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Mundo

26 de Enero de 2014

La terrible historia de José Barba, una víctima sexual del fundador de los Legionarios de Cristo

El mexicano José Barba, fue uno de los tantos niños Legionarios de Cristo que sufrieron los abusos del fundador de la congregación, el pederasta Marcial Maciel. La historia de Barba es terrible. Según él mismo contó en una entrevista a El País, los abusos comenzaron cuando tenía 17 años. A los 10, su madre se […]

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El mexicano José Barba, fue uno de los tantos niños Legionarios de Cristo que sufrieron los abusos del fundador de la congregación, el pederasta Marcial Maciel.

La historia de Barba es terrible. Según él mismo contó en una entrevista a El País, los abusos comenzaron cuando tenía 17 años. A los 10, su madre se lo llevó de los Altos de Jalisco en México y lo mandó a Los Legionarios de Cristo, para cumplir su sueño de tener un hijo cura.

Siete años después, Barba experimentó el primer episodio de abuso sexual de Maciel. “Un día me manda llamar y yo estaba en los olivos de la piscina. Llego y me dice que me siente en la cama. Maciel está acostado y me dice que me acerque. De repente con naturalidad me dice que padece un dolor de las vías urinarias y yo, la verdad, es que estaba mareado y nervioso. Me dice que tiene permiso de su Santidad para que las monjitas le den un masaje y me pide que le haga yo eso. Él me mete la mano debajo de las sábanas, yo tenía la mano temblorosa y tensa, y me la saca: ‘¡No sabes hacerlo!’. Entonces se acerca y empieza a manipularme para que vea cómo se hace, yo le digo que no, que ya lo he entendido, pero está como loco. Me rompió el pantalón. Salí de allí llorando. No podía contarle a nadie”, contó el mexicano.

Barba, pasó de México a Cantabria, España, y luego de eso a Italia, cuando tenía 15 años. Según él, los elegidos para salir de México hacia Europa eran sobre todo “los gueritos”, “los de ojos azules”, cuenta. “Ahí -en Italia- ya sí Maciel abusaba de todos, éramos noventa y tantos”. En 1962 el chico deja a Los Legionarios y logra establecer una vida con una mujer y sus tres hijos.

Barba, cuenta que en los momentos de más oscuridad producto de los abusos de Maciel pensó en quitarse la vida. “Yo sabía que no podía matarme, pero dos veces le pedí a Dios llorando de noche que no me dejara amanecer”.

La “refundación” de Los Legionarios de Cristo

Hoy, los 61 delegados de los Legionarios de Cristo reunidos en Roma estudian una decisión sobre el futuro de la congregación, pero el papa Francisco se ha reservado la última palabra, según consigna el diario español.

Cabe destacar que el año 2010, después de 70 años después de las primeras denuncias de abusos, y ya comprobadas muchas de ellas, Los Legionarios de Cristo recién reconocieron tales actos y se desvincularon, al menos mediáticamente, de su fundador.

“La Iglesia cuando quiere tiene heroísmo, pero aquí hay un cálculo enorme que tiene mucho que ver con la financiación. ¡En el Vaticano están muertos de pánico! Les pueden encontrar muchas cosas en el clóset”, dice Barba.

Y a renglón seguido añade: “Yo por enojo diría que la Legión tiene que ser disuelta. Pero si llegaran a echar a toda esa gente, imagina cuánta se les podría volver en contra. ¿Cerrarían los colegios, las universidades? Solo sería posible si el Papa hiciera que pesara más la pureza de la Iglesia que el alto costo económico y judicial que tendría que asumir”.

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