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Opinión

1 de Abril de 2014

Amplitud + Evópoli, la “nueva derecha”: ¿un solo domicilio?

En el último tiempo han aparecido dos movimientos políticos – Evópoli y Amplitud – que comparten no sólo un mismo domicilio político dentro de la Alianza, sino también un mismo afán por renovar o al menos diversificar dicho sector desde posturas que podríamos llamar más cercanas al centro político. En efecto, ambos movimientos creen en […]

Daniel Brieba
Daniel Brieba
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En el último tiempo han aparecido dos movimientos políticos – Evópoli y Amplitud – que comparten no sólo un mismo domicilio político dentro de la Alianza, sino también un mismo afán por renovar o al menos diversificar dicho sector desde posturas que podríamos llamar más cercanas al centro político.

En efecto, ambos movimientos creen en una ‘nueva derecha’ alejada de las lógicas autoritarias del pasado y de las doctrinas económicas y morales guzmanianas que permean las (idénticas) declaraciones de principios de RN y la UDI. Además, ambos movimientos comparten una mayor simpatía e identificación con la obra del gobierno de Sebastián Piñera que la mostrada por dichos partidos. Con este patrimonio en común, ¿no es lógico que ambos movimientos se fusionen lo antes posible, para así sumar sus nacientes fuerzas y pujar por constituirse en el polo liberal de la Alianza?

A pesar de lo atractivo de este razonamiento, hay argumentos para dudar de que este sea el momento óptimo para buscar dicha fusión. Para empezar, hay uno puramente temporal: con las próximas elecciones a más de dos años y medio de distancia, nadie puede decir que existe una urgencia objetiva por unir fuerzas, a la cual todo lo demás deba supeditarse. Pero también hay razones más sustantivas, que podemos llamar de origen y de destino.

Respecto a la primera, no siempre se advierte que si bien el domicilio político de ambos movimientos es similar, su procedencia no lo es. Mientras Evópoli se constituyó a partir de un grupo de jóvenes independientes de centroderecha que compartieron la experiencia de participar en el gobierno de Piñera, Amplitud nace a partir de la escisión de un grupo de dirigentes – como tantas en la historia de Chile – de un partido ya consolidado.

Esto, a su vez, ayuda a explicar los diferentes acentos políticos de cada proyecto: mientras Evópoli tiene un relato que enfatiza su naturaleza generacional y un discurso centrado en la política social, Amplitud ha enfatizado su carácter liberal y piñerista, en directa oposición al conservadurismo RN de un Carlos Larraín o un José Manuel Ossandón. Si bien nada de esto implica incompatibilidades insalvables, los distintos ADN de cada proyecto y los distintos estilos y objetivos políticos que traen consigo sugieren que una eventual unión requeriría sin duda de trabajo previo.

En cuanto al destino, las preguntas a contestar son aún más importantes. Si bien Evópoli le lleva un año de ventaja a Amplitud, en ambos casos se puede decir que son proyectos que requieren aún de sustancial maduración intelectual, política y estratégica. ¿Convergerán, pues, en contenidos doctrinarios similares, o tendremos (por ejemplo) a Amplitud más al centro en lo valórico y económico? ¿Estarían ambos movimientos de acuerdo en mantenerse en la Alianza en caso de que, por ejemplo, cambiase el sistema electoral? Y a más corto plazo, ¿será el mayor piñerismo de Amplitud un problema a la hora de escoger un candidato presidencial común? Nuevamente, sin tiempo y muchas conversaciones mediante, una fusión apresurada podría ser contraproducente.

Así las cosas, la fusión de ambas fuerzas aparece como un objetivo posible y razonable en el mediano plazo– lo último que necesitaría la ‘nueva derecha’ sería la instalación de lógicas trotskistas en su seno. Sin embargo, no parece haber apuro inmediato. Es el momento de la construcción de confianzas, de compartir orígenes y descubrir si hay destinos comunes, de andar y pololearse antes de pensar en matrimonio. Por lo demás, en el último tiempo hemos visto en todo el espectro ideológico el nacimiento de nuevos movimientos políticos que están desarrollando su propio proyecto a pesar de que es razonable imaginar futuras alianzas y fusiones entre ellos. Pero ya vendrá el tiempo para dedicarse a la construcción de mayorías; por ahora, parece ser el momento para que florezcan mil flores bajo el sol del nuevo ciclo político post-transición.

*Economista y sociólogo, investigador de Horizontal y miembro de la Red Liberal.

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