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Opinión

15 de Mayo de 2014

Bruno Vidal, poeta: “A la mujer que se quiere poner los pantalones, le digo ‘mi clítoris es más grande que el tuyo, desgraciá'”

El poeta, militante RN y autodefinido conservador estuvo a cargo de la adaptación de la obra Comedia de Av. Matta, inspirada en 27 Vagones de Algodón del estadounidense Tennessee Williams y donde queda de manifiesto una misoginia de la clase media santiaguina del siglo pasado. Es esta idea y no la del "feminismo castrante" actual -como lo denomina Vidal- la que llama la atención del poeta: "me interesa la reivindicación feminista en donde también el hombre quede bien parado".

Melissa Gutierrez
Melissa Gutierrez
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En 1946 Tennesse Williams escribía una obra de tres escenas y un sólo acto. En 1953 la corregía y aunque una adaptación para el cine de Elia Kazan obtuvo cuatro nominaciones al Oscar, 27 Vagones de Algodón nunca alcanzó la magnitud de otras obras del autor norteamericano como Un Tranvía Llamado Deseo o El Zoo de Ctistal.

Pero hasta el 25 de mayo, y dirigida por Camilo Carmona, se podrá ver una interesante adaptación llamada Comedia de Av. Matta, donde una mujer se ve entrampada entre una estafa de su esposo y su infidelidad con el comerciante estafado. La obra, como la original propone una idea de feminismo nacida desde el machismo del que es víctima la protagonista, pero no es un feminismo cualquiera. Al menos no uno contemporáneo, como dice el poeta Bruno Vidal, quien estuvo a cargo de la adaptación. Más aún, uno “feroz contemporáneo donde la mujer aparece con mejor sueldo que el hombre, sodomizándolo, no, no, no”.

¿Cómo fue el proceso de adaptar esta obra de Tennesse Williams a la realidad chilena?
Estuvimos leyendo y analizando esta obra de Williams- 27 vagones de algodón- y nos resultaba apropiada. Camilo Carmona –actor y director de teatro- me pidió que la adaptara a una locación santiaguina y esa fue la primera aproximación. Y a mí me interesó la obra porque de una u otra manera al estudiarla, al asimilarla, me di cuenta que había una especie de obra política. Eso me llamó poderosamente la atención, un texto político pero no mesiánico ni panfletario. Y en la obra se traslucía una visión de la mujer dominada por la cultura patriarcal. Esa fue la primera motivación. También me interesaba que era una obra -de algún u otro modo- extraña, tanto en su origen como en la adaptación que yo hice. Porque existía un romanticismo en configurar y asimilar una crítica feminista de un artista todavía provinciano pero extremadamente intuitivo y sensible con los temas de la discriminación y la opresión, 27 vagones de algodón, es una obra purísima en su provincianismo no contaminado con la ambición neoyorkina; no es arrogante ni voluptuosa como un Tranvía llamado deseo, en su ínfima categoría encerraba verdades supremas que anunciaban la lucha por los Derechos civiles en el EE.UU. de los sesenta.

¿Cómo así?
Porque, en esa pieza menor de Williams , había un feminismo donde son los hombres e quedaban en evidencia en sus patrones de dominación, y en su ninguneo de género a la mujer. Entonces también me interesó eso, que no era un feminismo contemporáneo, sino que era uno soterrado y latente y de época . Entonces no me interesó actualizar al día de hoy la situación de la mujer, sino la situación de la mujer chilena más bien situada en los ’50, ’60, ’70.

¿Por qué no le interesó hacer esa actualización?
Porque de uno u otro modo me interesa la reivindicación feminista en donde también el hombre quede bien parado, pero con ironía: a partir de hacerlo mierda al género masculino, pero ¿para qué? En un feminismo donde queda la oportunidad de redimirse con ella. No es un feminismo feroz contemporáneo donde la mujer aparece con mejor sueldo que el hombre, sodomizándolo, no, no, no.; eso lo rechazo d e modo absoluto.

27 vagones de algodón se lleva a cabo en Mississippi, un lugar muy particular en temas políticos, muy conservador.
Justamente, qué bueno que tú me hayas mencionado esa expresión porque la obra es muy conservadora, pero ¿dónde está el contexto? Justamente en lo que te digo, que de uno u otro modo en esta obra tan conservadora el pacto político lo suscriben los hombres y la mujer queda totalmente desdeñada y en un segundo plano; pero lo revolucionario también aparece; en la obra, la mujer se redime por la toma de conciencia de su situación delicada..

¿Hay similitudes entre el Mississippi de los ’40 y Chile?
Hay que entender que mi visión quiso ser en la adaptación una visión extravagante en su romanticismo de ver el feminismo de otra época. Sin embargo, ¿dónde se cuela mi visión absolutamente contemporánea? En decir sutilmente que hoy día pareciera que el pacto político, el pacto de derechos civiles los suscriben todos los géneros, pero eso no aparece ni cagando. Hoy día siguen suscribiendo los pactos civiles los hombres, no obstante existir “la presidenta de Chile” por partida doble y con el mismo carisma, o que en la modificación del sistema binominal va un tema de cuotas: ¡las puras huinchas! Es decir, la felonía masculina, la vileza castrante de la masculinidad contemporánea pasa por ese cinismo de la política, de entender que la mujer es la que manda el buque; en verdad las mujeres masculinizadas y los hombres mariconeados ; el patriarcado se repite el plato y vaya de qué manera, con un ropaje travesti de la puta madre.

Usted habla de un feminismo castrante de hoy y de uno de antes, ¿el de ahora le parece menor?
Evidentemente que aquel feminismo del siglo XIX, del feminismo de las viejas aristócratas, -porque hubo un feminismo aristocrático, curiosamente relacionado con el movimiento estudiantil de 1910-, ese feminismo aristocrático era que las mujeres que eran inteligentes hacían tertulias de la aristocracia. Y las cobradoras de tranvía se organizaban y postulaban la anarquía. Para mí es curiosamente el feminismo originario mucho más feminista que el feminismo actual. Diría yo¡ era bellísimo por lo respetuoso¡ , d e una y otra manera invitaba al hombre a ponerse los pantalones y transmitía el mensaje subliminal : “ jetón bájame los calzones pero con delicadeza”

¿Y hoy en día?
El feminismo actual pega y junta con la disolución de las organizaciones sociales, de los movimientos sociales, con la disolución del sujeto. Hoy día no hay sujeto. En esa época había una interpelación feminista radical al hombre. De decirle “oye, sabes qué, yo no es que te quiera menoscabar, por dios, de una injusticia por otra injusticia”, no una tontera por otra tontera, todos vamos en la pará,. Entonces por eso que me gustó esta obra porque está en barbecho, está ahí reprimido, muy reprimido, ese es el feminismo que yo aplaudo; lo que yo hago en Comedia de Avenida Matta es exponer lo patriarcal en su violencia feroz y observar como la mujer vejada, zafa, cómo es posible que se libere, de uno u otro modo acarreando a un par de giles desvergonzados , que parece ser que en una situación de crisis social arreglan el mote cuando en verdad la única manera de arreglar el mote o el panizo es que nadie quede fuera ni ponga los pies encima del otro.

En esta obra la mujer sale de su represión también a través de otro hombre, teniendo una relación de infidelidad con él.
Claro, pero pareciera que la mujer se libera por el lado de la infidelidad, pero no. Lo que ella quiere -y eso es lo más hermoso del feminismo al que yo suscribo-, es ser amada por el hombre. Quiere respeto por parte del hombre, quiere consideración. Ella los ningunea al final de la obra. Ella dice: “este par de patanes creen que ellos son los que saben”, pero no. Ella hizo el trato con todo hombre. Por decirlo en términos marxistas, ella hizo el trato a partir del proletariado con toda la burguesía. Este par de mequetrefes de clase media, apatronados, valen callampa. Y es curioso que esa mujer terriblemente violentada pretenda liberarse interpelando a la Virgen del Carmen y que horroroso también ha tirado el poto pa las moras entonces la indefensión purificadora de la mina es total, a esa mina ya no le da el cuero pero sustenta con su intimidad el poder autoritario .

Entonces ¿estos personajes son clase media en la adaptación?
Esta obra nosotros la trasladamos a una clase media asalariada de poca monta, pero podría perfectamente trasladarse a la alta burguesía, donde se dan también las mismas problemáticas, donde se dan los mismos arreglines entre directorios y ejecutivos, entre gente que tiene mucho poder. Hay uno que en algún momento queda en una situación de quiebra de una empresa, arregla con otro, pero la que verdaderamente esta moviendo los hilos, es la mujer. Entre gallos y medianoche es la mujer que mueve los hilos prostituyéndose. Si tú examinas la cultura política del siglo XX, por ejemplo a mí me llega hasta las lágrimas cuando pienso en las visitadoras sociales, o en las obras de la Isidora Goyenechea o de las Edwards, que no podían soportar la pobreza y tenían una acción social limitada , pero al fin al cabo acción social. Entonces es la mujer la que está siempre al pie del cañón, pero lamentablemente utilizada como carne de cañón, y ahí es donde está el juego devastador de la ironía social y de los malandras acabronados que tienen la sartén por el mango.

Y la obra si puede ser transversal a cualquier clase, ¿por qué la sitúa en la clase media y no en la clase alta?
Mira, lo pensamos harto con el director de la obra – Camilo Carmona- pero lo decidimos así por varias coordenadas. Como la conciencia social en Chile es creerse todo, pero todo, porque aquí nadie te va a decir “oye, yo soy oligarca”. O el de la población La Legua no te va a decir “yo soy proletario”. No pues, aquí todos somos angurrientos de clase media. Entonces por eso elegimos por ese lado. Me encantaría poder trabajarla en los distintos estratos sociales, pero la conciencia social dominante, es esa, considerarse de clase media a todo cachete, ahora toda la gallá es aspiracional y cachetona a la manera d e los pijes o cuicos

Una pregunta aparte. En una entrevista antigua usted habla del cinismo feminista de Bachelet ¿Todavía lo ve así?
¡No, es que el cinismo feminista de Bachelet está llegando al más alto grado de expresión política en este minuto! Esto es ya un escándalo de marca mayor. A mí me pasa mucho lo que le pasa a los personajes masculinos de Tennessee Williams, por lo menos en esta obra que estamos comentando, porque por otro lado la adoro a ella. No podría agredirla, yo la admiro, la quiero, me gustaría invitarla para agasajarla, como persona, como mina, como mujer. Pero por el lado político ¡me doy cuenta que es un monstruo ! ¡ te lo digo con total certeza porque conociendo el alma femenina entiendo todo! Es horroroso todo esto, algo muy lamentable, es muy desgraciado el momento político actual. Esos de mujeres con poder en las magistraturas en la política son puras vainas, son plagiadoras apernadas del manguaco hincha pelotas.

¿Por qué tanto?
Porque la omnipotencia siempre la ha tenido la burguesía en Chile, la clase dominante, la aristocracia. Pero curiosamente, de uno u otro modo el sentimiento femenino le ha dado la pelea. Entendiendo por sentimiento femenino a la izquierda, el sentimiento de la justicia, la sensibilidad, del lloriqueo, de la histeria, de querer un mundo mejor, de querer pasarse películas, todo eso es femenino. Y la izquierda históricamente supo emplazar, supo enfrentar. A grado tal que la figura más emblemática es Salvador Allende, que en un acto de femineidad total, se mata por Chile en La Moneda. Dice “¡váyanse a la cresta, cabrones!”. Es un gesto femenino a mi juicio. Allende en ese sentido fue un caballero fino no aceptó parlamentar se salió de madre, dejó la vara muy alta al género masculino .

¿Cree que las mujeres se están mandando las partes a troche y moche?
Por cierto, Y eso yo no lo voy a admitir pero ni a palos. Y a la mujer que se quiere poner los pantalones, yo lo único que le puedo decir a esas mujeres es “mi clítoris es más grande que el tuyo, desgraciá”. Perdona pero esta infamia de la ternura feroz por la mujer pero me sale del alma .¿ qué quieres qué te diga? La mujer hoy por hoy quiere hacernos valer la costilla d e la vergüenza y ahí cagamos pistola todos géneros habidos por haber….la duda metódica del lenguaje proletario de esos años republicanos era muy hermosa “¿ manda calzón o calzoncillo?” hoy es muy raro que una mujer se te planté con toda dignidad y te paré el carro, diciéndote : “yo soy una mujer hecha y derecha”, sencillamente te canta las cuarenta y si te visto no me acuerdo¡¡¡Me entiendes mujer por Dios!!!

Claro, si lo entiendo.
Esta obra en su minimalismo demuestra que la mujer es la heroína de la película. Y la mala también. Porque mira, en el antiguo testamento Abraham, que es como el emisario de dios, hay un minuto de grandes calamidades para Abraham en su tierra y se va a Egipto con Sara, la mina más rica del mundo. El hueón sabe que al irse de sus calamidades, de su crisis económica, su bolsa de comercio se fue a la chucha, el hueón se va a Egipto sabiendo que los faraones van a querer matarlo para quedarse con la mina. ¿Qué le dice a Sara? Le dice “no hueona, vo vai a decir que soy mi hermana”. Y dice que es su hermana . Y llega a Egipto y el faraón más grande del mundo, el que tiene más plata le dice: “Sarita venga pa’cá, usted es mía”. Y pasa así. A la postre sucede que Sara tiene que decir la verdad y el faraón totalmente agraviado los manda de vuelta, pero no les pasa nada. Lo bonito de esa anécdota bíblica del antiguo testamento es que el faraón siempre supo que Sara era la esposa de Abraham. Entonces ese arreglo político, siempre ocurre entre los jetones pasados para la punta, y la mina prestándose pal’ hueveo. Entonces por decirlo así con la dulzura del romance egipcio: mi Sara se llama Michelle Bachelet.

Ficha Artística:
Dirección / Camilo Carmona
Dramaturgia Original / Tennessee Williams
Adaptación / Bruno Vidal
Elenco / Cota Rodríguez / Cristián Carvajal / Daniel Antivilo
Diseño Integral / Sebastián Escalona
Musicalización / Alejandro Miranda
Coreografía / Alexandra Mabes
Realización / Francisco Sandoval
Iluminación / José Luis Cifuentes
Producción / Fernanda García

Cuándo: 03 al 25 de mayo.
Viernes y Sábado a las 21 hrs, Domingo a las 19:30 hrs.
Dónde: Teatro Ladrón de Bicicletas. Dardignac 0163.
Reservas: 02 777 0536 – [email protected]
Entrada general: $5.000
Estudiantes y tercera edad: $3.000

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