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Poder

7 de Febrero de 2014

Ximena Hinzpeter, periodista:“Si tengo que elegir entre un ravotril y el pito, me fumo el pito”

Es la hermana menor de Rodrigo Hinzpeter. Y muy distinta a simple vista: tiene ideas de izquierda, está a favor del aborto, del matrimonio homosexual y de la despenalización de la marihuana. Tampoco practica el judaísmo y se declara agnóstica. Se ha hecho conocida en internet por sus extensos perfiles, que han sido tildados de cursis, a personajes como Carlos Larraín, Franco Parisi, Camila Vallejo y MEO, con quienes conversa de ropa, viajes y estilo de vida.

Por


Tu familia no comulga mucho con la derecha. Más bien son de izquierda. ¿O me equivoco?
-Por el lado de los Kirberg son de izquierda. De hecho, está Enrique Kirberg que estuvo detenido en Isla Dawson. Pero la verdad es que diría que ni mi mamá ni mi papá son políticos.

¿Y tú?
-No milito en ningún partido ni militaría. Encuentro que la política es muy frívola. No me gusta. La gente que está en política, en general, pierde cosas súper importantes como la sensibilidad. Es como un juego en el que empiezan a esconderse las cartas. Encuentro que es masculino, en el sentido más penca de la palabra, como de un juego, de que todo el rato estai como en una guerra, como pa allá, pa acá. Es muy frío. No se busca el encuentro con el otro sino ganarle, adelantarte, hacerle una zancadilla. Es un póker, un ajedrez, un partido donde la vanidad cumple una función protagónica, por eso de la televisión al Congreso hay un paso.

¿Quiénes ejemplifican eso?
Andrea Molina, Ramón Farías, ¿hay varios, no? Ellos se fueron de la tele pa allá. Pero la frivolidad es general. Mira a Carlos Bianchi cuando esperó hasta el final para acusar a Beyer. Nicolás Eyzaguirre, me gusta, le creo.

¿Qué te parece que haya tratado de idiotas a sus ex compañeros del Verbo Divino?
-Fue una conversación informal, ahí todos exageramos. Pero lo piensa y yo también. Las redes, la tontería, son características de los exitosos de esta sociedad que está enferma.

Los trató de apitutados.
-Es cierto. Son apitutados.

Me acordé de un email que mandó hace un tiempo Javier Hinzpeter, un primo tuyo, a un empresario ofreciéndoles ganar licitaciones del Ejército, a partir del parentesco con tu hermano.
-Maca, no sabía nada. A Javier no lo veo desde que yo tenía 15 años. Y nunca hemos tenido una relación de primos.

¿Y la pérdida de sensibilidad la viste en tu hermano?
-Rodrigo es súper distinto. Soy súper cercana a Rodrigo. Nos adoramos. Rodrigo es un hueón muy sensible. Desde chiquito tenía sentido social. Era de los que decía que trajeran los hijos de la nana a almorzar con nosotros. Siempre le importó lo que le pasaba al de al lado, siempre defendía a los más débiles, al niño del que todos se reían. Pero yo te diría que después de todos estos años en el gobierno, Rodrigo se ve más cansado, se ha retraído, se ha hecho a un lado, tiene que defenderse y la piel se engruesa inevitablemente con tanto ataque, tantas batallas… yo lo echo de menos.

Lo han ido dejando solo en la política…
-No sé, no hablo esos temas con él, nunca, ese mundo suyo me es muy muy ajeno y la verdad, harto poco interesante.

¿Qué te pasa cuando ves a tu hermano en un grafiti como fascista?
-Por mí que Rodrigo no volviera a la política y que se meta al mundo privado y chao. Y trato de no mirarlos. Me choca, me da mucha pena. Pero es el costo de ser un hombre público. Y siento que hay mucha ignorancia. Son categorías súper gruesas para clasificar a las personas. Entonces, Rodrigo es un fascista por la ley contra los encapuchados y yo soy una cuica que habla de los viajes y la ropa. Son categorías absurdas, estériles, estúpidas.

LOS PITOS

No le compras a la derecha. ¿Por qué no?
-Lo pienso en términos, más que nada, de oposición. O sea, con las declaraciones del señor Otero no puedo tener ninguna afinidad. Ninguna. Yo tengo tres hijos, puros hijos de padres separados. Y encuentro que son brillantes mis niños. Yo misma soy hija de padres separados. Y no me encuentro tan mal. Nunca había votado por la derecha hasta que voté por Piñera. Pero lo hice porque estaba mi hermano. Tengo ideas con más sensibilidad de izquierda, aunque nadie sabe bien hoy día qué es izquierda, qué es derecha. Creo que necesitamos un estado mucho más acogedor. Chile se ha convertido en una sociedad bien fría. Esa cosa consumista, materialista, es complejo. Es bien esnob lo que voy a decir, pero me encantaría vivir en un país de Europa o cualquier ciudad de allá.

¿Cómo cuál?
-En Ámsterdam, ponte tú. Andar en bicicleta, están los canales, una ciudad muy romántica. Linda. Me encanta esa vida a escala humana, ¿me entendís? Casas o departamentos de espacios no muy grandes, nada de nanas, todo de a pie, la plaza, el parque de la esquina, el café del barrio. Moverse caminando debería ser un derecho humano irrenunciable, estaríamos todos más felices.

¿Por qué no te gusta Piñera?
-Nunca he estado con él, pero una vez hace muchos años me llamó por teléfono para preguntarme si me interesaba hacerme cargo de las encuestas de la Fundación Futuro. No había terminado de explicarle cuando tuuut tuut. Me cortó. Con él siento que tengo o tendría que escarbar mucho para llegar al pozo. Pero hizo muchas cosas buenas que no se notan en tantas áreas que es latero enumerar y que no se notan porque no lograron transmitir el relato, sus ideas, sus logros. Piñera es un personaje complejo. No es tan fácil de querer como Lagos, mejor es Bachelet. Sin embargo, logró que la derecha no sea escogida en un buen tiempo más.

No votaste por Piñera, pero lo hiciste por Bachelet en su primer mandato.
-¿Sabís lo que me pasa con ella? Tiene mucho ángel. Siento que en esta segunda vuelta, no me gustó nada esta posición de “paso”. Esto de situarse más allá de… no, no, no… cuando justamente eso, ese lado suyo de estar aquí, ese nietzcheano “nada humano me es ajeno”, ese estar aquí mismo, igual que tú o que yo, es el meollo de su ángel.

No militas en partidos. Pero ¿te sientes cercana a alguno de la Nueva Mayoría?
-A ninguno. Pero me siento más de izquierda. Y sobre todo en las cosas valóricas. Estoy a favor de todas las cosas que la derecha desaprueba. Estoy a favor de despenalizar el aborto en todos los casos. Es una decisión de la mujer. Ellas deben tener la libertad de decidir cuándo ser madre y cuándo no. Absolutamente. Yo, gracias a Dios, nunca me he hecho un aborto, debe ser muy doloroso. Y eso calza mucho con la religión judía, que no considera al feto sino como una parte de la madre hasta que la cabeza sale del útero en el parto y el aborto se permite en ciertos casos y el divorcio también desde tiempos inmemoriales.

La derecha siempre se opone al tema del aborto.
-Uf. Y a la marihuana totalmente. Yo estoy que me voy a vivir a Colorado o a Uruguay, Pero, por supuesto.

¿Fumas marihuana?
-Pero totalmente. Pero obvio, obvio.

¿Cuándo te fumaste tu primer pito?
-En la universidad, como dicen todos, hasta Obama recién, ¿te has fijado que todos probaron solo una vez y hace mil años? Parece que debería hacerme amiga de Jorge Errázuriz, el único confeso público, y aquí en The Clinic. Pero una vez lo quise entrevistar y no me respondió el mail. Quizá quién se imagina que soy… La marihuana es muy buena para muchas cosas. Para la enfermedad autoinmune que yo tengo por ejemplo, que es inflamatoria, está súper indicada. Fumarse una cosita de vez en cuando no daña a nadie. El problema es la prohibición porque atrae a los adolescentes, existe el mercado negro y hay poca investigación, pero de lo que yo he leído me parece más dañino el alcohol y el tabaco. ¿Has escuchado de alguna muerte por marihuana? Nadie, poh.

Y tu hermano es de tomar ravotril.
-Ja, ja, ja. Eso le dijo él mismo a Fuguet. Más fome.

Debería fumarse un pito…
-¡Yo encuentro también! Si tengo que elegir entre un ravotril y el pito, me fumo el pito, pero de todas maneras.

¿Tu hermano sabe que fumas marihuana? ¿qué te ha dicho?
-Rodrigo es mucho más liberal de lo que la gente piensa. Pero él no es de dictarme cátedra. Rodrigo es súper open, súper abierto, súper respetuoso. Es de decir, si te hace bien, hazlo. Muy así.

¿Pero te has fumado un pito con él?
-Pregúntale a él, ja, ja, ja.

¿Dónde te consigues marihuana?
-Paso, como diría Bachelet, ja, ja, ja.

¿Qué te parece que se persiga a los consumidores de marihuana?
-Último. Surrealista. O sea, podemos fumar pero no transportar. ¿Cachai? Entonces, encuentro que debería despenalizarse y permitirse el autocultivo. Pero hay una caricaturización de los marihuaneros. Todos estos señores que hablan en contra del aborto, en contra de la marihuana, son hombres que no se han fumado un pito en su vida ni han parido. ¿Con qué derecho hablan? Me emputecen. Obligan a una niñita de once años a tener esa guagua. Escuchar a todos estos personajes de la UDI, estos próceres de la derecha, me revuelve… La marihuana, además, no pasa por un laboratorio, no hay que hacerle nada, no se puede comparar con las drogas duras… Y yo siento que algunos hacen una caricatura de lo que es fumar un pito. En el fondo, siento que la yerba te permite tener otras perspectivas de pensamiento.

¿Qué perspectivas te ha abierto?
-O sea, yo lúcida veo esta grabadora, la veo negra, con un puntito rojo, dos botones blancos. Y si fumo, se me van a ocurrir diez cosas más de la grabadora. Te abre la mente. Y te levanta si estás decaído o te ayuda a dormir si necesitas descansar, es tan dócil. Ahora, sin duda, igual que el alcohol tiene que estar absoluta y totalmente prohibida hasta los 18 años. Yo la legalizaría, pero no podís venderla a niños porque se les puede generar brotes de esquizofrenia, desórdenes emocionales, pérdida de disciplina, un montón de cosas espantosas, pero un niño que está formado tú puedes aconsejarlo.

¿Has probado otras drogas?
-No, y no lo haría. Me gusta mucho la vida y las drogas te la quitan.

Tu cuñada en tuíter dijo que quería probar ayahuasca.
-Es tan claramente una broma que no vale la pena conversarlo siquiera.

ROPA BARATA
¿Cómo ves el periodismo chileno?
-Siento que está muy mal. Importa mucho la información. Y a mí me da lata la información. Me carga. Siento que si una persona lee tiene que tener una experiencia al leerlo y quedar distinto. No me gustan los datos. Ensucian el texto. Una cosa bien escrita tiene que tener un clima, un punto de vista, entonces, siento que en eso es súper flojo.

¿Por qué te gustó el periodismo?
-No me gustaba el periodismo. Me gustaba leer y escribir. No me gusta la actualidad. Me da profunda lata, la contingencia me aburre mucho.

Pero estás haciendo entrevistas de actualidad
-O sea, no. Lo que hago son personajes actuales, me interesa cómo viven, qué les gusta hacer. Tiene que ver con cosas más universales. Cuando estoy haciendo entrevistas, tomo apuntes, no de lo que está diciendo, sino de lo que hace. La retórica no me interesa, me da lata. Me interesan mucho más sus silencios, sus miradas, sus gestos, sus muecas.

¿Y tu experiencia en prensa cómo ha sido?
-He tenido malas experiencias. A fines de 2011 escribí una crónica larga sobre la discriminación en el mundo gay y modestamente quedó muy bien, muy bien. A mí me encantan los gay. Tengo amigos gays. Y los adoro. Pero me molesta mucho -y eso pasa también en los judíos- que discriminen. Es como una paradoja, una aberración que un judío discrimine, que un gay discrimine. Ellos que se quejan del mundo que los discrimina, pero entre ellos son súper discriminadores. ¿Pero sabes qué pasó con esa crónica? La paró Pablo Simonetti.

¿Por qué?
-Él no salía muy bien parado en términos de discriminación. Ponte tú, hubo una fiesta después de la marcha del orgullo gay y la fiesta era del Movilh e Iguales. Y los Iguales tenían un vip, ¿tú podís entender un vip de Iguales? Un contrasentido.

Es la queja de todos los gays que están en contra de los Iguales.
-De hecho, Pedro Lemebel se ha quejado harto y tiene toda la razón. Pude reportear y efectivamente es así. Vi que hacen fiestas entre ellos y hablan de las locas rascas y las locas bien. Es bien triste. Perdí varios meses reporteando para algo que sólo quedó en mi computador y me dio mucha rabia y pena, se llamó La discriminación de los discriminados.

¿A quién te costó más entrevistar?
-A Camila Vallejo por lo cerrada. La perseguí harto tiempo, costó que me la diera porque estaba siempre ocupada. Y no habló mucho.

En tu entrevista queda media pesada, como que no le gustó hablar de su vida privada.
-Parece que los comunistas son anti vida privada. No entran en el nudo individual y se quedan en lo colectivo. Me aburre mucho eso.

Camila tuvo hartos encontrones con tus hermanos por el tema de la represión…
-Maca, lo siento, pero como te decía, la política me aburre.

Leyendo tus perfiles, uno se da cuenta que te fijas harto en cómo visten tus entrevistados…
-Son cosas que expresan lo que uno es. Ponte tú, tu vestido dice mucho de ti.

¿Qué dice de mí?
-Yo encuentro que es un vestido bien fome en términos de colores y diseño.

Chucha, me cagaste, ja, ja, ja.
-Es un look muy conservador. Pero no sé si eres tan conservadora. Son cosas que expresan. Pero tus uñas están mejor y tu reloj está muy a la moda. Con eso salvai.

Con Franco Parisi te quedaste muda por “el derroche de factura italiana”
-O sea, quedé con la boca cerrada. Por dentro decía este hueón es mino, mino, mino. Pero empieza a hablar y habla tanta estupideces. Uno dice no, no, no, no. Ahí tenís el prototipo de un tipo frívolo y superficial. Es súper metálico. Tiene que tener auto de rico, ropa de rico, casa de rico. No hay nada único, singular en él. Inevitablemente me fijo mucho en las personas. Siento que cómo uno se presenta ante el mundo, expresa. No es que yo sea fijada, sino que quiere conocerte y como quiero conocerte me fijo cómo andai. Es por eso. Fijarse en lo de afuera para llegar adentro. Eso es.

¿Qué imagen proyectas tú?
-Pasa una cosa media contradictoria. Me ha pasado que me han dicho después de conocerme “tú erís bien inteligente”. Como que se sorprenden que yo sea una persona que lea, interesada, medianamente culta, porque parece que tengo un aspecto medio de pindy. No me veo como la Diamela Eltit, por ejemplo, o la Sonia Montecino o la adorable Pía Barros.

¿Eso es por las entrevistas que haces?
-No. Por lo físico. Uso tacos, me gustan los escotes, ¿cachai ? Me gusta andar arregladita. Soy vanidosa. Me encanta ser mujer. Pero siento que de repente uno ve y se entera de mucho de las personas solo con mirarlas. Y eso me pasa porque yo soy sorda, bien sorda, entonces, veo mucho para suplir el defecto.

También en las entrevistas te fijas si tu entrevistado ha viajado o no.
-O sea, es difícil encontrar a alguien que no le gusten los viajes. Pero también es fácil decir “ay, esta mina es una cuica que se fija en puras huevadas”, como me lo han dicho en tuíter.

¿Te han destruido en tuíter?
-Totalmente. Me han contado. Pero ni los leo. ¿Para qué?, mi pololo me filtra todo. Él los lee y me cuenta de las buenas nomás.

Han dicho que tu forma de escribir es cursi.
-Claro. Me han dicho que El Mostrador está incursionando en la literatura, que no sé qué cosa del Mirko a Pato Navia, la gran chupada de pico, no sé. En tuíter hay mucha gente tirando mierda con ventilador. Siento que cuando lo abro hay una olla de grillos gritando. Tuíter es muy penca. Algo pasó conmigo. Quizá porque soy hermana de Rodrigo. Hubo mucha gente que me tuvo mucha bronca. Mucho comentario bien ácido, tan claramente mala leche…

¿Y no es cursi cómo escribes?
-Cursi, ¿qué es cursi? para alguien que no lee ese fill the blanks del periodismo a diario, ese lenguaje aséptico, impostadamente neutro, tan obvio, pasa incluso desapercibido. Si soy cursi, bienvenido, soy yo. ¿Acaso hay algo que importe más que ser uno?

¿Tus entrevistados qué te han dicho?
-Algunos se han enojado, como Mario Waissbluth, porque conté una cosa de la señora. Puse que cuando ella llegó a la entrevista, le dice “Mi amor, me fue bien” y se agarra una teta. Y lo puse. Pero se enojó y me mandó un email. Parisi nunca me llamó. Meo fue súper amoroso. Lo único, me dijo, era que puse que tenía el cuerpo de Alf ja,ja, ja. Cuando puse que en el comando de Parisi me recibió una prima, una mujer muy bonita, pero con ropa barata, la gente en tuíter lo tomó mal, pero qué mierda importa. Para mí puede ser elogio.

La gente lo tomó como clasismo.
-Me encontraron clasista, pero eso lo puede tomar alguien que no ha leído literatura. Es una descripción de una persona, pero eso no quiere decir que tú la estés despreciando. Estai tratando de decir quién es. A lo mejor no tiene las lucas y se compra ropa barata. A lo mejor prefiere no gastar en ropa y gasta en qué sé yo qué.

¿Cómo cachai cuando es ropa barata?
-No sé. Ella tenía un abrigo con una tela muy tiesa, muy qué sé yo falsa, muy poco natural.

¿Hay algún periodista que admires?
-Me encanta la Leilia Guerriero, me encanta. Y chilenos no sé. De repente sacan unos artículos del New York Times, ¿tú encontrai interesante saber lo que le pasa a una niñita que vive pésimo en las calles de New York? A mí no me interesa. O menos de lo que me interesaría saber del mismo niño en Chile. Pero no sé. No conozco a ninguno que me guste. No, mentira, me fascina Alberto Fuguet, quizá me gusta por eso mismo que lo hace hacer tan poco periodismo.

¿A quién te gustaría entrevistar?
-A Bachelet. Me parece una persona gozadora, buena para vivir, entonces siento que lo debe estar pasando muy mal y por eso debe estar tan gorda, porque se consuela con la comida. Y a Jorge Errázuriz, a Pablo Simonetti, a Tomás Moschiatti, a tu jefe, Patricio Fernández… a la Marcela Cubillos… ufff, a taaaantos.

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