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Mundo

5 de Febrero de 2014

Los crudos relatos de una lolita argentina de 16 años que dice ser atacada por el demonio

Mal lo está pasando una joven trasandina de la provincia de Santiago del Estero que dice ser atacada y perseguida por una entidad endemoniada. Se trata de Sabrina Coria de 16 años quien vive un calvario que fue recogido por el medio ché “Nuevo Diario Web”. La joven dice que hay una entidad que la […]

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Mal lo está pasando una joven trasandina de la provincia de Santiago del Estero que dice ser atacada y perseguida por una entidad endemoniada.

Se trata de Sabrina Coria de 16 años quien vive un calvario que fue recogido por el medio ché “Nuevo Diario Web”.

La joven dice que hay una entidad que la “ataca” y la acosa constantemente, y que solo ella puede ver a esa “presencia”, aunque habrían testigos que la habrían visto ser zamarreada del pelo y de sus extremidades.

Al momento de ser entrevistada por “Nuevo Diario Web” de Santiago del Estero la niña se reía sin razón y pasaba de la angustia a la tranquilidad en cosa de segundos.

Sabrina dice que “veo muchas cosas, hace dos semanas que me empezó todo esto, recuerdo que una vez venía de un almacén de hacer unas compras, y en el camino me atajó un toro, era un animal muy grande y salió de la nada, la gente de esta zona no tiene animales tan grandes, desde ese día me comenzaron a pasar cosas” asegura la joven.

El relato sigue así: “me tiraron de la cama muchas veces y, hasta tres veces en una misma noche, vi una luz parecida a una linterna en medio de la oscuridad, mientras estaba cenando con mis padres y mis hermanos, pero yo nomás veo esas cosas”.

“Ellos se asustaban al principio por mis reacciones, otra vez me fui al baño, a buscar un shampoo y cuando quiero salir se me aparece ‘él’, un hombre viejo, petiso con un gorro grande y uñas muy largas” dice por ahora con tranquilidad.

En el mismo tono entre pasivo y tenebroso la trasandina cuenta que “su sombrero es más grande que su cuerpo y está todo sucio, yo en ese instante tomé un palo y creo que le pegué, no estoy segura, pero desapareció de la nada”.

“Una tarde me agarró del pie, yo venía en caballo para mi casa galopando, mi hermano venía en otro caballo a la par mía, y mi caballo de la nada se frenó, casi me hace caer, mi hermano se vuelve hacia mí y me grita, y era el tipo que estaba sujetando al caballo” dice la lola, explicando una de sus desventuras.

“Yo le pegué con el lazo, pero él igual me agarraba de la pierna, el caballo comenzó a relinchar, llegué a mi casa muy asustada” añadió.

Finalmente la adolescente indica que “después me aparece un perro negro, me sigue por el monte, yo lo veo y lo escucho, me hace gestos que lo siga, cuando llego a mi casa, a veces el perro queda en el portón pero no entra y ahí desaparece”.

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