera poco, la redacción inicial del proyecto de ley contemplaba para aquellos denominados “homosexuales reincidentes” la pena de muerte. Por ahora, este artículo no fue aprobado, sin embargo, tiene la posibilidad de ser discutido en el congreso ugandés en un futuro.

Las personas que tengan la osadía y valentía de “salir del closet”, también  tienen que salir de su casa. Son expulsados de sus familias y jamás volverán siquiera a dirigirle la palabra. Se ven obligados a vivir en condiciones de mendicidad en los peores barrios.

La ‘intoxicación’ religiosa

La religión tiene un enorme impacto en la sociedad ugandesa, más del 60% de la población es cristiana, la mayoría son católicos y anglicanos, pero con un rápido crecimiento de número de iglesias pentecostales, los más rigurosos a lo que se refiere a la interpretación de la biblia.

Wambere sostiene que los líderes religiosos han convencido a todos que los gays tienen una agenda oculta de dominación del país e incluso del mundo. Además que son “perniciosos” y quieren “reclutar” a los niños para convertirlos en homosexuales. Aunque parezca increíble muchos lo creen.

Desde hace algunos años han llegado al país pastores cristianos procedentes de Estados Unidos, que han cambiado y trasformado la mente de los ugandeses con argumentos tales como que la homosexualidad es un hábito, adicción, enfermedad y que puede “curarse”.

Los discursos religiosos en contra de los gays están por encima de la necesidad de erradicar la pobreza, la malaria e incluso la propagación del sida. Los programas de ‘telepredicadores’ tienen enorme seguimiento y uno de los más respetados es el pastor estadounidense Scott Lyvely, quien escribió un libro llamado ‘Atención: la esvástica rosa’ en el que dice que los homosexuales son el movimiento más peligroso que pueda existir y los acusa de ser los fundadores del nazismo.

Lively es un férreo activista antigay y fue uno de los promotores de la controvertida ley. Por este motivo fue denunciado por supuesto crimen de lesa humanidad al tratar de alimentar el odio hacia las personas miembros del colectivo LGBTI en Uganda.

Activistas de derechos humanos y periodistas coinciden en que la llegada de dinero y misioneros desde Estados Unidos ha modificado los principios de convivencia. Uganda se ha convertido en la nueva tierra de ‘evangelización’ para algunas iglesias norteamericanas.

Paradójicamente, la capital, Kampala, es una de las ciudades más limpias, organizadas y menos caóticas de África. Sin embargo, si un hombre toma de la mano a otro en la calle, los vecinos y cualquier espectador estarán en la obligación  de llamar a la policía y denunciarlo. De lo contrario, se convertirían en cómplices.

-Dios está en contra de la homosexualidad y lucharé para no permitir la homosexualidad. Estamos a tiempo y todavía se puede cambiar. Ese es el deseo de Dios, sostiene Salomón Male, otro líder religioso.

Uguanda ley GAy Solomon Male

Salomón Male

Entre otros aspectos, la nueva ley criminaliza la promoción pública de la homosexualidad e incluso prohíbe que los grupos de defensa de derechos humanos discutan sobre el tema, una cláusula que, además de imposible de implementar, refleja la homofobia exacerbada del texto.

Una vieja persecución

Pese a que la homosexualidad era ilegal en Uganda en virtud de una ley de la era colonial que criminalizaba todos los actos sexuales en contra de la naturaleza, los parlamentarios justificaron  la aprobación de la nueva ley porque los homosexuales de los países occidentales, según ellos, amenazan con destruir las familias ugandesas y reclutar a los demás para que lleven un estilo de vida homosexual.

Los medios de comunicación juegan un papel importante en la persecución contra la comunidad LGTBI. Los semanarios tales como Rolling Stone (nada que ver con la reconocida revista musical) y Red Pepper, entre otros, se encargan de sacar en primera plana los listados de nombres y fotografías de los homosexuales ‘detectados’. Incluso publican las direcciones de residencias y el nombre de las empresas donde laboran.

(FILES) A file photo taken on November 2

Semanario Rolling Stone 

Debido a estas publicaciones, los homosexuales son expulsados de sus familias y barrios. En algunos casos  son linchados. Así fue que David Kato, activista, fue asesinado en su casa después que el amarillista periódico publicó que era gay.

El diputado responsable de liderar la tramitación de la ley, David Bahati, ha afirmado que el texto representa “una victoria para Uganda” y se ha mostrado feliz  que sus colegas hayan votado “en contra del mal”. Lo curioso es que Bahati estudió su pregrado y posgrado en Inglaterra y se cataloga como un defensor de los derechos humanos.

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