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Nacional

2 de Junio de 2014

Los grupos políticos que lideran al Instituto Nacional, en toma contra la reforma de Bachelet

Con un petitorio hecho público este fin de semana, los estudiantes institutanos llevan dos semanas intentando ponerse de acuerdo en sus debates internos, aunque existe consenso con el rechazo a la reforma y a la manera de movilizarse. Oponiéndose por segundo año consecutivo al ranking de notas, exigiendo participar de la elección del próximo rector y criticando duramente los proyectos que integran la reforma educacional impulsada por el Gobierno, el primer foco de luz trata de integrar las visiones de sus distintos colectivos políticos internos y darle contenido a una protesta incomprendida por entendidos y ciudadanos a pie.

Por



“Consideramos que la reforma no apunta a cambiar el paradigma principal de la educación, entendida en la lógica del mercado y el consumo, desligada de su rol público y protagonista del desarrollo social del país”.

Así comienza el análisis sobre al reforma educacional que los alumnos del Instituto Nacional construyeron en su petitorio 2014, por el que se han movilizados desde hace dos semanas y por el que se encuentran en toma desde el jueves pasado.

Un petitorio hecho público este sábado y que defiende una toma incomprendida por el ciudadano de a pie, que no entiende cómo el primer “Foco de Luz” se opone a los proyectos que ha presentado el gobierno y que prometen acabar con el lucro, el copago y la selección en los establecimientos educacionales.

Movilización que ha tenido duras críticas desde el municipio y el parlamento y que ha marcado un fuerte debate interno sobre el rol de los institutanos en el movimiento estudiantil. Este, aunque aúna un consenso en las demandas principales de la movilización, ha revelado las diferencias entre los grupos políticos más tradicionales y los colectivos que han aflorado en los últimos años, que han tomado un protagonismo hasta ahora impensado.

Política institutana

Xavier Opazo, alumno del cuarto medio y militante de la Juventud Socialista, es el presidente del Centro de Alumnos del establecimiento (CAIN) 2014. Aunque su partido tomó el mando de la representación estudiantil del establecimiento ganando las respectivas elecciones, los estudiantes más radicales los ven con desconfianza, tomando en cuenta el nexo con el gobierno de la Nueva Mayoría.

Sin embargo, Opazo ha tenido varias apariciones públicas junto al vocero de la Cones y simpatizante de las Juventudes Comunistas, Ricardo Paredes, en las que han criticado públicamente la reforma y la posición del gobierno frente al movimiento estudiantil.

Aún así, algunos estudiantes dicen no creer en la verdadera postura de Opazo. “En el Instituto y el Darío Salas se fueron a toma en la misma fecha y los dos colegios, que siempre ‘la llevan’ al momento de comenzar las tomas, ahora tienen centros de alumnos de la Nueva Mayoría. Da como para desconfiar”, dice un estudiante opositor al CAIN.

Opazo dice que esas críticas son infundadas y que las demandas del IN son de carácter nacional, aún cuando el petitorio será entregado al municipio. “Esperamos que esto llegue directamente a la legislación, a los parlamentarios y hacia el Gobierno de Chile porque son ellos los que tienen que responder a estas demandas”, dice.

Este fin de semana, el concejal Ismael Calderón, de su mismo partido, acusó a los estudiantes de ese establecimiento de tener ideas anarquistas y fascistas, lo que claramente no ayuda a pensar en la separación entre el partido y el centro de alumnos actual.

Desde el 2011, año del estallido estudiantil, el CAIN estuvo dirigido por izquierda independiente y los dos últimos por el colectivo interno Fuerza de Izquierda (FI). Eso sí, aunque el presidente en aquella época -José Soto- era independiente, este año comenzó a militar formalmente en el movimiento Revolución Democráctica, de Giorgio Jackson y compañía.

El 2012, con Gabriel González, y el año pasado con Rodrigo Jaeschke, el FI mantuvo la presidencia. El colectivo, que es considerado como “moderado” y de una izquierda progresista, es hoy uno de los actores relevantes en el debate político al interior del liceo.

Pero junto a ellos, es otro el grupo que ha generado más ruido en el último tiempo, sobre todo este año. Se trata del CAL, Colectivo de Acción Libertaria, colectivo de izquierda revolucionaria (rojinegra), muy similar a la línea del Frente de Estudiantes Libertarios (FEL), que hoy tiene presencia en varias federaciones estudiantiles y lidera la más importante de ellas, la Fech, con Melissa Sepúlveda a la cabeza.

Un grupo sindicado como el responsable de la toma de estas últimas semanas, que ha logrado imponer su visión con los otros alumnos a pesar de tener menos participantes y que en las asambleas se ha visto defendiendo con fuerza las críticas al gobierno y a la reforma prometida por la segunda administración Bachelet.

Todo este panorama, es sin tomar en cuenta la división entre Cones y Aces, las dos organizaciones estudiantiles más grandes. A pesar de que los CAIN siempre han sido ligados a la Cones y su participación en ellos es preponderante, el establecimiento no ha definido el ingreso de su centro de alumnos de manera formal a la Confederación de Estudiantes Secundarios. La Aces, por su parte, tiene presencia de la misma manera que en otros establecimientos: con estudiantes de base trabajando con la izquierda más radical del colegio, como el CAL, o directamente con la Asamblea.

Desmovilación y mensaje mal entregado

Con todo el revuelo de la toma, retoma, cortes de tránsito y el incendio que los afectó la semana pasada mientras se encontraban al interior del liceo, los estudiantes reclaman estar en presencia de intentos por desmovilizar y estigmatizar al movimiento estudiantil.

Uno de los alumnos que se encontraba haciendo seguridad el día del incendio señala que en apenas cinco minutos el foco se prendió “y subió inesperadamente” y que extraoficialmente los efectivos de Bomberos, que llegaron en masa esa madrugada, les señaló que el motivo del incendio había sido por una falla eléctrica, aunque en ese lugar no existían artefactos ni cables que pudieran provocar algo así. Además, los estudiantes dicen que justo ese día la manguera que podría llegar a apagar el incendio “se cortó” y no existían extintores llenos disponibles.

Además, el viernes pasado la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, señaló que muchos actores políticos habían intentado minimizar el hecho e incluso algunos de ellos cambiar la versión de los hechos. “Esa noche, cuando llegamos, Bomberos nos dijo que rompieron el portón de entrada porque sentían gritos y temían que hubiese alumnos atrapados en el incendio”, dijo.

Eso sí, el fin de semana matizó sus dichos e incluso los defendió, diciendo que en el debate parlamentario “se perfiló al Instituto Nacional como ‘el malo de la película’. Se distorsionó el debate de la selección y se generó sensibilidad en el colegio y los grupos radicales que siempre quieren la toma”.

Sin embargo, los estudiantes dudan de que esos hayan sido los verdaderos motivos. Todos los consultados por The Clinic Online señalan que tanto los casos de Bryan Seguel -acusado de golpear a un carabinero en la marcha del 1º de mayo- y de Camilo Díaz -estudiante detenido en la pasada marcha por la educación que acusa que su mochila fue rociada con parafina e inculpado de portar una bomba molotov-, son muestras de la criminalización del movimiento estudiantil, por lo que pidieron anonimato.

Con todo, señalan que las movilizaciones no claudicarán. Ante la próxima partida del Mundial de Fútbol de Brasil, los estudiantes esperan ocupar esos días para generar debate interno, realizar actividades alusivas al mismo y luego retomar la agenda de movilización y de rechazo a la reforma del gobierno.

El petitorio recién entregado así lo afirma. En él, proponen que la selección por mérito académico se acabe a largo plazo y sea una consecuencia del fortalecimiento de la educación pública; piden la incidencia de la comunidad educativa en la elección del rector “por elección y no por concursos públicos”; que el Estado se garante de la educación, eliminando la participación de privados y financiando mediante aportes basales; y construir una nueva Carrera Docente y revisar las mallas curriculares a nivel nacional.

De esta forma buscan dar una mejor explicación de lo que están haciendo, ya que algunos reconocen que el mensaje no se ha transmitido bien y que por eso la gente no ha comprendido la intención de la toma. “No se ha explicado la magnitud del problema y efectivamente es entendible que la gente crea que estamos en contra de la selección, cuando lo que queremos es que se termine en términos concretos y no superficiales”, dicen en el liceo.

Por esta razón, las críticas no han cesado. Este fin de semana fue la ex presidenta de la Fech y diputada integrante de la comisión de Educación, Camila Vallejo, quien los criticó y dijo no entender las razones de la toma.

Los estudiantes, por su parte, dicen que los proyectos del Gobierno no persiguen verdadera y profundamente estos temas y por eso se mantienen movilizados. Ya el año pasado se opusieron al sistema de Ranking de Notas, que según sus declaraciones los afectaba directamente y que les valió los primeros reproches al interior del movimiento estudiantil escolar.

Con todo, el escenario próximo se ve mucho más compleja. Sobre todo en este último ítem. Recién el pasado jueves -mismo día que votaron la toma y acordaron con el municipio la presencia de profesores y apoderados pernoctando en el establecimiento- Bachelet presentó el PACE, Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo para la educación superior.

Este nuevo programa, una especie de Propedéutico que permitirá que el 15% de los alumnos de mejor rendimiento tendrán asegurado un número de vacantes en todas las carreras de las universidades, inicialmente en cinco planteles, emanado del ministerio por un equipo que encabeza Francisco Javier Gil, uno de los cerebros detrás del Ranking de Notas.

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