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7 de Enero de 2014

Atropello en Curanipe: presentarán querella contra dos “testigos” del accidente por obstrucción a la justicia y falso testimonio

La acción penal está dirigida contra Sebastián Milon Castro y Jorge Hurtado Velasco. Este último es primo de Matías Villela, uno de los seis acompañantes que iba en el jeep de Martín Larraín y que llevaba un bidón con seis litros de pisco, repartiendo en las fondas a quien se le cruzara. Además conoce a Sebastián Edwards que está formalizado por obstrucción a la investigación, ya que le mintió a Carabineros para proteger a Larraín chico sobre el verdadero responsable del accidente. Ambos querellados aseguraron ver el atropello, aun cuando según el abogado querellante Gonzalo Bulnes asegura que se encontraban a más de 500 metros del lugar, la madrugada del 18 septiembre pasado. La historia la revela The Clinic Online.

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Una nueva querella criminal sumará la investigación que lleva la Fiscalía de Cauquenes por el atropello en estado de ebriedad provocando la muerte de Hernán Canales, que protagonizó Martín Larraín Hurtado, hijo del presidente de RN, Carlos Larraín.

El libelo será ingresado por los delitos de obstrucción a la investigación y falso testimonio, en contra de dos testigos que declararon haber presenciado el accidente, la fatídica madrugada del pasado 18 de septiembre. Las imputaciones penales están dirigidas en contra de Sebastián Milon Castro y Jorge Hurtado Velasco, según confirmó el abogado de la familia de la víctima, Gonzalo Bulnes, a The Clinic Online.

La versión de Milon Castro y Hurtado Velasco, que testimoniaron al fiscal Juan Pablo Pereira el pasado 26 de septiembre -es decir ocho días después del atropello- es cuestionada por el querellante, ya que es “geográficamente imposible” que observaran el atropello debido a que se encontraban al menos a 550 metros del lugar y en medio de la noche.

El detalle que articula la acción legal y los delitos imputados, es que Hurtado Velasco aseguró conocer a Sebastián Edwards y que Matías Villela es nada menos que su primo. Estos dos últimos acompañaban a Martín Larraín en el jeep 4×4 que dio muerte a Canales.

Edwards, por su parte, está formalizado por obstrucción a la investigación, porque le mintió a Carabineros sobre el verdadero responsable del atropello para proteger a Martín Larraín. Villela en tanto, es el joven que llevaba un bidón con 6 litros de pisco cuando concurrió a las fondas de la zona, en el Toyota de Larraín chico, horas antes del accidente.

“Me curo con siete”

Pues bien, la historia que Milon Castro le entregó al perseguidor penal es que el 17 de septiembre por la tarde junto a otros amigos “comenzamos la previa”.

“Tomé como cinco piscolas de Alto del Carmen, que es como media botella, me curo con siete”, le dijo al fiscal. Luego fue a las fondas junto a Hurtado Velasco, en auto. Milon Castro aseguró que en las ramadas no bebió alcohol.

Hurtado Velasco es coincidente en esta versión, salvo que bebió un poco más, pero no después que cerraran las fondas, aseveró. Después de estos dichos comienzan las contradicciones en las que también se funda la querella.

De acuerdo a la declaración de Hurtado Velasco, luego de las ramadas caminaron para llegar a la cabaña que habían arrendado. Junto a Milon Castro llegaron al servicentro de Pelluhue y siguieron a su destino.

“Comenzamos a caminar. Subimos hasta el servicentro, pasamos a un grupo de personas que se quedó en el servicentro y unos metros más allá una persona caminaba delante de nosotros zigzagueando por la pista derecha… Nos acercamos y le dijimos oye compadre te van a atropellar, vente con nosotros…. Sebastián (Milon Castro) lo llevaba del brazo y yo al lado de él porque iba curado… Caminamos unos 150 metros de la bomba y Sebastián me dice: perro, perro, se me soltó… Miro hacia atrás y veo a la persona cruzar la calle… y en eso aparece el jeep por esa pista, a unos sesenta kilómetros por hora, se abre hacia su derecha por la curva e impacta a esta persona”, dijo Hurtado Velasco. Y aún cuando reconoce que la noche no permitía ver con claridad y que el jeep le “tapó la visión”, aseguró que Martín Larraín en ningún momento ingresó a la berma. Su amigo Milon Castro coincide en esta versión. De todas formas el informe del SIAT de Carabineros sostiene lo contrario. Al respecto hay otro hecho que también llama la atención: los 60 kilómetros por hora es coincidentemente la misma velocidad que declaró Martín Larraín y dos de sus acompañantes días más tarde a la fiscalía.

Lágrimas de cocodrilo

A segundos de ocurrido el atropello Milon Castro y Hurtado Velasco se escondieron en una zanja distante unos 100 metros del atropello y “se pusieron a llorar”, aseguraron.

Posteriormente llamaron a José Luis Vidaurre, un amigo que vacacionaba con ellos, quien los pasó a buscar en auto y fueron hasta el lugar del hecho. Al llegar se detuvieron y -sin que bajaran del auto- Vidaurre preguntó si habían llamado a Carabineros. Sofía Gaete, acompañante de Martín Larraín en el jeep, según los dichos de Hurtado Velasco, les indicó que no se acercaran, que todo estaba bajo control.

Al respecto, Sebastián Milon Castro tiene una versión distinta. Aseveró que se bajaron del auto, que se acercaron donde estaba el cuerpo y que no conocía a ninguno de los participantes del accidente. Tanto este último como Hurtado Velasco también reconocen que el jeep aún se encontraba en el lugar.

Cuando ambos fueron consultados por el fiscal por qué no fueron a Carabineros, Milon Castro dijo: “No fui antes a Carabineros porque no se nos ocurrió”. Su amigo en tanto, respondió: “No fui antes a Carabineros porque me sentía ajeno a la situación”.

Hay que recordar que por el atropello están formalizadas tres personas. Martín Larraín Hurtado por manejar en estado de ebriedad causando la muerte, cuasidelito de homicidio, no asistir a la víctima ni avisar a la autoridad. En tanto Sofía Gaete y el tercer acompañante del jeep Sebastián Edwards por obstrucción a la investigación, ya que le mintieron a Carabineros, señalando que los autores del atropello viajaban en una camioneta blanca doble cabina. De acuerdo al testimonio de Edwards, relataron una versión falsa a los verdes para “proteger” a Martín Larraín Hurtado, debido a sus vínculos sociales. Este último, en su declaración atestiguó que fue Sofía Gaete quien virtualmente lo obligó a huir del lugar por la relevancia política de su familia.

Vínculo desconocido

Hasta ahí la versión de Jorge Hurtado Velasco y Sebastián Milon Castro, que fueron compañeros de curso en el Colegio Santa Cruz de Chicureo, es poco verosímil para el abogado Gonzalo Bulnes. Lo anterior, “porque hay un hecho que liga por vínculos de amistad y familiares al señor Hurtado Velasco con las personas que iban en el auto de Martín Larraín”.

Así lo relató Hurtado Velasco al fiscal: “A las personas que estaban en el accidente no las distinguí, estaba muy oscuro. Ahora sé que uno de ellos (se habría enterado por la prensa) era Sebastián Edwards con quien compartía muy ocasionalmente en Santo Domingo y dejé de ver hace unos ocho años, quien era amigo de mi primo Matías Villela”, testimonió.

Al respecto, el propio Sebastián Edwards reconoce en su declaración ante la fiscalía el 15 de octubre, que llegó un vehículo con varias personas en su interior; que le preguntaron qué había sucedido, que nadie se bajó y que al momento de responder sobre el atropello a una persona, uno de los ocupantes se puso a llorar “y sobre la misma el auto se da la vuelta en la calle y se fue”. Jamás, eso sí, indicó que había alguien a quien conocía, es decir, a Hurtado Velasco.

Otro hecho que contradice la versión de Hurtado Velasco y Milon Castro, es la declaración que prestó la propia Sofía Gaete el 18 de octubre. La joven reconoció la llegada de un vehículo, pero que Martín Larraín ya no estaba en el lugar; que habló Sebastián Edwards y no ella; que del auto no se bajó nadie “y se fueron altiro”.

El bidón de la muerte

Hay que recordar que Matías Villela es primo de Hurtado Velasco y estuvo con Larraín y Edwards en un asado el 17 de septiembre para luego ir a las fondas. Tal como lo informó este diario, Villela llegó a las ramadas con un bidón que contenía 6 litros de pisco y le ofrecía a todo aquel que se le cruzara. Al momento del accidente era el cuarto de los seis ocupantes que iban en el jeep de Larraín chico. Villela, en su testimonio, tampoco mencionó que su primo hubiera llegado al lugar del accidente.

En tanto, en su deposición al Ministerio Público, Martín Larraín negó que llegara un auto a los minutos después del accidente: “no tuve contacto con otras personas”, le dijo al fiscal el pasado 10 de octubre.

De acuerdo a la versión del abogado querellante Gonzalo Bulnes, las contradicciones son claras: “es imposible que Hurtado Velasco y Milo Castro presenciaran el accidente, ya que el servicentro se ubica aproximadamente a unos 700 metros de distancia. Y si a ello se le restan los 150 que aparecen en sus declaraciones, ambas por cierto muy similares, quedan 550 metros aproximadamente. Por eso geográficamente, no resulta verosímil la versión”.

De allí que la querella abre nuevas interrogantes para el caso, ya que si la fiscalía estima que se dan los presupuestos legales para formalizar a Hurtado Velasco y Milo Castro, habrían cuatro personas que mintieron para encubrir. A ellos se suma el doctor Mario Peña y Lillo, profesional imputado como autor del delito de falsificación de instrumento público, ya que escribió datos alejados de la verdad en la autopsia que realizó a Hernán Canales, cuyos resultados anómalos sólo fueron descubiertos cuando se exhumó el cuerpo de la víctima.

Lea todo sobre el atropello en Curanipe (Parte 1)

Lea todo sobre el atropello en Curanipe (parte2)

Lea la primera declaración de Martín Larraín

Lea la segunda declaración de Martín Larraín

 

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