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Nacional

15 de Abril de 2014

Así nos ven en el mundo: ¿Por qué los bomberos chilenos no quieren que les paguen?

Ahora la emergencia son las llamas en Valparaíso, que han causado 15 muertes y unos 15.000 damnificados en lo que algunos definen como el mayor incendio urbano de la historia del país. Unos días antes fue el terremoto magnitud 8,2 que sacudió el norte de Chile el 1º de abril y que, además de daños […]

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Ahora la emergencia son las llamas en Valparaíso, que han causado 15 muertes y unos 15.000 damnificados en lo que algunos definen como el mayor incendio urbano de la historia del país.

Unos días antes fue el terremoto magnitud 8,2 que sacudió el norte de Chile el 1º de abril y que, además de daños en infraestructura, causó seis muertes.

Otro sismo en 2010 se cobró más de 500 vidas, la mayoría debido al tsunami que azotó varias localidades costeras.

Pero por más riesgoso que pueda parecer atender ese tipo de situaciones, los bomberos en Chile son voluntarios. Es decir, ninguno percibe un salario por su labor.

Y cuando la promotora de Naciones Unidas para el programa de ciudades resilientes Susana Fuentez sugirió esta semana que comiencen a ser remunerados, los primeros en descartarlo fueron los propios bomberos.

“No necesitamos un sueldo”, dijo Sergio Albornoz, de la Junta Nacional de Bomberos, en la red Chilevisión este martes.

Pero, ¿por qué?

 

“Romanticismo”

En Chile, hay unos 40.000 bomberos; 25.000 de ellos activos y los demás en funciones diferentes debido a su edad.

A menudo aluden a su labor como una misión voluntaria convocada por los fundadores de cuerpos de bomberos como el de Valparaíso, creado en 1851 y considerado el primero de Sudamérica.

 

“Existe una tradición que es una especie de romanticismo”, sostiene Juan Enrique Julio, superintendente del Cuerpo de Bomberos de Santiago, en diálogo con BBC Mundo.

Julio tiene 65 años y lleva 47 en los bomberos. En ese tiempo se ganó la vida en el sistema financiero, trabajando en bancos y compañías de fondos mutuos.

Ahora está jubilado, pero mantiene asesorías personales.

Dice que su trabajo pago no siempre fue totalmente compatible con el de bombero y a veces debió realizar turnos nocturnos de 12 horas en los cuarteles para cumplir con ambos compromisos.

Pero pese a ser alguien con tanta experiencia en cuestiones de dinero, Julio tampoco ve con buenos ojos la idea de que los bomberos chilenos comiencen a cobrar un salario para tener dedicación plena.

“Si nosotros nos dedicáramos rentadamente a ser bomberos las 24 horas del día, le garantizo que no lo haríamos tan bien como ahora”, señala.

“Cuando usted desarrolla cualquier actividad porque ama esa actividad y no porque tiene que ganarse la vida a través de ella, sin duda va a hacerlo mucho mejor”, argumenta.

“Sacarse el sombrero”

Los bomberos sin salario están lejos de ser un fenómeno exclusivo de Chile.

Carlos Ferlise, presidente de la Organización de Bomberos Americanos, estima que los voluntarios en todo el continente llegan a cuatro millones, de los cuales 1,5 millones viven en Estados Unidos.

Agrega que en varios países de la región, incluida su propia Argentina, 85% del personal de bomberos es voluntario y en algunos más del 90%.

BomberosLos bomberos fueron los primeros en rechazar que necesiten cobrar.

Lo mismo ocurre en otras partes del mundo, de acuerdo a un informe de 2003 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre los servicios públicos de urgencia.

Según el estudio, en Australia los voluntarios suponían el 95% de los bomberos y en Alemania había 1,3 millones de bomberos voluntarios en 1992 contra 34 mil profesionales.

Aunque en Chile el sistema funcione totalmente sobre la base del voluntariado, muchos destacan la capacidad de los bomberos de ese país para enfrentar urgencias como la de Valparaíso.

“Los bomberos de Chile tienen una preparación en este tipo de incendios, en tsunamis y terremotos, que es una de las mejores del continente”, afirma Ferlise, que también preside el Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios de Argentina.

“Hay que sacarse el sombrero”, añade.

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