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Nacional

15 de Marzo de 2014

Así nos ven en el mundo | “Piñericosas”: los traspiés más comentados del expresidente chileno

Tal como los "Bushismos" que legó el expresidente George W. Bush en Estados Unidos, el político y empresario chileno Sebastián Piñera se retiró esta semana de la Presidencia dejando tras sí no solo un legado, que como el de cualquier otro gobernante divide, sino lo que la prensa bautizó como "Piñericosas", en alusión a las "Condoricosas" que forman parte de la famosa tira cómica Condorito.

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En distintas intervenciones a lo largo de sus cuatro años de gobierno (2010-2014), el exmandatario tuvo una serie de lapsus, errores, traspiés y expresiones fuera de protocolo que se convirtieron en el sello popular de su gestión.

Recién iniciado su mandato, Piñera entró a La Moneda por el sector de estacionamientos, dejando plantada a la guardia de palacio que esperaba en fila el saludo oficial.

A pocos días del tsunami y terremoto que precedió a su gobierno, en febrero del 2010, Piñera hablaba de una alerta de “tu sunami” (por “tsunami”) y pocos días después, del “marepoto” que había sacudido las costas chilenas.

“Abel mató a Caín”

En su primera cuenta pública, el ahora expresidente anunciaba que antes del fin de la década Chile superaría el ingreso per cápita de países como Checoslovaquia, país que no existe desde 1993, cuando la República Checa y Eslovaquia declararon su independencia.

La expresión “Piñericosas” se acuñó en el semanario de política y humor “The Clinic”, pero pronto tomó vida propia en la prensa, la televisión y las activas redes sociales chilenas, que siguieron paso a paso los traspiés de un presidente que delegaba poco y trató de marcar un liderazgo siempre presente que lo expuso sin pausa al ojo público.

Ante la policía chilena, Piñera afirmó en 2011 que era imposible derrotar a la delincuencia, porque el primer delito provenía del tiempo en que “Abel mató a Caín” (en el relato bíblico Caín es el asesino).

También hizo correr a sus guardaespaldas intentando cruzar la calle a media cuadra o cuando se acercó peligrosamente a un lobo marino que se abalanzó sobre él, sin alcanzarlo, en la Feria Fluvial de Valdivia.

De visita en Nueva Orleans, EE.UU., para observar la reconstrucción tras el huracán Katrina, el exmandatario sufrió dos vistosos tropezones en la ribera del Mississippi. Fue auxiliado por el alcalde de la ciudad.

La “peor caída”

Pero Piñera tendría su peor traspié en agosto del 2013 cuando resbaló entre los escombros de un grupo de viviendas sociales en el sector “Bajos de Mena” de Santiago. El edil local intentó auxiliarlo tomándolo por la cintura para aminorar el golpe. La dinámica fotografía del momento dio origen a varios memes.

“Hay dos dolores, uno físico y otro del alma, por haberles dado el gusto a ustedes de verme caer”, le dijo a la prensa ese mismo día.

Algunas de las “Piñericosas” no pasaron de ser pequeños errores o lapsus, pero para los críticos del exgobernante, que tuvo un promedio de aprobación de alrededor del 39% durante casi todo su mandato -aunque al momento de su retiro tenía poco más de 50% de apoyo-, algunas reflejaban falta de conocimiento o sensibilidad.

Al inaugurar una Feria del Libro en 2010, Piñera dio por muerto al poeta Nicanor Parra, quien cumple 100 años este año.
Poco antes, de visita en el archipiélago de Juan Fernández, en el Pacífico chileno, Piñera afirmó que en el lugar “vivió durante cuatro largos años Robinson Crusoe”, refiriéndose al personaje ficticio de la novela del mismo nombre.

Meses después, Piñera precisaba sus dichos y se confesaba gran admirador de William Defoe (refiriéndose a Daniel Defoe, el autor de “Robinson Crusoe”).

Habituales

Sobre esos incidentes, Piñera dijo que si bien se reía “como niños de algunos errores”, otras críticas respondían a “bajas intenciones”.

Pero con el andar de su Presidencia, las “Piñericosas” se hicieron parte del menú habitual en los medios chilenos y, a veces, en la prensa internacional.

“Piñera mete la pata en Alemania”, tituló el diario español El Mundo cuando, al cierre de su gira europea, el entonces presidente escribió en el libro de visitas del palacio presidencial alemán “Deutschland über alles” (“Alemania sobre todas las cosas”), una frase omitida del actual himno alemán por su referencia al régimen nazi.

Desde Estados Unidos, en junio del 2013, el presidente chileno sorprendía con una fotografía donde se veía sentado en el escritorio de Barack Obama en el Salón Oval de la Casa Blanca. “¿Qué se siente?”, le preguntó con humor el mandatario de Estados Unidos que posó con el chileno.

En un país como Chile, donde el ejercicio del gobierno se revistió de gran simbolismo tras el régimen de Augusto Pinochet (1973-1990), las “Piñericosas” hablan del carácter particular de Piñera, pero también de una ciudadanía que hoy tiene más medios y menos temor de reírse y criticar al poder.

“Echaremos de menos las Piñericosas” fue, con matices, una expresión reiterada el día que Piñera dejó la presidencia.
Ese martes, tras entregar el mando y en medio de las delegaciones internacionales y las nuevas autoridades, el expresidente salió del edificio del Congreso manejando su propio auto. Una vez más Piñera sorprendía a los guardianes del protocolo y la seguridad.

Lea también: todas las piñericosas con las que fuimos deleitados los últimos años

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