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Mundo

10 de Mayo de 2014

Homs, el proyecto de la Dubai siria transformado en pesadilla

Tres años han bastado para que la ciudad de Homs haya pasado de ser un proyecto de futura Dubái siria a tener pesadillas con una guerra que ha devastado por completo su casco antiguo. Más de veinte meses de asedio militar y de choques entre los rebeldes y el Ejército han dejado un panorama desolador […]

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Tres años han bastado para que la ciudad de Homs haya pasado de ser un proyecto de futura Dubái siria a tener pesadillas con una guerra que ha devastado por completo su casco antiguo.

Más de veinte meses de asedio militar y de choques entre los rebeldes y el Ejército han dejado un panorama desolador en la parte vieja de esta población: edificios derruidos, importantes daños en su antiguo zoco y calles que hablan de la huida de sus habitantes.

Sin embargo, hubo un tiempo, antes del inicio del conflicto a mediados de marzo de 2011, en que la tercera localidad de Siria aspiraba a convertirse en una urbe a semejanza de las que pueblan los países del golfo Pérsico, como Dubái o Doha.

El proyecto “Sueña Homs”, lanzado por el Gobierno local, consistía en una iniciativa integral para renovar los barrios antiguos de la población.

Según vídeos promocionales difundidos en internet, la propuesta contemplaba una remodelación de la ciudad con la construcción de rascacielos, grandes avenidas, jardines, centros de negocios, e incluso preveía la puesta en funcionamiento de un tranvía.

“Sueña Homs, la realidad debe ser completada”, era uno de los lemas de esta ambiciosa iniciativa, que suscitó polémica entre los residentes de la ciudad.

“Por supuesto que a la gente no le gustaba”, asegura tajante el activista opositor Samer al Homsi en una conversación con Efe por internet desde Homs.

En su opinión, con el proyecto “Sueña Homs” se pretendía demoler parte del zoco antiguo y construir en su lugar grandes superficies comerciales.

“El objetivo era cambiar la fisonomía de la ciudad y sus señas de identidad”, según el activista.

Antes del comienzo de las protestas contra el presidente sirio, Bachar al Asad, Homs era una localidad conocida por ser un crisol de religiones y ejemplo de coexistencia y de respeto.

“Era famosa por sus bazares antiguos, que desafortunadamente han sido destruidos, y por sus tiendas de dulces, como Abu Laban y Dulces Jamis. El comercio florecía y los locales permanecían abiertos día y noche”, evoca Al Homsi.

Cuando se lanzó el proyecto de remodelación, los vecinos del centro y los comerciantes se movilizaron, e incluso hubo protestas frente a la sede del Gobierno local.

Nader, un refugiado sirio que ahora vive en el Líbano en el pueblo fronterizo de Arsal, recuerda bien la controversia que originó “Sueña Homs”.

“La gente no quería ese proyecto”, cuenta a Efe por teléfono Nader, que antes de huir al país vecino hace dieciséis meses residía en el barrio de Rifai en Homs.

A juicio de este refugiado, las autoridades querían cambiar la demografía de la ciudad, que él describe como una población “tranquila” por aquel entonces, donde convivían más de una decena de religiones, aunque la mayoría de sus habitantes eran musulmanes suníes.

“Había cristianos, suníes, chiíes, alauíes… Y todos estábamos en paz”, subraya Nader.

Sin embargo, lamenta, “el régimen deseaba convertirla en una localidad de mayoría alauí (secta a la que pertenece Al Asad), porque aspiraba a que las regiones fronterizas con el Líbano fueran alauíes”.

Sea como fuere, el inicio de la violencia en Siria tras marzo de 2011 dio al traste con “Sueña Homs”, un proyecto que actualmente queda muy lejos en un país inmerso en una guerra civil con repercusiones regionales.

Después de la retirada de los cerca de 2.000 rebeldes que permanecían en su casco antiguo y la toma de control de las fuerzas armadas, la población se lame ahora sus heridas en medio de un escenario de devastación total.

Las autoridades han anunciado que su prioridad en estos momentos es restablecer la seguridad y los suministros de agua y electricidad para que los vecinos puedan regresar.

Además, se han formado grupos de voluntarios civiles para evaluar las pérdidas e informar de las necesidades de cada barrio.

Como primer paso, los primeros ciudadanos entraron ayer en el lugar, aunque todavía parece complicado que la vida pueda regresar a la normalidad en Homs.

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