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Opinión

19 de Mayo de 2014

Érika Montecinos, directora de Rompiendo el Silencio: “los gays se pelean harto por el poder”

Pasaron de ser una revista a una agrupación lésbica y ya hace un par de semanas lograron reunirse con la Ministra de Sernam, Claudia Pascual. Bajo el nombre Rompiendo el Silencio buscan avanzar en las demandas de las mujeres homosexuales. Su directora, Érika Montecinos, habla sobre la invisibilidad de las lesbianas en los movimientos por la diversidad sexual, y de cómo la meta es dejar de plantearse desde la victimización.

Melissa Gutierrez
Melissa Gutierrez
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El pasado viernes se celebró el Día Nacional contra la Homofobia.Hubo banderas y el fin de semana se realizó la Marcha por la Igualdad. Aunque de las actividades participaron grupos de amplia diversidad sexual,  para muchas personas los movimientos siguen remitiendo y recordando sólo hombres. Es el caso de Érika Montecinos, directora de la agrupación Rompiendo el Silencio, quien afirma que este es un problema que enfrenta todo el mundo al desarrollarse en una comunidad machista y clasista: “hay una carga súper fuerte con la palabra lesbiana. Porque está dentro de la sexualidad como placer pero para los hombres, dentro de la pornografía. Entonces cada vez que tú hablas de lesbiana, surge un pudor”.

El dos de mayo, la agrupación de Érika se reunió con la Ministra del Sernam, Claudia Pascual, para ser incorporadas en las políticas y leyes sobre violencia intrafimiliar, salud y derechos sexuales y reproductivos. En esa ocasión, Érika señaló que una ley que incluya a lesbianas y parejas del mismo sexo es necesaria porque “la violencia es transversal y no tiene género”.

¿Por qué crees que las lesbianas han tenido que salirse de los movimientos más grandes y hacer sus propias agrupaciones?
Esa ha sido una discusión gigante. No es que se dé ahora y solamente acá. Pasa en todo el mundo lo mismo. Que las lésbicas siempre son menos visibilizadas, porque nosotras mismas nos invisibilizamos. Yo creo que la mujer chilena, y me incluyo, las lesbianas, heterosexuales, bisexuales tenemos mucho rollo con la sexualidad todavía. Hay mucho pudor. Por ejemplo recién nos estamos abriendo a hablar de orgasmos, del placer. Y muy pocas están como recién cachando que hay otras opciones, que no está solamente la heterosexualidad. Y como que de repente se asustan. Entonces ahí las mujeres siempre vamos detrás.

Y de ahí viene un poco la falta de comprensión hacia la diversidad sexual, ¿o no? De no entender la diversidad de género que hay.
Es que es eso, es una amplia diversidad. De hecho el movimiento de la diversidad es muy tendiente a quedar en el binarismo. Sí en las jóvenes hay una cuestión mucho más relajada, tienen otro vocabulario, se dicen lelas, las tortas, se asumen mucho más libremente, sin prejuicios, pero hay otra cuestión clasista. Porque están como estas lesbianas cool que hacen fiestas privadas.

Sí me acuerdo, las  lesbianas “minas”.
Claro, que más encima discriminan a la que es más masculina o que viene de la pobla. Entonces nuevamente se da la cuestión clasista dentro del mismo movimiento y de las lesbianas también. Hay una resistencia a aceptar la gran diversidad que somos también dentro de grupos de mujeres. Y bueno, por eso yo creo que a nuestra agrupación también le va a costar este tema de visibilizarse. Igual estamos con una red de apoyo súper grande, con los gays que han entrado a entender recién que están al debe con las lesbianas, porque han dejado de lado muchas demandas específicas de las lesbianas que ningún movimiento gay las va a tomar.

¿Qué demandas son esas?
Por ejemplo, relativas a la maternidad y los hijos. Queremos hacer alianzas con los colectivos de familias lesboparentales, para levantar el tema de la maternidad, pero no desde la victimización sino desde reafirmar y posicionarlo dentro del discurso de “nosotras decidimos y optamos por ser madrees, pero nos sentimos sumamente desprotegidas”. La ley de inseminación artificial, también.
El mismo AVP, están preocupados pero como que quieren sacarlo rapidito. Entonces por este apuro se están dejando de lado muchas cosas que son preocupaciones de las lésbicas, como mujeres. Porque muchas veces a las lesbianas no se nos considera mujeres, más encima.

¿Las ven como un grupo aparte?
Sí, por eso te digo que nos va a costar. Por ejemplo en las redes sociales, se nota eso, hay una resistencia, que si bien muchas agrupaciones podemos tener diez mil seguidores, cuesta que te compartan una información que sea muy visiblemente lesbiana. Por ejemplo para la marcha hicimos un lienzo que dice: “Lesbiana hazte visible” y costó que compartieran esa información. Las mismas hétero no nos siguen…

¿Les da miedo que les vayan a decir que son lesbianas?
Claro. Y yo las entiendo a veces, porque yo he visto las redes sociales, sobre todo en twitter y hay mucho machista lesbofóbico dando vuelta. Cuando nosotras salimos en La Red con lo de la ministra del Sernam me preocupé de ver los comentarios y ser bien carne de chancho para leerlo. Y habían unos sumamente crueles. Por ejemplo uno decía “pero para qué van al Sernam si son hombres”. A ese nivel. Un tipo que en su descripción decía que era ingeniero, o sea, no era un gallo desletrado. Entonces obviamente muchas mujeres tenemos miedo a ese nivel de violencia que hay.

¿Se llama a hacerlo público porque así la gente se da cuenta de que son sus hermanas, tías, madres o para sacar a gente del clóset?

No po, de hecho nosotras nunca hemos hecho eso. Nos han preguntado periodistas “oye, ¿ésta es o no es?” Y yo les digo que no les puedo responder eso. Quieren saber si alguna famosa es.

Pero ¿faltará eso también? ¿Más mujeres públicas que lo asuman? Porque cuando personas de la tele como Ítalo Passalacqua o Jordi Castell dicen que son homosexuales  la gente lo acepta más.
Claro, pero es que hay un pudor con el tema de las lesbianas. En otros países lo hacen público, pero acá se tienen que morir para que se sepa. Como la Ana González o la Gabriel Mistral. Yo les doy a entender que no pasa nada. Pero lógicamente no todas tienen esa misma parada, porque por ejemplo una amiga me dijo: “oye, yo te admiro, porque hay que tener cojones”. Los gay también, yo veo al Jaime Parada, todas las cosas que le dicen en twitter, son terribles. Y bueno, también hay gente que lo dice como la Javiera Mena, que ella lo reconoce públicamente pero no quiere pararse desde ahí. Entonces ahí viene el prejuicio de que “es una etapa. Es una cabra joven y se le va a pasar”.

Y eso no pasa con los hombres.
Sí po, y también es como una cuestión fálica. Jajaja. Una amiga que es súper hétero me decía: “no, pero es que la cuestión es tan rica, si yo hubiese sido hombre, habría sido gay, porque me gusta mucho la cuestión”. Entonces las lesbianas como que rompemos con eso y no es comprendido. Creen que nosotras nos ponemos a tejer en la cama. Claro y viene la imagen del porno que es sumamente exagerado y fuera de la realidad. Todo lo que muestran ahí es nada que ver. Y las lesbianas nos reímos de eso. Como que la sexualidad de las mujeres no podemos vivirla sin los hombres. Entonces a una mujer empoderada, les cuesta tomarla en serio. Yo creo que a la sociedad le cuesta verlo como algo más que un juego de adolescentes. Y pasa con las feministas también.

Que dicen “si es feminista es lesbiana”.
Y que “ah, esta debe odiar a los hombres, es lesbiana”. Jajajaja. Entonces estamos siempre al medio. O estamos infantilizadas, que es un juego, una etapa; o estamos como apegadas con el movimiento feminista. Que si bien ha aportado ene, también a muchas feministas hasta hace poco les daba vergüenza que las confundieran con movimientos lésbicos. De hecho en los ’60 y ’70 a las lesbianas las expulsaban de los movimientos feministas.

Yo tenía un conocido que decía que no le creía a las lesbianas.
Ponte tú, si a uno de tus amigos viene la novia y le dice que lo va a dejar por otra mujer, se vuelven locos. De hecho tenemos muchos casos de mujeres que han sido golpeadas después que le han confesado a la pareja que son lesbianas. Es la actitud del macho herido. Esos casos de tuición, lo que le pasó a la Karen Atala, es solamente el macho herido. En el sentido de sentirse disminuido de que lo dejaran por una mujer. Hasta ahí les llega la tolerancia. No te digo que todos sean así, yo tengo muchos amigos heterosexuales; hombres y mujeres sumamente respetuosos, que conocen mi vida, la de mi pareja y ningún problema.

En esta etapa de hacerse visibles políticamente se dio la reunión con la ministra del Sernam.
Sí, le fuimos a pedir que nos incluyera en todo lo que fueran los proyectos de ley de la violencia hacia las mujeres, no solo desde el hombre, sino que también reconocieran la violencia entre las parejas del mismo sexo, pero también la violencia que se ejerce sobre las lesbianas, que es estructural. Tampoco es lo mismo para una mujer heterosexual ir al ginecólogo que para una lesbiana. También está el tema del SIDA y ETS entre mujeres, nosotras siempre hacemos campañas entre las lesbianas y cuesta que agarren conciencia, está muy metido que entre mujeres no pasa nada. Pero las campañas no están dirigidas a eso.

¿Concuerdas con eso de que en lesbianas hay una doble discriminación, por ser mujeres?
Bueno, todo el mundo dice eso, pero yo creo que va más allá. Hay un montón de cuestiones en juego, hay muchas estructuras anquilosadas incluso dentro de los movimientos gays. Los mismos dirigentes gays tienen metido el chip y les cuesta. Porque tú cachái que entre hombres hay ene solidaridad, pero si viene una mujer a pelearle los puestos de poder, empieza de inmediato esto como de: “no, contigo no”.

Eso pasaba en Estados Unidos. En la película Milk cuando llega una lesbiana a trabajar con ellos, nadie la quiere ahí al principio.
De hecho, la tienen sirviendo el café. Y esa es la crítica que se le hacía al movimiento acá en Chile, al Movilh de hace 20 años, que tenían lesbianas solamente para servir el café y hacer labores administrativas. Y eso pasó en muchos movimientos. Ahora, no te quiero decir que somos las víctimas de los gays malos jajaja. Porque muchas veces tenemos que hacernos responsables de nuestra propia invisibilidad, de nuestra vergüenza. Yo las entiendo, yo también pasé por esa vergüenza.

¿Es más fácil para los hombres?
Hay algunos factores que sí, es más fácil. En el sentido de que el gay está como mucho mejor valorado, que se le vincula con la literatura y otras cosas así. Pero yo he visto ene maltrato hacia los hombres gay, sobre todo en el tema de la paternidad, de la adopción. Cuando hablan de eso reciben ene insultos porque se los vincula con la pedofilia, con la promiscuidad mucho más que a las mujeres, pero a las mujeres se les exige más. Es mejor visto si tienes hijos que si no tienes hijos.

O estar con pareja que estar soltera.
Exactamente, la solterona. Es mal visto. Es decir, pasamos las mismas cosas que las mujeres heterosexuales. Y a las lesbianas las molestan porque se les vincula con el tema masculino y con el prejuicio: “ah, la María tres cocos”. Entonces ahí viene una ola de violencia. Pero eso también es clasista, porque las lésbicas que se asumen en otro círculo son mejor valoradas. Y nosotras como agrupación no podemos decir que nos vamos a preocupar de las de Providencia no más. Tenemos que preocuparnos de todas, de regiones, que ser lesbiana en región es mucho peor que en Santiago. O ¿qué pasa en las poblas? Ahí no es fácil asumirse como lésbica.

¿Cómo ves la inclusión de las lesbianas en los movimientos por la diversidad sexual actuales?
Quiere haber un esfuerzo porque siempre se les ha criticado que no tienen lesbianas. Pero ese esfuerzo queda ahí. Yo te digo, por estos dirigentes más antiguos que hay todavía en los puestos de poder. Yo creo que cuesta incorporar la voz lésbica. Yo creo que hay harto de no reconocer que ha habido una discriminación sistemática hacia las demandas lésbicas. No es por victimizar, pero a muchas lesbianas que han querido incorporarse les ha costado un montón. Pero sí yo creo que los gays se pelean harto por el poder.

Seguro que eso pasa en todos los movimientos.
Bueno, tú ves en los partidos políticos. No es que sólo pase en el movimiento gay. O sea, las mismas mujeres heterosexuales tienen que estar peleando la Ley de Cuotas. Hay que estar peleando en los partidos para que una mujer sea presidenta. Los partidos políticos son súper machistas, entonces ¿por qué acá no se iba a dar? También se da. Hay que enfrentarse a todo ese machismo. Y yo sé que va a salir ahí en el The Clinic Online y me van a llover las críticas. Jajajaja. Pero nosotras estamos en otra onda, no nos estamos metiendo en estas discusiones de egos masculinos.

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