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Opinión

26 de Marzo de 2014

Los últimos días de Dialoga, la fundación que preparó el regreso de Bachelet

Con un guardia de civil y una secretaria como únicos inquilinos de la casona de Bilbao 1461, la institución que proyectaba ser una "casa común de las fuerzas de centroizquierda" y que defendió el legado de Michelle Bachelet durante su estadía en ONU Mujeres, está condenada a desaparecer. Según el vicepresidente de su directorio y ex integrante del Segundo Piso en La Moneda, Víctor Maldonado, la fundación no está funcionando en sus actividades cotidianas porque está toda la gente colaborando con el gobierno. "No existe una fundación de una ex Presidenta con la Presidenta en ejercicio. Eso es una contradicción", aseguró.

Ricardo Ahumada
Ricardo Ahumada
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Foto: www.dialoga.cl

“La fundación está hecha para Michelle Bachelet ex Presidenta. Eso hace que sea muy difícil que pueda sobrevivir tranquilamente estando la Presidenta en ejercicio”. Ese es el veredicto de Víctor Maldonado, vicepresidente de la Fundación Dialoga, sobre el destino de la institución que funcionó como centro de operaciones del bacheletismo durante la administración de Sebastián Piñera y que hoy va camino a desaparecer.

La entidad, que fue pensada como “una casa común de las fuerzas de centroizquierda” y en la que se debatía e informaba a la entonces ex Presidenta Bachelet sobre el acontecer nacional cuando era secretaria general de ONU Mujeres, ahora parece una oficina a punto de cerrar.

Con la mayoría de sus colaboradores y asociados como ministros, asesores o colaboradores del gobierno, el reducto que preparó el regreso de Bachelet a Chile parece ya haber cumplido su principal misión.

Ya nos vamos

En Bilbao 1461, la casona roja de tres pisos que albergó la fundación durante los últimos 4 años, ya no queda casi nadie. Un guardia en la entrada, un televisor de 21 pulgadas sobre un mueble que alberga archivadores y libros con los discursos del primer mandato de Bachelet, un computador y un hervidor de agua es lo único activo en la entrada al domicilio.

Más adentro, la secretaria Doris Gajardo es la única funcionaria que actualmente se mantiene en sus funciones. Atiende el teléfono y se limita a redireccionar a las personas que llegan a preguntar a la institución con María Eugenia Meza, encargada de comunicaciones, para que se encargue de responder las preguntas.

Pero apenas al llegar, el guardia dice que ya se están yendo, porque no queda nadie. “No queda mucho que hacer por acá, ya nos vamos”, señala. Su twitter institucional (@fdialoga) no se actualiza desde el 15 de marzo de 2013, día en que Bachelet anunció que abandonaría ONU Mujeres para volver a Chile, y su página web subió el 24 de enero de 2014 su última noticia, respecto a la venta “a precio de huevo” del diario La Nación.

De hecho, ya no captan socios ni colaboradores, a los que les señalan que durante abril habrían novedades al respecto. “Por ahora no hay nada claro, si habrá reestructuración u otra cosa”, responden al teléfono a los que se preguntan por eso.

Maldonado, máxima autoridad de la fundación tras la propia Presidenta dice que es natural que se acabe porque ya no puede seguir funcionando con Michelle Bachelet de vuelta en La Moneda.

“Cuando ella era ex presidenta, la podía financiar; o cuando ella está en el extranjero, la fundación puede conseguir su propio financiamiento concursando con fondos públicos, por ejemplo. Lo que no puede hacer es financiarse con el Estado siendo Bachelet Presidenta. Entonces, nos deja en una situación imposible”, dice el también secretario nacional de la Democracia Cristiana.

En el gobierno

Desde el año pasado, la fundación se convirtió en un aliado de la campaña presidencial de Bachelet y dejó las operaciones formales. Poco a poco las oficinas se empezaron a desocupar y los colaboradores pasaron a trabajar de lleno en la campaña que buscaba traer de vuelta a la Presidenta a La Moneda.

Los almuerzos de los lunes, una instancia de debate que servía para elaborar contenido que se reportaba a Nueva York mientras Bachelet dirigía ONU Mujeres, desapareció lentamente con el trabajo de campaña.

Ministros actuales como Rodrigo Peñailillo, Álvaro Elizalde y Alberto Arenas eran parte de ella y asumieron en abril pasado funciones claves dentro del comando presidencial. A ellos se sumaron otras figuras del bacheletismo que antes abandonaron sus funciones y que también hoy se encuentran en el gobierno, como la actual jefa de gabinete Paula Narváez o el recién nombrado jefe del Plan Estadio Seguro, José Roa.

Además, la escuela de formación política de jóvenes, plan “estrella” de la fundación, prácticamente no funcionó durante el año pasado, luego que Sebastián Depolo, su último encargado, renunciara para dedicarse al cargo que desempeñó hasta enero pasado como secretario general de Revolución Democrática.

Su salida marcó el término del trabajo del área jóvenes, que antes ya había sufrido la partida de Miguel Crispi, actual asesor del ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, y ex coordinador general de RD.

Jupi

La gran interrogante hoy en Dialoga es María Angélica Álvarez, la Jupi. La ex jefa de programación del Segundo Piso en el primer periodo de la mandataria y amiga personal de Bachelet, acompañó a la Presidenta en el comando hasta hace unas semanas y luego se replegó en la fundación, donde ocupa el cargo de Coordinadora General.

La Jupi habría preferido salir del segundo piso y tener un rol mucho menos activo que en el gobierno pasado. De hecho, según constató hace tres semanas El Mercurio, Álvarez se alejó de La Moneda por diferencias con la nueva directora de la Secom, Paula Walker.

“La Jupi, tengo entendido, siente que la tarea que cumplió en la primera línea es una etapa que terminó exitósamente. Pero no sé cuáles son sus planes futuros. Me encantaría saberlo, me gustaría colaborar, pero no lo sé”, señaló Maldonado.

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