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Cultura

14 de Abril de 2014

Carta abierta de un porteño indignado que le escribe a los turistas que visitan Valparaíso

Una carta anónima de un porteño, publicada por El Mostrador, le habla a los turistas que visitan Valparaíso. En una enumeración de las atracciones más conocidas en la ciudad, critica la falta de preocupación que por años ha sufrido el puerto. En ella, dice que los turistas no deben preocuparse porque “Los fuegos artificiales se […]

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Una carta anónima de un porteño, publicada por El Mostrador, le habla a los turistas que visitan Valparaíso. En una enumeración de las atracciones más conocidas en la ciudad, critica la falta de preocupación que por años ha sufrido el puerto. En ella, dice que los turistas no deben preocuparse porque “Los fuegos artificiales se verán igual este año, porque los lindos miradores siguen en su sitio. El muelle Barón está lejos del fuego, así que el proyecto mall sigue en pie. Si incluso las casitas de colores se han salvado, las que arden hoy son las de color gris, esas que no salen en las postales”.

En la misiva dice que “Los que corren hoy, son los que siempre han corrido, corren todos los días pa’ tomar la micro, corren porque no tienen ascensor en su cerro, corren para llegar temprano al Van Buren y alcanzar un número. Los que corren hoy, con poquitas cosas, son los que menos cosas tenían para perder. No se preocupe señor turista, el incendio está lejos del Grand Hotel Gervasoni, hoy se quema el conventillo de la peruana, las casas que brotaron como callampas en los cerros. Arden los barrios que no salen en su mapa, porque en él todo acaba en la Av. Alemania.

Molesto por el abandono de Valparaíso, le dice a los turistas que lo visitan que “No se preocupe señor turista, no se está quemando la Sebastiana. El muelle Prat está protegido, al igual que los cafes-butiques del Cerro Alegre. Los bares del puerto y los pubs de Cuming siguen atendiendo, fabricando ebrios en la ciudad con mayor tasa de alcoholismo en Chile”.

“Tengo que decirlo: me indigna leerlo preguntando por los ascensores. No entiendo que se alegre por la plaza victoria indemne, cuando ya son doce personas las que han muerto calcinadas.

No entiendo que pregunte por la casa de Neruda, si a él ya no le sirve, pero a quinientas familias la suya sí.

Usted tiene otros 38 cerros que visitar el próximo verano, pero ahora son diez mil los evacuados que no tienen dónde ir. De qué nos sirve el patrimonio si no hay humanidad”.

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