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Mundo

20 de Febrero de 2014

Fanáticos gringos buscan armas inteligentes para bajar críticas por accidentes

Imagen de refrencia Las armas inteligentes, que solo se disparan si el dueño es quien tiene el dedo sobre el gatillo, se han vuelto más asequibles y fiables, pero siguen siendo acogidas por escepticismo por los defensores de la tenencia de armas como la Asociación Nacional del Rifle (NRA). Sensores dactilares, sistemas de detección de […]

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Las armas inteligentes, que solo se disparan si el dueño es quien tiene el dedo sobre el gatillo, se han vuelto más asequibles y fiables, pero siguen siendo acogidas por escepticismo por los defensores de la tenencia de armas como la Asociación Nacional del Rifle (NRA).

Sensores dactilares, sistemas de detección de proximidad y otras tecnologías están convirtiendo progresivamente en realidad la posibilidad de limitar el uso de armas en Estados Unidos, un país marcado por las matanzas en lugares públicos.

Desde los años 90 este país ha intentado desarrollar estas armas que solo puedan usarse por la persona autorizada, algo que en principio se pensó para las fuerzas policiales.

El Instituto Nacional de Justicia (NIJ), una organización gubernamental que estudia aplicaciones en justicia criminal, considera que en la actualidad hay pocos ejemplos de “armas inteligentes” en el mercado.

Entre la media docena de empresas que han conseguido comercializar esta tecnología destaca la alemana Armatix, que vende en Estados Unidos una pistola que solo se puede activar si el tirador la tiene cerca de su muñeca.

Un reloj de pulsera y un chip de radiofrecuencia en el arma permiten que la bala solo pueda salir del cañón cuando ambos aparatos están a muy corta distancia.

Pese a la novedosa idea, el precio -1.399 dólares por el arma y 399 dólares por el reloj- no ha permitido que este producto haya sido acogido calurosamente por los muchos amantes de las armas en EE.UU.

Empresas como la californiana Kodiak Industries han conseguido desarrollar un sistema de seguro mediante sensores dactilares que junto con una pistola estándar se puede adquirir por 400 dólares, algo que podría ayudar a su popularización.

La utilidad de este sistema es especialmente evidente para las familias con armas en casa.

Cada año en Estados Unidos más de 2.000 menores son víctimas de accidentes con armas de fuego y alrededor de un centenar fallecen a causa de las heridas, algo que podría reducirse con la introducción de este tipo de armas inteligentes.

Además, evitaría que estudiantes por debajo de la edad legal para adquirir armas de fuego en Estados Unidos puedan llevar a los centros educativos armas de sus padres, amigos o familiares, algo que sucede en más de la mitad de los casos, según un estudio del Centro de Control de Enfermedades (CDC).

No obstante, pese a la mejora tecnológica las “smart guns” siguen levantando un viejo recelo: ¿Qué pasa si en el momento de tener que utilizarlas el sistema no funciona rápida o adecuadamente?.

Según una encuesta del pasado noviembre de la Fundación Nacional de Tiro Deportivo (NSSF), el 84 % de los propietarios de armas en Estados Unidos no consideran que un arma inteligente sea fiable, mientras que un 81 % de los entrevistados no cree probable que adquiera este tipo de tecnología.

Además, históricamente la NRA se ha opuesto a que el gobierno federal promueva la venta en armerías de este tipo de tecnología, que considera un modo velado de intentar limitar el acceso a las mismas a través de precios más altos.

“La NRA se opone a que se requiera que las armas integren funciones caras y que no son fiables, tales como empuñaduras que deben leer huellas dactilares antes de poder disparar”, indicaba el año pasado la influyente organización.

Pese a todo hay empresarios que consideran que el futuro es para este tipo de armas de uso individual, como el inversor de Silicon Valley Ron Conway, quien recientemente abrió un concurso dotado con un millón de dólares para financiar una nueva arma inteligente.

Conway creó la Fundación Smart Tech Challenges tras la muerte de 20 niños en un tiroteo en diciembre de 2012 en Newtown (Connecticut), una tragedia que conmocionó al país pero que no consiguió que se aprobasen normas más estrictas de tenencia de armas.

En una reciente rueda de prensa Conway aseguró que este nicho de mercado va a ser muy lucrativo en el futuro y que convertirá a los que apuesten por esta tecnología “en el Mark Zuckerberg (Facebook) y el Larry Page (Google) de la innovación en seguridad de armas”.

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